Como abogado, Matthew Kacsmaryk defendió los puntos de vista de la derecha religiosa. Ahora como juez federal de Estados Unidos ha tomado medidas para bloquear el uso de píldoras abortivas en todo el país.

En las últimas semanas, este hombre de 45 años acaparó los focos desde que una coalición de activistas antiaborto presentó una demanda en Amarillo, Texas, contra la Agencia de Medicamentos de Estados Unidos (FDA), a la que reprochan que haya autorizado la mifepristona (RU 486), una píldora abortiva, hace más de 20 años.

Como Matthew Kacsmaryk es el único juez federal en esta ciudad, el expediente acabó en su despacho y su perfil despertó sospechas entre los defensores del derecho a la interrupción del embarazo.

"En un mundo racional, esta queja sería objeto de burlas por múltiples razones", dijo Jennifer Dalven de la ACLU, señalando que la mifepristona, que se usa en combinación con otra píldora, demostró desde el año 2000 su inocuidad y eficacia.

Pero "estamos preocupados" porque los demandantes "pudieron seleccionar a su juez" y eligieron a un magistrado "radical", agregó en la página web de esta organización de defensa de los derechos.

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"El juez Kacsmaryk es el último blanco de la intimidación judicial" y su "único error es haber defendido las libertades religiosas", escribió Carrie Severino, a la cabeza del grupo de presión Judicial Crisis Network.

Antes de ser nombrado juez federal por el expresidente republicano Donald Trump en 2017, Matthew Kacsmaryk fue abogado del First Liberty Institute, una organización que defiende los puntos de vista de la derecha religiosa en los tribunales.

Defendió, por ejemplo, a pasteleros que, en nombre de su fe cristiana, se negaron a hacer una tarta de bodas para una pareja homosexual, o a un entrenador deportivo de un colegio público que fue despedido por rezar con alumnos.

Matthew Kacsmaryk criticó la decisión de la Corte Suprema de legalizar el matrimonio entre personas del mismo sexo y se opuso a que las personas transgénero usen los baños del sexo con el que se identifican.

En un artículo publicado en 2015, condenó la "revolución sexual (...) preconizada por los libertarios ateos", para quienes "el matrimonio, la sexualidad, el género, la identidad e incluso el niño pasan detrás de los deseos de los adultos".

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Los demócratas lo criticaron

Durante el proceso de confirmación en el Senado, que es el que avala en Estados Unidos los jueces elegidos por los presidentes, los demócratas lo criticaron duramente.

"El señor Kacsmaryk ha mostrado una hostilidad hacia la comunidad LGTBQ que bordea la paranoia", afirmó el senador Chuck Schumer.

Pero el juez aseguró que una vez en el cargo juzgaría imparcialmente sin permitir que sus convicciones influyeran en sus decisiones.

Desde que asumió el cargo en Amarillo, ha manejado principalmente casos de derecho común.

Pero llevó la contraria al gobierno del presidente demócrata Joe Biden en un caso migratorio y dio la razón a un padre que se querelló contra un programa federal que financiaba la anticoncepción de menores sin el consentimiento de sus padres.

Su hermana, a quien ayudó cuando dio a luz con 17 años a un niño dado en adopción, estimó que él es la persona adecuada para resolver el caso de la mifepristona.

"Está hecho para eso", dijo Jennifer Griffith, quien sigue oponiéndose al aborto, en una entrevista concedida a The Washington Post. "Él está exactamente donde debe estar".

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