Su objetivo era matar al mayor número de mexicanos, declaró Patrick Crusius, un joven supremacista de 21 años, quien condujo por 10 horas desde un suburbio de Dallas, antes de llegar a El Paso, Texas, cerca de la frontera con México, donde abrió fuego con un AK-47 en un Walmart: el saldo fue de 22 muertos, incluidos ocho connacionales.
El 3 de agosto quedó marcado como el mayor atentado contra la comunidad latina en Estados Unidos. En la tienda había decenas de familias que compraban los útiles para el próximo ciclo escolar.
En las imágenes que se difundieron en redes sociales se ve al atacante con una playera oscura, protectores auditivos y cargando el rifle de asalto.
Tras cometer la masacre, el joven huyó en su automóvil, pero después se entregó a la policía local y “no se guardó nada. Se mostró muy comunicativo”, declaró el jefe de la policía local, Greg Allen. Las autoridades dijeron que al momento de entregarse aseguró: “Soy quien disparó”.
Leer también: Tirador de El Paso se declara no culpable
El agresor había subido a internet un manifiesto en el que denuncia la “invasión hispana”, como la razón por la que cometió la matanza. En otro foco rojo al que nunca se le hizo caso, su mamá llamó unas semanas antes a las autoridades por que su hijo tenía un rifle de asalto.
El tiroteo ocasionó una rápida reacción de las autoridades mexicanas, que catalogaron el hecho como un acto de terrorismo, puesto que el agresor fue directamente contra connacionales. El Departamento de Justicia también calificó el hecho de terrorismo nacional.
México pidió a la Unión Americana darle información sobre si hay otros “sujetos” o “potenciales organizaciones de supremacía blanca que busquen poner en peligro” a sus ciudadanos y dijo que colaboraba con las autoridades de Estados Unidos en la pesquisa.
Menos de un mes después de la matanza, el 26 de agosto, el presidente Andrés Manuel López Obrador se reunió con el embajador de EU, Christopher Landau, y pidió un castigo ejemplar contra el atacante.
Después, la misión permanente mexicana ante la Organización de los Estados Americanos (OEA) logró que se aceptara la propuesta de condenar el hecho, con lo que los integrantes del organismo acordaron combatir todas las formas de discriminación y xenofobia.
También leer: “Perdió lo único que tenía”, dicen de hombre que enviudó por tiroteo de El Paso
El mensaje fue aprobado por aclamación de los Estados miembro, que además se comprometieron a prevenir, investigar, procesar y castigar los delitos cometidos con esas motivaciones. Carlos Trujillo, representante estadounidense en el organismo, también se sumó a la condena y presentó las condolencias del gobierno de Donald Trump.
Tras la tragedia, el presidente Trump ofreció el apoyo de su administración, y expresó su apoyo para un mayor control a los potenciales compradores, pero al final mostró su resplado al lo- bby de las armas al no realizar cambios sustanciales. Sólo declaró que las personas estables deberían tener armamento, pero no fue la única polémica que tuvo al magnate como protagonista tras la masacre: el 9 de septiembre, homenajeó a personas que salvaron vidas durante el tiroteo; sin embargo, uno de ellos tenía una orden de arresto pendiente.
Walmart, entretanto, sí realizó cambios: anunció que reducirá la venta de armas cortas y municiones, y pedirá a los clientes no portar armamento de forma explícita en sus tiendas. En otra respuesta, contrató a agentes fuera de servicio para sus centros en El Paso, Texas, puesto que cuando ocurrió la masacre no había seguridad. Tras la matanza un vocero de la cadena había comentado: “Algunas tiendas tienen seguridad. No es una norma nacional el que todos los locales deben estar vigilados”. Sin embargo, el local sí tenía un sistema de vigilancia interno y externo, que es del que salieron las imágenes del atacante portando el rifle de asalto.
Puedes leer: ¿Es realmente más peligroso hablar español en Estados Unidos en la era Trump?
La matanza también dejó escenas de unidad, por ejemplo, cuando la comunidad mexicana y estadounidense se unió para despedir a las víctimas. Miles de personas se unieron, el 14 de agosto, en El Paso, Texas, y en Ciudad Juárez, Chihuahua, bajo el lema: “El Paso Strong”. Ese día, el gobernador mexicano Javier Corral y el alcalde de Ciudad Juárez, Armando Cabada, dieron mensajes de unidad. En otro ejemplo de solidaridad, miles de personas acudieron al funeral de Margie Reckard. Su esposo, Antonio Basco, convocó a la ceremonia. Declaró: “Íbamos a vivir juntos y morir juntos, ese era nuestro plan”. La asistencia fue de casi mil personas e incluso se tuvo que cambiar el lugar donde se llevaría a cabo el servicio religioso. Al viudo incluso le llevaron mariachis para despedir a su esposa.
En el Walmart había casi 2 mil testigos, por lo que prácticamente todos entre los casi 700 mil habitantes de El Paso conocieron a algún afectado y aun así el atacante se declaró no culpable en su primera audiencia. Él se encuentra bajo arresto sin derecho a fianza en una cárcel de El Paso, y bajo vigilancia ante posibilidades de suicidio. Completamente aislado. El juicio contra el supremacista aún sigue y la fiscalía pide la pena capital.
3 de agosto. Patrick Crusius entra a un Walmart, en El Paso, Texas, y abre fuego: mata a 22 personas, incluidos ocho mexicanos.
7 de agosto. El gobierno mexicano pide a EU información sobre la masacre.
9 de agosto. Se difunde que el agresor dijo que su objetivo eran los mexicanos.
14 de agosto. Miles de personas participan en una vigilia por la masacre. Además, México y EU brindan emotivo homenaje a las víctimas de la matanza.
México aplaude creación de una fuerza especial antiterrorista en Texas.
16 de agosto. Gobierno mexicano dice que no quiere que el atacante sea ejecutado.
17 de agosto. Miles de personas acuden a funeral de mujer. Acompañan a viudo, que no tenía otro familiar.
20 de agosto. Cancillería mexicana dice que se trabaja de forma “muy estrecha” con las autoridades estadounidenses sobre el caso.
26 de agosto. México pide un castigo ejemplar contra el atacante.
28 de agosto. Consejo permanente de la Organización de los Estados Americanos adopta por aclamación condena del ataque, que se califica como terrorista.
3 de septiembre. Walmart anuncia que reducirá venta de armas cortas y municiones.
9 de septiembre. El presidente Donald Trump homenajea a latinos que salvaron vidas durante el tiroteo.
10 de octubre. Crusius se declara “no culpable”.
14 de noviembre. Walmart reabre tienda donde ocurrió la masacre.
23 de noviembre. Develan monumento en el estacionamiento de la tienda, en recuerdo a las víctimas.