Más Información
Morena prevé reasignar entre 12 mil y 15 mil mdp en el PPEF 2025; no contempla recursos extras para la SSPC
Detienen a dos implicados en la masacre de Los Cantaritos en Querétaro; cuentan con antecedentes penales
Sheinbaum: “migrantes no deben ser tratados como criminales”; trabaja en estrategia para enfrentar deportaciones
Liberación del empresario Tariácuri Hernández; la intervención de autoridades y la oración de su familia
Sheinbaum responde a José Narro Robles; "Mucha ignorancia“ calificar Universidades del Bienestar como "fraude educativo"
Inicia en San Lázaro discusión de reservas sobre desaparición de organismos autónomos; se prevé extinción de siete
Plan Nacional Hídrico garantizará el agua para consumo humano: Semarnat; será una revolución en el país: Sader
Colaboradores de EL UNIVERSAL reciben Premio Nacional de Comunicación José Pagés Llergo 2024; dedican ceremonia a trabajadores del poder judicial
Como cada año, los líderes del mundo se reunieron en Nueva York en el marco de la semana de alto nivel de la Asamblea General de la ONU. En este 79 período de sesiones se adoptó el “Pacto para el Futuro” y sus dos anexos el “Pacto Digital Global” que es de los tres documentos el más relevante y la “Declaración sobre las generaciones futuras” que además de crear una nueva oficina que abogará por las generaciones del mañana es una declaración de buenas intenciones en la mejor retórica multilateralista.
El Pacto para el Futuro contempla 5 temáticas: desarrollo sostenible y financiación para el desarrollo; paz y seguridad; ciencia tecnología e innovación y cooperación digital; juventud y generaciones futuras; y transformación de la gobernanza global. Los títulos son sugerentes y los temas de la más alta relevancia, sin embargo, el instrumento carece de compromisos nuevos.
El Secretario General (Guterres) mantiene que el Pacto es un documento pionero e innovador que transformará la gobernanza global. Pero visto de cerca el texto se limita a replantear la mayoría de los objetivos y metas de la Agenda 2030. Esto no significa que los objetivos no sean ambiciosos y correctos. Sin embargo, lejos de un nuevo paradigma, es la hoja de ruta del trabajo de la ONU y de los Estados miembros desde hace años con diferente envoltura.
En materia de acción climática, el Pacto retoma compromisos de la COP28 de Dubái. En temas de diversidad biológica parafrasea el más reciente acuerdo en la materia denominado Kunming Montreal. En el ámbito de paz y seguridad, plantea adoptar medidas para proteger civiles en conflictos armados, promover un mundo libre de armas nucleares y respetar compromisos en materia de desarme, entre otros. Todas estas acciones existen ya, siguen siendo válidas y están tipificadas en una variedad de documentos desde los Convenios de Ginebra y sus protocolos adicionales, hasta el Tratado de No Proliferación Nuclear.
Sin embargo, aunque este Pacto no rediseña el sistema multilateral ni dirije a la humanidad hacia un nuevo rumbo, es un documento significativo. Es el ADN de la organización y retrata (a manera de radiografía) las tareas pendientes y nuestros valores compartidos. Su valor agregado no radica en su contenido, sino en que todos los líderes desde Meloni hasta Biden (con la excepción de Milei) lo suscriban, en clara señal de unidad y de que el multilateralismo sigue vivo. Es un paso importante. Veamos ahora el anexo.
El “Pacto Digital Global” aspira a estructurar la conversación global sobre nuestro futuro digital compartido en 5 secciones. Las tres primeras secciones no presentan novedades, pero sí convergencias importantes (lo cual es relevante): cerrar brechas digitales, beneficiar a todos de la economía digital, y asegurar la protección de los derechos humanos en el entorno digital.
Resulta revelador que no se haya acordado nada sustantivo ni en la gobernanza de datos ni en la gobernanza de la inteligencia artificial. El Pacto reconoce que la gobernanza de la IA debe ser incluyente y basada en riesgos, esboza generalidades pero no se plantean acciones concretas, modelos o esquemas.
El debate sobre la gobernanza de los datos y de la inteligencia artificial definirá las reglas del juego del siglo XXI y la comunidad internacional no parece tener prisa por ahondar en el tema. Hasta ahora la conversación se ha acotado a los países más poderosos reagrupados en el G7, el G20, o Bletchley Park, pero no se ha dado en los espacios más amplios de la organización, como la Asamblea. La Unión Europea, Estados Unidos, Reino Unido y algunos adláteres han parado en seco cualquier connato de conversación sobre gobernanza en la ONU. Simplemente no quieren democratizar la gobernanza de estas tecnologías.
El reto para el sur global y otros países es articular estrategias transversales de transformación digital, y exigir que se les incluya en la conversación. El reto para la ONU es lograr institucionalizar el debate sobre transformación digital y establecerse como el espacio sine qua non para decidir sobre el tema.
Internacionalista*