Durante los últimos años, el movimiento feminista ha adquirido notoriedad especial a nivel mundial y sobretodo, a raíz del movimiento #Metoo en redes sociales.
Asimismo, la proliferación del uso del término “feminicidio” en el lenguaje periodístico-mediático, así como en diversos colectivos y organizaciones de la sociedad civil , ha irrumpido en la discusión pública.
No es que antes no existieran, sino que ahora, se verbalizan, contabilizan y visibilizan. Ahora, su lugar en la discusión pública es irreversible.
Sin embargo, diversos gobiernos en el mundo, incluyendo al mexicano, se han visto acorralados ante su incapacidad para hacer frente a las demandas de estos colectivos.
Es preciso señalar que estos son heterogéneos, difusos y no cuentan liderazgos claros. Esto constituye una de sus principales ventajas ya que, al no haber interlocutoras identificadas, expresan su pluralidad y reducen los espacios para su cooptación.
La emergencia de los nuevos movimientos feministas y su manifestación en las redes sociales y en las calles, ha puesto sobre la mesa una agenda política que, hasta ahora, los gobiernos se muestran cuando no rígidos, completamente ajenos.
Emerson Segura Valencia
Asociado Comexi