San José.— Cuando el economista boliviano Juan Carlos Zulueta, analista desde hace más de 25 años de la economía del litio, investigador y consultor internacional, escuchó que el gobierno de Bolivia asesora al de México sobre el futuro de la explotación del metal, alertó que el único consejo al presidente mexicano debe ser que evite nacionalizarla.

“¿Cómo puede asesorar Bolivia a México en algo en que le ha ido tan mal? Me parece un total absurdo. Bolivia carece de experiencia: una cosa es lo que se requiere en los yacimientos bolivianos en salares de Potosí y otra lo que se necesita en los mexicanos en arcillas en Sonora. México debe despojarse de aventuras y afanes nacionalistas y populistas (...) México pierde tiempo en esta clase de tonterías de compadrazgos políticos y debe dejar de preocuparse por aventuras nacionalistas”.

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Con 40 años de bagaje en el litio, el boliviano Oscar Ballivian, ingeniero en Minas y en Geología y consultor externo, apuntó que el carbonato de litio en Bolivia está en salmueras, que son aguas que están debajo de los salares y tienen una alta concentración de sal, en el departamento de Potosí, mientras que en México está en arcillas en las montañas de Sonora.

“Es inaceptable porque es muy poco que, con una inversión del gobierno boliviano por unos mil millones de dólares en 10 años, la producción acumulada de carbonato de litio en ese periodo apenas se acerca a 500 toneladas, que se convierten sólo en 100 del artículo final en metal para baterías y automóviles eléctricos”, describió.

“Es aberrante leer que Bolivia va a asesorar a México (...) Sobre lo técnico no puede (...) porque lo de México son arcillas totalmente distintas a las salmueras. Pobre México si se mete a este problema, sin ayuda [de expertos]”, puntualizó.

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En entrevistas por separado con EL UNIVERSAL, se refirieron al anuncio que López Obrador hizo el miércoles. “Acerca del litio, vamos a tener ya un diagnóstico y una propuesta pronto. Con la visita [a México en marzo anterior] del presidente de Bolivia, Luis Arce, se acordó que, por la experiencia que ellos tienen en la explotación de este mineral, que nos ayudaran para analizar qué es lo más conveniente para la nación”, dijo el gobernante. La administración Arce, que asumió el 8 de noviembre de 2020 tras la turbulencia política que sacudió a Bolivia a partir de octubre de 2019, culpó al régimen de transición que le precedió y gobernó a esa nación desde el 12 de noviembre de 2019, de heredarle las dificultades técnicas y financieras en la explotación del litio.

Zulueta y Ballivian desnudaron con datos la realidad sobre la explotación del metal en Bolivia. Mientras la producción mundial anual es de casi 500 mil toneladas de carbonato de litio que se transforman en 100 mil ya en metálico, la boliviana y en planes pilotos es de 500, según registros oficiales.

“¿De qué asesoría de Bolivia puede hablar el presidente de México? Los yacimientos de México no están en salmueras, sino en arcillas y se parecen más a los de roca en Australia. No existe en este momento un solo proyecto en operación con arcillas en el mundo entero. Todos están en experimentación. Mal podría asesorar Bolivia en este caso”, dijo Zulueta.

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“Explotar litio a partir de arcillas es algo absolutamente nuevo. ¿Cómo podría Bolivia asesorar en un asunto tan complejo sobre el cual carece de pericia y se demostró que todo lo que ha hecho hasta ahora sigue sin funcionar, con 10 años que no han valido la pena ni servido para nada? Lo mismo sucedería en México”, insistió.

Tras reafirmar que “México tiene oportunidad de poner en valor un recurso natural que se ha vuelto estratégico para la humanidad por estar de moda” en varios rubros, planteó que el gobierno mexicano debería incentivar la industria privada del litio.

Al destacar que la industrialización permitiría a México aprovechar los 243 millones de toneladas de reservas probables en Sonora, ratificó que la recomendación de Bolivia a México sólo debe ser “que no nacionalice” y que aprendió del “error de explotar el litio por cuenta propia”.

El ingeniero Ballivian dijo que “el litio es buen negocio cuando se participa en toda la cadena, desde la producción con la materia prima hasta las baterías y los automóviles eléctricos. Se mueven miles de millones de dólares”. “La producción simplemente es un negocio inferior a plata, oro y otro mineral. Se mueve muy poco. El negocio está en la cadena”, dijo.

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