“La Inteligencia Artificial no es algo que vaya a destruir el trabajo”, declara Elena González-Blanco, quien tiene más de 15 años de trabajo en este ámbito de investigación, un doctorado en Filología Hispánica por la Universidad Complutense de Madrid y un Máster en Sistemas de Información por la UC3M; está especializada en el ámbito de la tecnología lingüística y actualmente es profesora en el IE Business School de IA aplicada a negocio.
Agrega a EL UNIVERSAL que la IA “va a hacer que las personas en su rol sean muchísimo más productivas sin tener que aprender unas cosas demasiado difíciles”.
Sobre los beneficios, la española González-Blanco, quien trabajó para el desarrollo de esta tecnología en el Banco Santander, indica que “la ventaja es que es fácil de utilizar y puede multiplicar muchísimo la productividad, eficiencia y reducir los errores, pero hay que saber cómo incorporarla”.
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Detalla que “todo el mundo quiere utilizar IA, pero las personas no saben cómo comenzar ni dónde acudir. La brecha es más difícil cada vez”.
Acerca de los desafíos, menciona que “el problema van a ser estas empresas que se nieguen a utilizar esto en su día a día o que vayan demasiado tarde en la incorporación de las tecnologías en cualquier tipo de perfil.
“A nivel de empresas [debemos actualizarnos], hay que tomar políticas que no sean prohibir esta tecnología, sino animar a las personas a usarla de la forma más adecuada para maximizar su trabajo”, remarca.
Afirma que el mayor reto “es la velocidad a la que va todo esto. Este cambio tecnológico, a diferencia de los cambios anteriores, está siendo exponencial (...) lo que vemos es que cada día sale un paper nuevo de una tecnología nueva y el reto es estar actualizado y saber cuál es la mejor tecnología que soluciona el problema que tiene cada uno”.
La experta indica que “la oportunidad es enorme”, sobre todo en la “multiplicación de resultados y la reducción de tiempos, donde había tareas que teníamos que hacer despacio: generar un contrato, buscar una información en un documento muy largo, escribir un determinado tipo de documento que siempre se hace de la misma forma”. Y menciona que “aquellos sectores que manejan más texto y que han tenido menos tecnología, como el sector legal y las partes de bancas y seguros, este tipo de áreas van a enfrentarse a un cambio grande porque hay grandes cantidades de texto, que ahora puede procesarse más ágilmente”.
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González-Blanco es cofundadora de las plataformas Clidrive y Clibrain, que usan la IA, y con las que busca “ayudar a las otras empresas que no tienen el equipo de tecnología que tenemos nosotros ni el conocimiento que tienen del ámbito a romper esa barrera que es la adopción”.
Argumenta que “hay que saber cuál es la mejor forma de resolver esta brecha. El gran cambio va a venir en esa personalización a problemas concretos”.
González-Blanco también lidera el proyecto LyrAIcs, que “desarrolló unos algoritmos para desarrollar la recomendación musical analizando canciones en español”. Remarca que “al final, la IA es una realidad, ya está aquí, ya no se puede discutir si va a llegar o no, ya llegó y ya vamos tarde, entonces, nuestra filosofía es vayamos por delante y usémosla de forma que nos ayude a hacer mejor todo lo que estamos haciendo al día al día”.