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El presidente peruano, Pedro Pablo Kuczynski, calificó ayer de “golpe” de Estado la petición de destituirlo por sis vínculos con la constructora brasileña, y dijo que hoy defenderá su “capacidad” moral ante el Congreso.
“La Constitución y la democracia están bajo ataque. Estamos ante un golpe bajo el disfraz de interpretaciones legales supuestamente legítimas”, afirmó en un breve mensaje transmitido por radio y televisión, en el que aseguró: “Defenderé mi capacidad moral” en la sesión en la que el Congreso debe decidir si declara “vacancia” y lo cesa por “incapacidad moral”, lo que lo convertiría en el primer presidente en perder su puesto por el caso Odebrecht, que admitió haber pagado decenas de millones de dólares en sobornos en varios países latinoamericanos a cambio de contratos de obras públicas.
“Yo no he mentido, no soy corrupto”, ha repetido Kuczynski, cuyos asistentes intentaban a última hora disuadir a diversos legisladores de votar en favor de la destitución, según medios peruanos. Los analistas advierten que la economía peruana sufrirá un “impacto fuerte” por la incertidumbre política.
“La suerte del presidente Kuczynski está echada”, dijo a la AFP el analista político Luis Benavente, quien cree que el mandatario de centroderecha será destituido hoy mismo.
La Organización de Estados Americanos (OEA) enviará una misión a Lima a observar el proceso de vacancia a pedido de Kuczynski, integrada por Jean Michel Arrighi, secretario de Asuntos Jurídicos, y Gustavo Cinosi, asesor senior del secretario general Luis Almagro.
“Ambos van en carácter de observadores a Lima y con el objeto de producir un informe sobre la actual situación política del país, que entregarán al secretario Almagro”, dijo una fuente de la OEA.
El primer vicepresidente peruano, Martín Vizcarra, quien asumiría el gobierno en caso de que destituyan a Kuczynski, llegó ayer a Perú y afirmó su lealtad al mandatario.
“El presidente me pidió que retorne hoy y aquí estoy, al lado del presidente. Primero para escucharlo y para que se aclaren todas las dudas”, dijo Vizcarra, quien además es embajador peruano en Canadá.
Kuczynski entregará sus descargos desde las 09:00 locales ante un Congreso dominado por la oposición decidida a destituirlo, ocho días después de que el escándalo Odebrecht se cobrara otra prominente víctima, el vicepresidente ecuatoriano Jorge Glas, condenado a seis años de prisión por recibir sobornos.
Empresario de 79 años con experiencia y amigos en Wall Street, Kuczynski alega que nunca recibió un pago ilegal de la compañía brasileña, pero tres de cada cinco peruanos estiman que debe dejar el poder, según encuestas. Tras escuchar al mandatario, el Congreso unicameral debatirá antes de votar si lo destituye por haber ocultado que empresas vinculadas a él realizaron asesorías a Odebrecht, por las que les pagó casi cinco millones de dólares. Se requieren 87 votos de los 130 escaños del Parlamento, que parecen garantizados, pues el proceso de destitución fue solicitado por 93 legisladores.
El partido fujimorista Fuerza Popular, que ha tenido contra las cuerdas a Kuczynski desde que comenzó su mandato en julio de 2016, le exigió hace unos días renunciar para evitar ser destituido. Pero los acusadores del presidente tampoco están exentos de sospechas: la propia líder de Fuerza Popular, Keiko Fujimori (hija del encarcelado ex mandatario Alberto Fujimori), es investigada por Odebrecht y debe declarar ante la fiscalía.
En una señal de que la desconfianza hacia los políticos peruanos, ayer se realizó una “gran marcha nacional” convocada por organizaciones sociales y sindicales para exigir “que se vayan todos los corruptos”.