Taipéi.- El candidato oficialista Lai Ching-te ganó las elecciones presidenciales en Taiwán y prometió defender la isla de las "intimidaciones" de China, que reiteró de inmediato su intención de "reunificar" el país separado de hecho desde 1949.
Lai, actual vicepresidente de la mandataria Tsai Ing-wen (en el poder desde 2016) obtuvo 40.1% de los votos, según el conteo casi definitivo de la Comisión Electoral Central, con lo que el Partido Demócrata Progresista (DPP) consiguió un tercer mandato consecutivo.
Estas elecciones se celebraron a la sombra de las amenazas de China, la potencia asiática comunista y segunda economía mundial, que considera que esta isla es parte de su territorio y nunca dejó de proclamar su intención de "reunificar" el país, por la fuerza de ser necesario.
"Estamos decididos a proteger Taiwán de las intimidaciones y amenazas continuadas de China", dijo Lai Ching-te en su discurso de la victoria.
"Le estamos diciendo a la comunidad internacional que entre democracia y autoritarismo, estaremos del lado de la democracia", añadió el político, que asumirá la presidencia en mayo.
Su principal adversario, Hou Yu-ih, del Kuomintang (KMT), que defiende un acercamiento con Beijing, admitió su derrota y afirmó que respeta "la decisión final del pueblo taiwanés".
China, que antes de las elecciones describió a Lai como un peligroso "separatista", afirmó tras el anuncio de los resultados que la votación "no obstaculizará la inevitable tendencia a la reunificación" del país.
"Nos (...) opondremos firmemente a las actividades separatistas encaminadas a la independencia de Taiwán, así como a la injerencia extranjera", afirmó Chen Binhua, portavoz de la oficina china responsable de las relaciones con Taiwán.
El ejército chino prometió el viernes "aplastar" cualquier intento de "independencia" de Taiwán, situada a 180 km del continente.
Taiwán y China continental están separados de hecho desde 1949, cuando las tropas comunistas de Mao Zedong derrotaron a las fuerzas nacionalistas, que se refugiaron en la isla e impusieron una autocracia que en la década de 1990 se convirtió en una democracia.
Estas elecciones fueron seguidas de cerca tanto por China como por Estados Unidos, principal aliado militar de Taiwán, ya que las dos potencias compiten por ampliar su influencia en esta región estratégica del planeta.
El jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, felicitó a Lai y a Taiwán por su "sólido sistema democrático". Pero el presidente estadounidense, Joe Biden, reiteró la postura tradicional de Washington y afirmó: "No apoyamos la independencia" de la isla.
Estados Unidos apoya a Taiwán, pero mantiene relaciones diplomáticas plenas con China, que exige romper con Taipéi a los países con los que entabla relaciones.
La Unión Europea felicitó a "todos los electores" que participaron a "este ejercicio democrático".
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Lai, de 64 años, prometió durante la campaña continuar la senda de la presidenta Tsai Ing-wen, que gobernó dos mandatos (2016-2024) marcados por la creciente presión diplomática, económica y militar de Beijing.
"Confío en que los nuevos dirigentes sigan el camino de Tsai y espero que puedan salvaguardar la democracia de Taiwán", declaró a la AFP Grace, una joven de 21 años que celebró la victoria de Lai en la sede del PPD.
En sus mitines, Lai se presentó como el defensor del estilo de vida democráticao de Taiwán que, desde su partido PPD, consideran ya como un Estado independiente de facto.
Las posturas soberanistas de Lai y de la presidenta Tsai son criticadas por la oposición del Kuomintang, que los acusa de irritar a China.
Frente a estos dos partidos que se han alternado el poder desde el inicio de la democracia taiwanesa, el Partido Popular de Taiwán (PPT), se presentó como una "tercera vía" y su candidato, Ko Wen-je, obtuvo un 26,4% de los votos.
Además de escoger presidente, los taiwaneses renovaron su Parlamento y en las legislativas el oficialismo perdió su mayoría.
La oposición del KMT obtuvo 52 escaños, el oficialismo 51 y el TPP ocho legisladores, a lo que se suman dos independientes.
Los comicios parecieron despertar interés en la red social china Weibo, donde la etiqueta "Elecciones Taiwán" se convirtió en una de las más populares, antes de ser bloqueada.
La isla es clave para la economía mundial, tanto por su posición estratégica entre el mar de China Meridional y el océano Pacífico como por su industria puntera de semiconductores, componentes indispensables en teléfonos, autos o misiles.
En los últimos años, China aumentó la presión militar sobre el territorio, lanzando maniobras a gran escala que atizaron el temor de una invasión.
También intensificó su campaña diplomática para aislar a Taiwán, ahora reconocida oficialmente por solo 13 Estados después de que países como Honduras o Nicaragua rompieran relaciones con Taipéi para establecerlas con Beijing.
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