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Hay distintas posiciones sobre la decisión que tomó Ekapol Chanthawong , el entrenador de 25 años que está atrapado en la cueva Tham Luang , ahora junto a cuatro de los 12 niños que el 30 de junio ingresaron con él.
Algunos lo responsabilizan por haber hecho ingresar a los niños a la cueva, otros creen que su presencia es vital para que todos permanezcan con vida y puedan ser rescatados.
Según informó el diario Washington Post, la madre de Pornchai Khamluang, uno de los menores atrapados, agradece la presencia del asistente técnico. "Si Ekapol no hubiera ido con ellos, ¿qué le habría pasado a mi hijo?", se preguntó.
Lo cierto es que el joven, que seguramente sea la última persona en salir de la cueva, es quien se encuentra en peor estado, debido a que en los primeros días de aislamiento no se alimentó para darle a los niños su ración de comida y de agua.
EX MONJE
Chanthawong
tiene 25 años y es el asistente técnico del Moo Pa (Jabalíes salvajes en tailandés).
Cuando tenía 10 años, perdió a sus padres y su hermano de siete años debido a una epidemia respiratoria que afectó Tailandia. Al poco tiempo ingresó a un monasterio para convertirse en monje novicio, pero lo abandonó para cuidar de su abuela, que estaba enferma en el distrito de Mae Sai, en el norte de Tailandia, dentro de la provincia de Chiang Rai, donde se encuentran las montañas de Doi Nang Non y la cueva Tham Luang.
Tres años atrás ingresó al cuerpo técnico del Moo Pa como asistente técnico de Nopparat Khanthavong, el entrenador principal. Ekapol preparó junto al director técnico un sistema para que los niños entrenaran y al mismo tiempo se motivaran para obtener buenas notas en sus estudios: les regalaban botines y pantalones nuevos cada vez que aprobaban sus cursos.
Joy Khampai, amigo de Chanthawong, dijo al Washington Post que "amaba" a los niños "más que a sí mismo". Jopy dijo también que conoce bien a su amigo y sabe que "se va sentir culpable" por lo ocurrido.
INGRESO A LA CUEVA
El 30 de junio, Nopparat tenía que dirigir al equipo de mayores, por lo que no podría llevar al equipo infantil a la cancha que se encuentra junto a Doi Nang Non. Por este motivo confió en Ekapol Chanthawong para la tarea. Le pidió que vigile a los niños y se lleve a algunos jugadores mayores (16 años) para que lo ayuden.
Luego del partido de los mayores, sobre las 19 horas, Nopparat tomó su celular y descubrió que tenía unas 20 llamadas perdidas. Eran de los padres de los niños, preocupados porque no habían regresado.
Nopparat llamó a Ekapol
pero no respondía. Llamó a los niños hasta que uno de ellos pudo responder e informar que se encontraban en las cuevas de Tham Luang. Nopparat se trasladó al lugar pero sólo encontró bicicletas y mochilas abandonadas en la entrada, y descubrió que el agua se filtraba por el camino.
El lunes 2 de julio, los 12 niños y Ekapol fueron ubicados. Allí comenzó la planificación de un operativo que lleva rescatados a ocho de los niños. El sábado 14, la Marina tailandesa publicó fotos de cartas escritas a las familias.
La de Ekapol, era bastante breve: "Prometo darles a los chicos el mejor de los cuidados. Quiero agradecer por todo el apoyo, y quiero pedir disculpas".
Durante los días que pasaron aislados, el asistente técnico aprovechó sus conocimientos como monje y enseñó a los niños a meditar, para conservar la mayor cantidad de energía hasta que fueran encontrados.
Una ilustración en la que se lo ve meditando en la posición de loto y con 12 jabalíes en sus brazos intenta generar conciencia sobre el rol de Ekapol en esta historia.
lsm