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El estratega con nexos en Ucrania

Paul Manafort. Un jefe de campaña más parecido a un espía de novela

01/08/2018 |04:19EFE |
Redacción El Universal
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Washington

Paul Manafort es un novelesco estratega internacional que en los últimos años dejó de asesorar a quienes fermentaron la revolución del Maidán, en Ucrania, para guiar al magnate Donald Trump en su camino a la presidencia de Estados Unidos.

A sus 69 años, el ex jefe de campaña del multimillonario tiene una amplia carrera de asesoría, presión y, sobre todo, cercanía al poder; una vida de conexiones en la sombra que le han vinculado de manera más o menos directa con presidentes y élites políticas de distintos países, principalmente Ucrania y Estados Unidos.

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Con múltiples pasaportes, cuentas en el extranjero, lavado de dinero y supuestos intentos de manipular testigos, los documentos judiciales de su caso lo asemejan a un agente encubierto de una novela de acción.

Si algo ha marcado el devenir de Manafort han sido sus trabajos con Kiev para el ex presidente prorruso Víktor Yanukóvich, para quien diseñó una táctica política ante su pueblo, pero también de cara a los ojos de las élites europeas y estadounidenses.

El ambicioso graduado en Derecho en Georgetown, Washing-
ton, había creado una institución para presionar a políticos europeos sobre la imagen de Yanukóvich, con quien mantenía una estrecha relación, y llegó a impulsar un informe sobre el encarcelamiento de su rival política Yulia Timoshenko, según los escritos de acusación de la corte federal.

Manafort creó un entramado de cuentas en paraísos fiscales en las que recibía y manejaba los millones de dólares que ganaba en Ucrania y el resto del mundo.

Este hombre, oriundo de Co-
nnecticut, logró “decenas de millones de dólares” entre 2006 y 2015 y mantuvo una estructura creada para ocultarlos hasta 2017, después de haber formado parte durante cinco meses de la campaña del ahora presidente Donald Trump, donde llegó a ser jefe del equipo del magnate, pero debió dimitir cuando se reveló que ocultó 12.7 millones de dólares recibidos de Ucrania.

El acusado siguió trabajando en la creación de opiniones favorables al Kremlin tras haberse entregado al FBI el pasado octubre, participando en la redacción de un editorial de un medio impreso.

Según su defensa, él es un exitoso consejero internacional, casado durante 40 años y padre de dos hijas.

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