En el mes de febrero el presidente estadounidense Donald Trump llevó a El Paso, Texas, su campaña a favor del muro en la frontera con México, en donde consideró que los migrantes indocumentados representan un riesgo de seguridad nacional para Estados Unidos.
De acuerdo a BBC News en esa ocasión Trump aseguró en cadena nacional, durante su discurso del Estado de la Unión, que El Paso solía tener “tasas extremadamente altas de delitos violentos”, pero que la edificación del muro cambió el rostro de la ciudad texana.
“Ahora con una poderosa barrera en el lugar, El Paso es una de las ciudades más seguras de nuestro país. En pocas palabras, los muros funcionan y los muros salvan vidas”, afirmó Trump en su campaña a favor del muro fronterizo.
Sin embargo, en su reportaje BBC News destacó que las estadísticas de criminalidad en los registros del FBI no apoyaron lo dicho por el presidente norteamericano, ya que la tasa de delitos violentos en El Paso se redujo en las últimas tres décadas, siendo una de las urbes más seguras antes de la edificación de la valla fronteriza, completada en 2009.
Se especifica además que en los años 2005, 2006 y 2007 El Paso ocupó el tercer lugar en cuanto a índices más bajos de criminalidad en Estados Unidos; y en 2017 fue considerada la segunda gran ciudad con menos criminalidad del ranking anual de la consultora SafeWise.
En su artículo BBC News explica que tanto autoridades y especialistas coinciden en que el mejoramiento de la seguridad en la región fue debido a los efectos que tuvo la operación “Hold the Line” implementada en 1993, la cual consistió en un gran despliegue de agentes de la Patrulla fronteriza, por lo que los habitantes de El Paso contaban con hasta tres corporaciones de seguridad.
De esta manera se considera que la edificación de un muro no tiene relación con la baja del crimen.
"No hubo una caída inmediata de los delitos violentos en El Paso después de que se colocó un muro. De hecho, la tasa de delitos violentos de la ciudad aumentó un 5,5% de 2007 a 2010", apunta Robert Farley, del Centro de Políticas Públicas de Annenberg.
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