“El derecho internacional se encuentra en jaque”, declara a EL UNIVERSAL, Jorge Araneda, doctor en Relaciones Internacionales de Medio Oriente de la Universidad de Ankara, luego del ataque de Irán contra Israel del fin de semana pasado.
Sobre el ataque iraní, en esta entrevista realizada antes de que se reportaran las explosiones en Irán, considera que fue “un empate técnico”.
Con la respuesta de Irán, ¿gana alguien en Medio Oriente?
—Los analistas plantean que fue un ataque que le proporciona tanto como a Irán como a Israel una posibilidad, un camino, a que ambos ganaron, es un empate técnico.
Israel o el gobierno del primer ministro Benjamin Netanyahu no lo está percibiendo como una historia así. Le cuesta presentarlo a la política doméstica como una victoria. Con la llamada del presidente [Joe] Biden, lo trata de convencer de que tiene que considerarlo una victoria y que no va a apoyar ningún tipo de ataque directo de Israel hacia territorio iraní. Por otra parte, le proporciona una victoria a Irán en términos, de nuevo, de cómo lo presentan dentro de su política doméstica. Pero también como una victoria, en términos no sólo militares, técnicos, sino también de dar o de generar una influencia y una legitimidad regional, en torno a lo que realmente puede hacer, si es que quiere hacerlo.
No fue un ataque sorpresa, pero sí muy espectacular, ¿así serán en un futuro?
—Sí. Hay dos situaciones importantes. La que tiene que ver con el avance constante sobre los misiles balísticos y la capacidad militar que Irán está generando, y de la capacidad y producción de los misiles de largo alcance. Los misiles que fueron enviados particularmente a atacar conjuntos o zonas militares o urbanas, no es lo último de la producción iraní, pero sí presenta una producción de armamento sobre todo estratégico y técnico bastante elevado.
Desde Ucrania hemos visto la capacidad armamentística en términos de desplazamiento y efectividad de los drones, que pueden dar una capacidad efectiva para desactivar puntos estratégicos claves y es el punto que más llama la atención.
La construcción de los misiles, pero sobre todo la compra, distribución de los drones es extremadamente barata (...) Vemos cómo Turquía se hizo de un mercado internacional ahora que lo exporta a países de África y Medio Oriente y que también Irán compite.
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El G7 condenó la respuesta, hubo mensajes desde la ONU, ¿qué más puede hacer la comunidad internacional?
—Nos encontramos en un punto de quiebre (...) el punto muerto de lo que tiene que ver con el derecho internacional. Ya no estamos en un mundo unipolar, sino multipolar.
Hoy Medio Oriente es el laboratorio, el ejemplo máximo del derecho internacional actual, en una región extremadamente multipolar donde particularmente hay potencias regionales (...) En ese mundo multipolar es donde el derecho internacional se encuentra en jaque. Ahí es donde las organizaciones tienen que poner más su poder coercitivo y diplomático. En términos de las disputas geopolíticas, creo que fue un ataque bastante proporcionado y creó más una narrativa, que escalar el asunto, pero ya las fronteras se desdibujaron.
Irán dijo que fue un ataque en legítima defensa, ¿lo fue?
—No. En este caso de esta guerra fría o tibia en este momento entre Irán e Israel no quedan bajo las diferentes convenciones de guerra.
Se espera la respuesta israelí, falta ver cómo será.
—Se le presenta al gobierno de Netanyahu un doble camino. Está con una oportunidad de oro de poder tener acuerdos y un grupo de aliados que se unifiquen de forma real y conjunta para imponer sanciones y también para conformar un tipo de organismo que busque poner en jaque al gobierno o régimen iraní, sobre todo con Alemania, Estados Unidos, Inglaterra y otros pares de naciones, pero, Netanyhau sabe que si va por ese camino, que le traería muchos beneficios geopolíticos y de seguridad, y de imagen diplomática, no va a venir sin prerrequisitos y uno es que cualquier aliado europeo y sobre todo norteamericano va poner sobre la mesa es su presencia en Gaza.
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mcc