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Tabasco.— Luchadora y amante de la vida. Así era Rosa Isela Zavala Franco, quien falleció en el avionazo del viernes en Cuba, adonde la tabasqueña viajaba cada dos meses para aplicarse una vacuna que la ayudara a mantenerse estable frente al cáncer que padecía desde hace 20 años.
Tenía 48 años, era una mujer luchona y nada la detenía, contó uno de sus hermanos, quien detalló que, a pesar de ser madre soltera, Rosa logró sacar a sus cuatro hijos adelante. Trabajaba en el área administrativa de la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco (UJAT), pertenecía al sindicato de esta casa de estudios.
Uno de sus hijos, Javier, de 32 años, y quien también es empleado administrativo de la UJAT, aseguró que su madre incluso participaba como voluntaria en algunas fundaciones y asociaciones. “La verdad no sé qué hacer, tengo muchas cosas qué pensar... Era una buena mujer, en verdad, por eso no lo entiendo, no lo asimilo”, indicó.
Rosa Isela era contadora pública, creció junto a siete hermanos más; fue la cuarta hija del matrimonio formado por Eduardo Zavala y Ramona Franco; pasó su infancia en una colonia populosa de la ciudad de Villahermosa, Casa Blanca; ahí se formó y decidió quedarse a vivir con sus hijos, a quienes les daba todo, luchaba para que fueran personas de bien.
El cáncer nunca la detuvo, siempre luchó, contó su hermano, quien explicó que ayer les confirmaron que ella era una de las víctimas mortales del avión que se estrelló después de despegar del aeropuerto internacional de La Habana. La familia Zavala Franco apenas se estaba recuperando del dolor que les causó, hace cinco meses, la muerte de William Rubén, hermano de Rosa Isela y quien fue secuestrado y asesinado por delincuentes que le querían robar sus pertenencias.
El líder del sindicato de maestros de la UJAT, Juan José Sosa, apuntó que aun cuando Rosa Isela formaba parte del sindicato administrativo, se le brindará todo el apoyo a la familia, poniendo a su disposición a los abogados y asesores para los trámites que vienen, sin descartar la ayuda económica.
Hasta ayer, ninguna autoridad estatal o federal había tenido comunicación con la familia Zavala Franco, quienes ahora iniciarán un largo proceso que los llevará a Cuba en busca del cuerpo de Rosa Isela. “Espero que las autoridades nos apoyen en trasladar más rápido a mi mamá a México y los trámites se nos hagan más fáciles”, dijo Javier.