En la lucha contra el cambio climático es fundamental incluir a las mujeres en los procesos de decisión y planeación, no sólo porque estamos hablando de más de la mitad de la población, sino porque las mujeres están en una situación más difícil por los efectos del cambio climático, señala en entrevista con EL UNIVERSAL  Patricia Espinosa, secretaria ejecutiva de la Convención Marco de Naciones Unidas para el Cambio Climático (UNFCCC), quien presidirá la segunda Conferencia Women4climate, que tiene lugar hoy en la Ciudad de México.

Señala que el cambio climático es actualmente la mayor amenaza mundial y  para enfrentarlo 197 países han suscrito el Acuerdo de París y 175 lo han ratificado ya, algo nunca visto en la historia.

¿Cuál es la importancia de la Conferencia que se realiza en México y en la que participarán mujeres y alcaldes?

Tenemos que tomar en cuenta que estamos hablando de que las mujeres son más de la mitad de la humanidad con una participación en las decisiones que es muy poca, afirma.  En cualquier situación de vulnerabilidad climática, las mujeres son las que están generalmente en una situación más difícil, exacerbada por los efectos del cambio climático.  Las crisis tienen distintas causales, a las que si se agrega una situación de pobreza, de hacinamiento, de insalubridad porque no tienen acceso a servicios de sanidad, por dar un ejemplo, entonces en una situación es catastrófica, las mujeres y los niños son los primeros que la sufren.

Es una buena noticia la participación de alcaldes de distintos países.  El C40 se inició con 40 alcaldes actualmente son más de 90 entre las que destacan las ciudades más importantes. Yo diría que es un crecimiento extraordinario, es un grupo que permite conocer experiencias exitosas en torno al cambio climático en ciudades de distintos tamaños y de distintos desarrollos.  Participarán varias mujeres alcaldes a la Conferencia, como Anne Hidalgo, de París.  El intercambio de experiencias conviene a los gobiernos de las ciudades, a los ciudadanos políticamente dan un beneficio, pensemos por ejemplo en los programas de eficiencia energética en las ciudades, como una manera de ahorrar recursos y de reducir contaminación.

De invertir y cambiar el futuro, porque no se puede dejar de lado que las grandes ciudades son también grandes contaminadores, por el nivel de emisiones de CO2.

Crucial, porque si no hay una acción decidida por parte de los centros urbanos, no vamos a alcanzar las metas que establecen los Acuerdos de París.  Y además la importancia de las ciudades es donde hay una acción mucho más cercana entre el gobierno y los ciudadanos. Y ahí es donde el marco general que establece el Acuerdo de París se convierte en políticas públicas en programas específicos que tienen el efecto de cambiar la realidad de esa comunidad de manera muy concreta y eso es de lo que se trata.

Para las ciudades uno de los grandes problemas es el transporte de los ciudadanos y la utilización de combustibles fósiles. ¿En esta materia se está iniciando una revolución?

Estamos viendo iniciativas muy valientes en diversas ciudades, por ejemplo, pasar a transporte público eléctrico, donde hay ciudades no sólo comprometidas sino que ya lo han hecho…  Y ya no dependen de combustibles fósiles. Estuve en Oslo el año pasado y esta es una de las ciudades que está en este proceso, una ciudad por cierto pionera en la participación política de las mujeres.  Hay otros países que han tomado decisiones también valientes, por ejemplo, que han decidido que partir de 2030 no se van a vender vehículos que utilicen combustibles fósiles como la gasolina o el diesel, sólo vehículos eléctricos.  Lo que permite que se vaya renovando el parque vehicular.  Eso implica inversión en infraestructura en las ciudades  en las carreteras y tiene que irse invirtiendo en investigación y desarrollo para el almacenamiento de energía renovable.  Ha habido avances verdaderamente  notables.

Toda renovación tecnológica suponemos que llevaría a una mayor desigualdad entre los países ricos y los que están en desarrollo y los países pobres…

Yo creo que hay también un proceso de transformación profunda de nuestras sociedades.  Hay quienes dicen que hay países que no han llegado a un proceso de desarrollo tecnológico avanzado pero posiblemente ya se pueden saltar esa fase de industrialización basado en combustibles fósiles y en el uso indiscriminado de los recursos y pueden pasar a un desarrollo de mayor nivel, que no indique todos estos costos ambientales que ya sabemos que existen en determinadas industrias.  Un ejemplo lo tenemos en la India.  Hay lugares donde la energía solar se desarrolla exitosamente, es más barata.  Una de las interrogantes, sin duda es cuánto nos vamos a tardar en eliminar el carbón como fuente de energía… Y este tipo de desarrollos dan una perspectiva totalmente diferente.  Y las inversiones que están llegando a la India para energía renovable son totalmente diferentes.  Y eso implica que puede facilitarse el acceso de mucha gente que no tiene energía eléctrica, con energías sustentables.  Sin requerir invertir en una red de transmisión eléctrica como la que tenemos nosotros que es costosísima.  Estas son áreas de oportunidad para ciertos países que pueden llegar directamente sin la utilización de nuevas tecnologías, indudablemente favorecerá a las familias y a mujeres en poblaciones de elevada vulnerabilidad y pocos recursos. .

Hablando un poco, de donde estamos, hasta donde hemos llegado en materia de cambio climático.  Es importantísimo el trabajo de ONU a lo largo de muchos años, que fue un paso muy importante, la COP 16 que tú encabezaste, como Canciller y que abrió la perspectiva del Acuerdo de París.

Sin la COP 16 no se hubiera logrado el Acuerdo de París, eso es ampliamente reconocido.  A mí me tocó el privilegio de encabezar esa Conferencia, pero fue un trabajo en verdad de un equipo enorme.  La cancillería completa estaba volcada para atender bien esta conferencia.  Había habido una situación de mucha insatisfacción por parte de la sociedad civil y a nosotros nos quedaba claro que tenía que ser parte del proceso.  No se trataba de un enfrentamiento entre gobiernos y sociedad civil, que ahora están trabajando de la mano. No quiero decir que estemos de acuerdo en todo, pero si trabajamos juntos y Naciones Unidas hizo una gran aportación con esto.  Yo diría que en el año 2015 tuvieron lugar dos procesos que fueron complementarios: El Acuerdo de París y las metas de desarrollo sustentable. Forman una sola agenda, no se pueden separar, pero es la primera vez que sobre la base de una agenda aprobada por Naciones Unidas, los gobiernos, las autoridades locales, las empresas, los ciudadanos, están realmente armando sus procesos, transformando, desarrollando tecnologías y orientándose a estas metas.

¿Considerarías que estamos ante la cuarta revolución industrial del mundo en la que nos estamos jugando el futuro y la supervivencia?

SÍ, yo así lo veo y creo que quienes tomamos decisiones tenemos también una responsabilidad moral de ocuparnos de lo que les vamos a heredar a las generaciones futuras.  Ya tuvimos un mundo en el que hacíamos muchas cosas con gran libertad, creo que tenemos una obligación para las generaciones futuras, para su bienestar y libertad.

Es mucho muy importante la forma en que han avanzado acuerdos e iniciativas en torno al cambio climático…  Se resalta que Estados Unidos va a dejar el Acuerdo de París.

Se trata de un proceso que concluirá en 2020.  En relación con el Acuerdo de París, todavía estamos muy lejos de donde deberíamos estar, por eso es tan importante la participación de ciudades, de los distintos niveles de gobierno, de las empresas.  En el año 2020 se van a revisar los avances de los acuerdos en torno al cambio climático, la importancia dentro de esas perspectivas de todas las acciones y la movilización.  Se busca generar un ambiente en el que los gobiernos tengan la confianza, el convencimiento de la necesidad y la decisión de establecer metas más ambiciosas que nos puedan llevar más cerca de las metas que establece el Acuerdo de París, un calentamiento por debajo de más de dos grados Celsius y no superior al 1.5.  Si estamos todavía muy lejos, por eso es importante que los ciudadanos y en particular las mujeres estén involucrados porque son quienes pueden exigir a sus líderes que atiendan estos problemas.

¿Cuántos países participan en el Acuerdo de París y cómo han avanzado las ratificaciones?

Todos los países del mundo ya firmaron el Acuerdo de París, había sólo dos países pendientes, Siria y Nicaragua, en noviembre del año pasado se adhirieron al Acuerdo.  O sea que tenemos un acuerdo respaldado a nivel mundial, hay 175 ratificaciones, lo que es una cifra récord para cualquier acuerdo multilateral.  Si vemos que en 2015 se aprobó con una meta de 55 países que representaran el 50 por ciento de las emisiones globales para poder entrar en vigor, eso se logró en 11 meses.  Menos de año y entró en vigor.   Hoy poco más de un año después tenemos 175 ratificaciones, nos quedan 22 países de un total de 197 países que suscribieron el Acuerdo de París.  Es increíble, verdaderamente increíble

Estamos hablando del problema global más grande y de la reacción mundial más amplia que jamás…

Cuando conocemos la complejidad que implica cualquier proceso de ratificación es verdaderamente increíble lo que se ha logrado.  Eso te habla de una unanimidad a nivel de los actores políticos también en todo el mundo, es una agenda que no se puede soslayar.

¿Y cómo se avanzó en la pasada reunión de la COP en Bonn?

En Bonn hubo avances importantes para consolidar el acuerdo de París, se acordó una especie de manual operativo, de acuerdos para operar.  Cada país pone sobre la mesa un programa de reducción de emisiones.  Se compromete a una determinada deducción.  Eso ocurrió, metas fijadas por cada uno de los países,

De acuerdo con sus posibilidades, sus necesidades y su determinación de metas…

De acuerdo con sus necesidades y posibilidades diferenciadas en un proceso de implementación global, ¿por qué? Porque como vas a pedirle a Maldivas o Fiji y que acaba de presidir la Conferencia que haga lo mismo que nosotros o que Estados Unidos o que Alemania. 

Los países que más contaminan, tienen mayores responsabilidades y los mayores recursos, tendrán las metas más ambiciosas,  ¿pero la meta global se alcanza con la suma de las acciones de todos…?

Si con la suma de todos.  Hay un grupo que son los principales emisores de CO2, estamos hablando de 20 países que son los principales. Pero muchos otros tienen emisiones que son comparativamente más pequeñas.  Todos participan, pero el régimen tienen credibilidad porque es global y además porque atiende un problema que afecta a todos, aunque son los países que tienen más recursos, más desarrollos industriales, los que se beneficiaron también con un mayor desarrollo económico sin restricción en el uso de los recursos naturales.  Independientemente de eso todos somos afectados.  Esto es lo que se reconoce en la Convención como el principio de responsabilidades comunes diferenciadas.  A todos nos afecta todos tenemos que hacer algo para resolverlo, pero de manera diferente porque hay quienes tienen una responsabilidad histórica, hay quienes tienen más recursos.  Claramente, se establece que los países desarrollados tienen la responsabilidad de apoyar a los países en desarrollo en sus programas nacionales… Según sus realidades… Pero es importante acelerar el paso, porque estamos contra el tiempo en una situación que apremia porque pasados ciertos límites no habría recuperación posible.

¿Hay una nueva en la perspectiva multilateral? 

Las realidades políticas, sociales y económicas de cada país define lo que va a hace en materia de reducción de CO2. Por ejemplo, las metas de desarrollo sustentable hablan de un nuevo pacto global de cooperación, hablamos de un nuevo proceso en el que el desarrollo de los países está basado en muchas más variables de las que conocíamos antes, por ejemplo se hablaba de los términos de las variables de intercambio de los productos básicos, todo era hablar en función de países aislados y de los intercambios entre ellos.  Aquí estamos hablando de un problema que a todos nos afecta en vidas humanas, recursos naturales, en pérdidas de infraestructura, lo que acaba de suceder en el Caribe, que un fenómeno natural los puede regresar veinte años atrás.

Una noticia llamó mucho la atención, en el sentido de que se va a apoyar con seguros a 400 millones de personas en las zonas más vulnerables.

Es un programa que se anunció en la COP26 en Bonn, y que va a proveer de seguros contra desastres naturales a países con poblaciones particularmente vulnerables.  Hay personas que viven en esas islas particularmente golpeadas por factores climáticos, y pasa un huracán y los deja sin casa y posiblemente sin trabajo… El programa dirigido a ese tipo de poblaciones, de comunidades.  Se inició con 125 millones de dólares que puso Alemania pero que tiene el objetivo de poder sumar a otros actores.  Y ahí también hay señales muy alentadoras.  Muchas empresas aseguradoras se van involucrando en estas realidades que no pueden ignorar.  Por otra parte, las aseguradoras están viendo cómo van a definir riesgos en materia de desastres naturales y por otro lado a donde van a invertir sus recursos.  Por ejemplo en Florida hay lugares donde ya no aseguran las casas susceptibles de inundaciones.

Dos mujeres resaltan en el impulso de Naciones Unidas al Cambio Climático: El Informe resultado de la investigación de la Comisión Mundial sobre Medio Ambiente y Desarrollo(1983-87)  que encabezó Gro Harlem Brundtland, Primera Ministra de Noruega, el primero que alertó sobre los riesgos para la sustentabilidad frente al deterioro del medio ambiente y del desarrollo.  Ahí está también la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático, de la cual, Patricia Espinosa es la Secretaria Ejecutiva.  Naciones Unidas tiene un papel fundamental.

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