Tras 14 años en el corredor de la muerte, el asesino Justen Hall (38) fue ejecutado este miércoles en Texas, convirtiéndose en el octavo prisionero en ese estado en sufrir la pena capital en lo que va del año. La condena le fue impuesta tras hallarlo culpable del asesinato de Melanie Billhartz, en octubre del 2002, por temor a que denunciara el laboratorio de metanfetamina que tenía en El Paso.
Hall fue declarado muerto a las 6:32 pm en la penitenciaría de Huntsville. Hall es el 19 condenado a muerte ejecutado este año en Estados Unidos, el octavo en Texas .
Sin embargo, el historial de Hall se extiende más allá de este crimen e incluye otro asesinato meses antes que el de Billhartz.
Oriundo de Texas, Hall dejó la escuela en noveno grado. Pese a su corta edad ya contaba con antecedentes por hurtos y robo de autos, los mismos que fueron creciendo con el paso del tiempo.
El 10 de abril del 2002 , Hall asistió a un bar gay ubicado en el centro de El Paso, lugar que según testigos asistía con frecuencia. Esa noche habría conocido a Arturo Díaz (28), con quien lo vieron salir antes de que se encontrara el cuerpo de este último, con ropa femenina, en Anapra Road. El joven había sido asesinado de un tiro en la espalda.
Diez días más tarde, Hall fue arrestado en un campo de remolques ubicado en Canutillo, Texas, acusado de portar ilegalmente una pistola de 9 mm. Fue puesto en libertad tras pagar una fianza y dos días después lo volvieron a detener por el asesinato de Díaz. Hall alegó que lo había hecho motivado por la orientación sexual de la víctima. El homicidio fue considerado un crimen de odio.
Pese a ello, la audiencia en contra de Hall fue pospuesta hasta el 4 de noviembre debido a que se programó un examen psicológico sobre él. Tras pagar una fianza de 75 mil dólares logró salir en libertad hasta la celebración de la audiencia.
Rosa Díaz, madre de Arturo, confesó estar aterrada por el giro que había dado el caso.
Tras ser liberado, Hall se quedó en la casa de Chase Hale, conocido en la zona por ser un laboratorio donde producían metanfetamina. Poco después, Ted Murgatroyd y su novia Melanie Billhartz (29) llegaron al mismo lugar.
Las autoridades señalan a Hall como líder de la pandilla Aryan Circle (Círculo Ario), dedicada a la comercialización de drogas.
Una pelea de la pareja llevó a que Billhartz amenazara a Murgatroyd con denunciarlo ante la policía por agresión. Hall, Murgatroyd, Hale y un cuarto hombre discutieron cómo lidiar con la situación, que podría llevar a que las autoridades descubrieran el laboratorio de narcóticos. Fue finalmente el dueño de la casa, Chase Hale, quien propuso asesinar a Billhartz.
Foto: AP
Hall salió junto a Billhartz a bordo de la camioneta de ella, condujo hasta una vía rural en las afueras de El Paso y la ahorcó valiéndose de un cable eléctrico. Regresó a la casa de Hale, donde junto a Murgatroyd le cortaron los dedos antes de enterrar su cadáver en el desierto de Nuevo México.
Poco después, Murgatroyd fue interrogado por la desaparición de su novia, conduciendo a la policía hacia el lugar en el que habían enterrado a Billhartz. Más tarde, ese mismo día, Hall fue arrestado, iba conduciendo la camioneta de la víctima. Hale y el cuarto hombre que participó de la reunión donde se decidió el asesinato señalaron a Hall como autor del crimen.
El asesino negó inicialmente haber matado a Billhartz, pero luego confesó su crimen.
Poco después, Rosa, madre de la primera víctima Arturo Díaz, dijo ante los medios que había intentado detener la liberación bajo fianza de Hall. “Les dije van a dejarlo ir y va a matar nuevamente. ¿Por qué le dieron una fianza? ¿Por qué pospusieron la fecha del juicio?”, dijo durante una entrevista telefónica con El Paso Times. “Lo siento mucho por los padres de la chica”.
La hermana de Billhartz, Lana Rivera, dijo que su hermana se había involucrado en las drogas y con la gente equivocada después de que su madre muriera de cáncer. Sin embargo, ella no era así en realidad, agregó Rivera, describiendo a su hermana como una persona amante de la diversión que adoraba a su familia y que un día esperaba tener sus propios hijos
Tras un proceso de tres años, en el 2005 un juzgado de El Paso condenó a Hall a la pena capital. La defensa del asesino presentó una serie de apelaciones, pero Hall solicitó que se retiraran y se procediera a su ejecución.
Posteriormente, la defensa de Hall solicitó que se analice los rastros de ADN del cable con el que había sido asesinada Billhartz, señaló que las autoridades habían realizado una “pobre investigación”, apuntó a Hale como autor del crimen y argumentó que la confesión de su defendido había sido forzada.
En el 2016, Hall dirigió una carta al tribunal reiterando su deseo de renunciar a las apelaciones y que se le aplique la pena capital. Sus abogados pidieron suspender la ejecución alegando que Hall no es competente para ser ejecutado y que tiene antecedentes de enfermedad mental.
Sin embargo, durante una audiencia realizada en marzo del 2017 el mismo Hall dijo ser “100% competente” y reconoció haber asesinado a Billhartz. Los fiscales dijeron que dos expertos nombrados por los tribunales en 2017 también consideraron que Hall era competente mentalmente hablando.
Finalmente, a las 6:32 p.m. del miércoles Hall se convirtió en el 19 recluso ejecutado este año en Estados Unidos y el octavo en Texas, un estado donde aún hay tres ejecuciones más programadas para lo que resta del 2019.
lsm