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Un hombre en Reino Unido a quien los médicos le habían dado cerca de "cero posibilidades" de sobrevivir después de enfermarse de Covid-19 habló con la BBC sobre cómo el virus puso su vida "patas para arriba".
Mal Martin, de 58 años, fue internado una semana después de que se sintiera mal y estuvo conectado a un respirador artificial durante 61 días.
Su esposa y sus hijos incluso se despidieron de él antes de que entrara en un coma inducido.
La recuperación de Martin fue descrita por los médicos que lo atendieron como un "milagro".
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Amputaciones
"Básicamente mi mundo dio un vuelco, pero al mismo tiempo, me estoy volviendo más fuerte", le dijo Martin a la BBC.
"Solo puedo caminar un poco. Tengo muchos mareos. Tengo problemas con mis pulmones, pero lo más grave son los problemas en mis riñones. Estos solo funcionan actualmente al 12%".
"Todo ha sido realmente terrorífico. Necesitaré diálisis por el resto de mi vida o un trasplante de riñón".
"Perdí visión en mi ojo derecho, algo que nunca voy a recuperar, y me han hecho amputaciones en mis manos (perdí el pulgar en una mano y el dedo índice de la otra, y perderé medio dedo y el pulgar de la mano derecha)".
Sus dedos se vieron afectados por la medicación que se le suministró para mantenerlo con vida.
Martin, es diabético por causas genéticas (no vinculadas al estilo de vida). Hace cuatro años sufrió un paro cardíaco y se le colocaron tres stents coronarios.
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Después de este episodio se recuperó bien, comenzó a correr con regularidad. No bebía ni fumaba. Su diabetes estaba bajo control y antes de contagiarse de Covid-19 su estado físico y de salud eran buenos.
Despedida prematura
Martin fue llevado al hospital justo antes de que Reino Unido entrara en cuarentena en marzo.
Según le dijo a la BBC, no recuerda qué ocurrió en las primeras dos semanas, que describió como un "blanco" en su memoria.
Después "sentí honestamente que mi vida se había terminado", como en un principio pensaron sus médicos.
"Mi médico me dijo que mi esposa e hijos habían venido a decirme adiós. Para ser justos, no debería haberme dicho eso, pero me lo dijo y me afectó en ese momento".
Durante los días que estuvo conectado al respirador, Martin sufrió muchas alucinaciones. Veía "cosas y pasé momentos de miedo viendo máscaras alrededor de mí todo el tiempo".
"Me acuerdo de que una de las enfermeras me decía que me iba a tomar la mano toda la noche... y que no me iba a dejar ir".
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"Pensé en lo increíble que era el NHS (las siglas que identifican al Servicio Nacional de Salud) y cómo todas las personas que habían estado involucradas habían sido realmente fantásticas".
"La gente no hace caso"
Desde que comenzó hace ya cerca de 10 meses, la pandemia de coronavirus se ha cobra más de 1.6 millones de vidas de más de 73 millones de casos confirmados en el mundo.
Una luz de esperanza ha surgido recientemente gracias a la aprobación de algunas vacunas.
Pero Martin, quien se ha estado recuperando desde julio, cree que todavía hay gente que no se toma el virus en serio.
"Es una enfermedad horrible, horrible. Si pudiese pedir algún deseo, sería que todo pasase", dice.
"Pero creo que el deseo más grande es que la gente entienda que yo era sano".
"Realmente me asombra que haya tanta gente perdiendo la vida, tanta gente en la misma posición en la que yo estoy y en peores posiciones que la mía, y la gente todavía no hace caso y no comprende".
"Creo que una vez que alguien lo tiene en su familia, entonces es cuando se da cuenta".
jabf/lsm