A los cocineros les encantan sus aparatos, desde ollas de cocción lenta de mostrador hasta termómetros de lectura instantánea. Actualmente, hay un interés creciente por las cocinas de inducción magnética: superficies que cocinan mucho más rápido que las convencionales, sin encender una llama ni calentar una bobina eléctrica.
La inducción magnética ha sido popular durante mucho tiempo en Europa y Asia, y es más eficiente energéticamente que las estufas estándar. Sin embargo, estudios recientes alertan sobre las emisiones de las cocinas de gas dentro de las viviendas.
Investigadores académicos y agencias como la Junta de Recursos del Aire de California han informado que las cocinas de gas pueden liberar contaminantes peligrosos mientras están en funcionamiento e incluso cuando están apagadas.
Un estudio realizado por investigadores estadounidenses y australianos en 2022 estima que casi el 13% de los casos de asma infantil en Estados Unidos pueden atribuirse al uso de estufas de gas.
Decenas de ciudades estadounidenses han adoptado o están considerando regulaciones que prohíben las conexiones de gas natural en viviendas de nueva construcción después de fechas específicas, para acelerar la transición de los combustibles fósiles.
Al menos 20 estados han adoptado leyes o reglamentos que eliminan las prohibiciones al gas natural.
El 9 de enero de 2023, la Comisión de Seguridad de Productos del Consumidor de Estados Unidos anunció que considerará medidas para prohibir las cocinas de gas o regular las emisiones peligrosas. Aún no ha propuesto pasos específicos y dijo que cualquier regulación "implicará un proceso largo".
Como investigador de salud ambiental que trabaja en viviendas y su ventilación interior, he participado en estudios que han medido la contaminación del aire dentro de los hogares. Construí modelos para predecir cómo las fuentes interiores contribuirían a contaminar el aire en diferentes tipos de hogares.
Aquí hay una perspectiva sobre cómo las cocinas de gas pueden contribuir a la contaminación del aire dentro de las viviendas y si es conveniente abandonar su uso.
Uno de los principales contaminantes del aire asociado con el uso de cocinas de gas es el dióxido de nitrógeno o NO₂.
La exposición al dióxido de nitrógeno en los hogares se ha asociado con un asma más grave y un mayor uso de inhaladores de rescate en los niños. Este gas también puede afectar a adultos asmáticos y contribuye tanto al desarrollo como a la exacerbación de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica.
El dióxido de nitrógeno en los hogares proviene tanto del aire exterior como de fuentes interiores.
El tráfico vehicular es la fuente exterior más importante: los niveles son más altos cerca de las carreteras principales. Las cocinas de gas a menudo son la fuente interior más importante.
La posición de la industria del gas es que las estufas son una fuente menor de contaminación del aire dentro de las casas. Esto es cierto en algunos hogares. Sin embargo, en muchos casos las cocinas de gas contribuyen más a incrementar los niveles de dióxido de nitrógeno que las fuentes exteriores.
Por ejemplo, un estudio en el sur de California mostró que alrededor de la mitad de los hogares excedieron un estándar de salud basado en la hora más alta de concentraciones de dióxido de nitrógeno, casi en su totalidad debido a las emisiones en el interior.
¿Cómo puede una cocina de gas contribuir más a su exposición al dióxido de nitrógeno que toda una carretera llena de vehículos? La respuesta es que la contaminación exterior se dispersa en un área grande, mientras que la interior se concentra en un espacio pequeño.
La cantidad de contaminación interior que provoca una estufa de gas se ve afectada por la estructura del hogar, lo que significa que las exposiciones ambientales interiores al NO₂ son más altas para algunas personas que para otras.
Las personas que viven en casas más grandes, tienen campanas extractoras que ventilan hacia el exterior y casas bien ventiladas en general, estarán menos expuestas que las personas que viven en casas más pequeñas con una ventilación más pobre.
Pero incluso las casas más grandes pueden verse afectadas por el uso de cocinas de gas, especialmente porque el aire de la cocina no se mezcla de inmediato con el aire más limpio del resto de la casa.
El uso de una campana extractora al cocinar u otras estrategias de ventilación, como abrir las ventanas de la cocina, pueden reducir drásticamente las concentraciones de dióxido de nitrógeno.
El dióxido de nitrógeno no es el único contaminante que emiten las cocinas de gas. Cierta contaminación con impactos potenciales en la salud humana y el clima ocurre cuando las estufas ni siquiera están funcionando.
Un estudio de 2022 estimó que las cocinas de gas en Estados Unidos que no están en uso emiten metano, un gas incoloro e inodoro que es el componente principal del gas natural, a un nivel que atrapa tanto calor en la atmósfera como el equivalente a 400.000 automóviles.
Algunas de estas fugas pueden pasar desapercibidas. Aunque las compañías agregan olores al gas natural para asegurarse de que las personas huelan las fugas antes de que haya riesgo de explosión, es posible que el olor no sea lo suficientemente fuerte como para que los residentes noten pequeñas fugas.
Algunas personas también tienen un sentido del olfato mucho más fuerte que otras. En particular, aquellos que han perdido el sentido del olfato, ya sea por covid u otras causas, es posible que no huelan ni siquiera las fugas grandes.
Un estudio reciente encontró que un 5% de las casas tenían fugas que los propietarios no habían detectado y que eran lo suficientemente grandes como para requerir reparación.
Este mismo estudio mostró que las fugas de gas natural contenían múltiples contaminantes peligrosos, incluido el benceno, un agente cancerígeno. Si bien las concentraciones medidas de benceno no alcanzaron los umbrales de preocupación para la salud, la presencia de estas sustancias en el aire podría ser problemática en hogares con fugas sustanciales y mala ventilación.
Si vives en una casa con una cocina de gas, ¿qué debes hacer y cuándo debes preocuparte? Primero, haz lo que puedas para mejorar la ventilación. Esto ayudará, pero no eliminará las exposiciones, especialmente para los miembros del hogar que están en la cocina.
Si vives en una casa más pequeña o con una cocina cerrada, las exposiciones pueden ser peligrosas incluso con buena ventilación, especialmente si alguien en casa tiene una enfermedad respiratoria como asma o enfermedad pulmonar obstructiva crónica.
Cambiar una cocina de gas por una que use inducción magnética eliminaría esta exposición y al mismo tiempo proporcionaría beneficios para el clima.
Existen múltiples programas de incentivos para apoyar los cambios de cocinas a gas, dada su importancia para frenar el cambio climático. Por ejemplo, la Ley de Reducción de la Inflación de 2022 recientemente firmada, que incluye disposiciones para abordar el cambio climático, ofrece descuentos para la compra de electrodomésticos de alta eficiencia.
Algunos pasos de climatización pueden reducir la fuga de aire al exterior, lo que a su vez puede aumentar las concentraciones de contaminación del aire interior si los residentes no mejoran la ventilación de la cocina.
Incluso si no estás motivado a reducir tu huella de carbono, o simplemente estás buscando formas de cocinar pasta más rápido, la oportunidad de tener un aire más limpio dentro de tu hogar puede ser un fuerte motivador para hacer el cambio.
* Jonathan Levy es profesor y presidente del Departamento de Salud Ambiental de la Universidad de Boston.
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