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Rangún.— El jefe del ejército de Birmania calificó ayer de “inevitable” el golpe de Estado, mientras Estados Unidos anunció que restringirá la ayuda dirigida al Gobierno birmano y la ONU rechazó el plan de los militares para convocar a otros comicios.
“Este camino era inevitable para el país y por eso tuvimos que elegirlo” dijo, según la página oficial del ejército en Facebook, el general Min Aung Hlaing, que concentra ahora la mayor parte del poder. Sus declaraciones se dieron antes de una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU y después que el partido de Aung San Suu Kyi, la líder de facto del gobierno depuesto, pidiera su “liberación” inmediata.
La reunión del Consejo de Seguridad finalizó sin lograr una declaración común para exigir el regreso de los civiles al poder. “China y Rusia han pedido más tiempo”, dijo un diplomático que pidió el anonimato. Estados Unidos, tras definir la situación como un “golpe de Estado”, advirtió que reducirá su ayuda a Birmania. La ONU y la Unión Europea (UE) también habían condenado unánimemente el golpe.
Además, “la propuesta de los militares para celebrar elecciones otra vez debe ser desalentada. Es importante que unamos nuestros esfuerzos para ayudar a asegurar que el Ejército respeta la voluntad del pueblo birmano y respeta las normas democráticas”, dijo la enviada de la organización para el país, Christine Schraner Burgener. Beijing se limitó a pedir a todas las partes que “solucionen sus diferendos”.
“Después de haber revisado los hechos y las circunstancias, hemos concluido que Aung San Suu Kyi, la líder del partido en el poder, y Win Myint, el debidamente elegido presidente birmano, fueron depuestos en un golpe militar el 1 de febrero”, dijo una alta funcionaria del Departamento de Estado de EU durante una rueda de prensa telefónica. El país continuará ofreciendo asistencia humanitaria a la población, incluida la que recibe la minoría rohinyá.
El golpe se llevó a cabo el lunes sin violencia. Un día después, los soldados seguían desplegados en la capital, Naipyidó, donde Aung San Suu Kyi, de 75 años, y otros líderes de su partido, la Liga Nacional para la Democracia (LND), fueron detenidos. Los soldados también rodearon los edificios donde viven los parlamentarios, y una diputada de la LND describió a la AFP un “centro de detención al aire libre”. Algunos parlamentarios indicaron que se les autorizó a salir en la noche del martes. Según la diputada, Aung San Suu Kyi y el presidente de la República, Win Myint, están “bajo arresto domiciliario” en la capital. Un portavoz de su partido indicó que no pudieron contactar con ella, pero algunos vecinos la vieron pasear en el jardín de su residencia.