Más Información
“Rosario Piedra llega a terna finalista de CNDH gracias a criterio político”; Alejandra Barrales en Con los de Casa
PAN no se va a prestar a venganzas en Sección Instructora, señala Germán Martínez; se deslinda de dichos de Hugo Flores sobre juicios políticos
Huntsville, Texas.— El mexicano Roberto Moreno Ramos fue ejecutado anoche a través de una inyección letal.
Horas antes, sus abogados dijeron que a su cliente se le debería perdonar la vida porque padece de “desorden bipolar, lesiones cerebrales” y sufrió abusos severos durante su infancia.
Tras darse a conocer la noticia, la Secretaría de Relaciones Exteriores de México expresó su más enérgica protesta la ejecución.
Señaló que “Ramos Moreno es el sexto mexicano ejecutado en franca violación al fallo emitido por la Corte Internacional de Justicia en el caso Avena, el 31 de marzo de 2004”.
“En tal virtud, el gobierno de México expresa su más enérgica protesta por el incumplimiento de Estados Unidos al fallo, conforme al cual ese país estaba obligado a revisar y reconsiderar el veredicto de culpabilidad y la sentencia impuesta al connacional”, indicó la SRE en un comunicado.
Moreno Ramos fue condenado por los asesinatos en 1992 de su esposa Leticia, de 42 años, su hija Abigail, de 7, y Jonathan, de 3, en su casa en Progreso, ubicado en la frontera con México, a unos 32 kilómetros al sureste de McAllen.
La ejecución estaba programada para las 18:00 horas (mismo tiempo del centro de México), y tras el último pedido de perdón de la defensa la Corte Suprema se rehusó a suspenderla. En sus últimas palabras, Moreno Ramos agradeció a la diplomacia mexicana la “lucha” contra su condena a muerte, “merecida o no”. El abogado defensor había solicitado a la Corte Suprema detener la ejecución, bajo el argumento de que se violaron los derechos constitucionales de Ramos después de que tribunales menores se negaron a revisar las afirmaciones de que sus abogados litigantes no presentaron evidencia alguna sobre su salud mental o su difícil infancia, lo que hubiera podido persuadir al jurado de perdonarle la vida.Tres jueces jubilados que ejercieron en la Corte de Apelaciones Penales de Texas solicitaron ayer ante la Corte Suprema suspender la ejecución. Alegaron incompetencia del abogado del caso.