San José.— Tras una avalancha de 56 días de propaganda y de repetición de las mismas viejas promesas políticas de siempre para anunciar venturoso nuevo porvenir, más de 13 millones de ecuatorianos podrán acudir hoy a las urnas a escoger al entre izquierdista —Luisa González— y derechista —Daniel Noboa— en una segunda y definitiva ronda electoral.

Los ecuatorianos irán a votar marcados por la sombra que creció en 2023 de la criminalidad sin contención y de la inseguridad desbordada. La histórica jornada hallará a los 18 millones de habitantes del país de la mitad del mundo atrapados entre verdades meridianas y realidades paralelas que enmarcaron una enorme duda, más allá de que la derecha preserve el poder o de que la izquierda lo recupere.

¿Estará en poder de González o de Noboa la solución al profundo deterioro de la crisis de seguridad de Ecuador y al riesgo de que ese país avance aceleradamente a una mayor descomposición con alertas de que podría consolidarse como narco-Estado y enrumbarse imparable para hundirse en un Estado fallido?

Leer también:

La competencia se realizará en un escenario lúgubre sin precedentes en la historia ecuatoriana del siglo XXI: la violencia desenfrenada con al menos 10 asesinatos políticos en 2023 y sus secuelas partidistas y judiciales y de mortales venganzas carcelarias.

González, abogada y candidata del opositor e izquierdista Movimiento Revolución Ciudadana, dirimirá la pelea con Noboa, empresario y aspirante de la derechista y opositora Alianza Democrática Nacional. Con ambos protagonistas principales, Ecuador arriba hoy a crucial intersección política de su historia y con añeja ruta entre izquierda o derecha que sigue abierta y con el futuro de la nación en juego.

“Ciertamente las dos candidaturas podrían enmarcarse dentro de este antiguo clivaje izquierda-derecha. Sin embargo, hay un votante joven que no se identifica mucho con esta división”, explicó el politólogo ecuatoriano Sebastián Mantilla, director ejecutivo del (no estatal) Centro Latinoamericano de Estudios Políticos (Celaep), de Ecuador.

“De ahí que las dos candidaturas estén buscando convencer a llegar y convencer a ese electorado joven con propuestas que calan más en este tipo de elector. Hay que tomar en cuenta que 25% del electorado en Ecuador está entre 18 y 29 años. El 77% de los votantes viven en áreas urbanas”, describió Mantilla a EL UNIVERSAL. “Y si a esto se suma que, con la inseguridad, prácticamente todos los esfuerzos de campaña se hayan concentrado en redes sociales. Otro factor que hay que tomar en cuenta es que todavía sigue presente el factor correísmo-anticorreísmo. Es decir, hay electores que votarían por cualquier candidato que no sea correísta”, anticipó.

Mantilla aludió al expresidente ecuatoriano, el izquierdista Rafael Correa, recluido en un exilio en Bélgica, prófugo por una condena de ocho años de cárcel que se le impuso en 2020 por cohecho, personaje crucial de la vida política ecuatoriana de los últimos 18 años, gobernante de 2007 a 2017 y rostro crucial en la campaña de González.

Un triunfo de la abogada, de 45 años, evangélica y asambleísta o congresista de 2021 a 2023, significará el retorno de la izquierda al poder. No obstante, y sin descartar hoy ningún tipo de sorpresa, Noboa, de 35, católico y también asambleísta de 2021 a 2023, avanzó como favorito para ganar hoy y que la derecha preserve el mando presidencial de Ecuador.

La contienda se realizará en condiciones históricas extraordinarias por primera vez desde 1940. Colocado contra las cuerdas por un escándalo de corrupción, el presidente de Ecuador, el centroderechista Guillermo Lasso, disolvió la Asamblea Nacional (Poder Legislativo) el 17 mayo anterior para impedir que el Parlamento lo sometiera a juicio político y adelantó elecciones presidenciales y legislativas al Poder Legislativo.

Aunque el 24 de mayo de 2021 asumió su mandato de cuatro años, Lasso fue cercado por las fuerzas rivales y optó por interrumpirlo y se salió de la competencia. Los ecuatorianos acudieron el 20 de agosto pasado a una primera vuelta de los comicios adelantados, en la que González ganó y Noboa quedó de segundo y eliminaron a seis candidatos, pero sin recibir la mitad más uno de los votos válidos o 40% y una ventaja o diferencia de 10 puntos con su inmediato adversario para evitar la segunda. Hoy se ganará con mayoría simple y la persona vencedora gobernará del 25 de noviembre de 2023 al 24 de mayo de 2025. Los ecuatorianos eligieron el 20 de agosto a 137 miembros de la Asamblea.

Sin tiempo

La agenda de los dos poderes estará signada por la inseguridad, que se aceleró desde inicios del decenio de 2010 y se agravó por la penetración de los cárteles Jalisco Nueva Generación (CJNG) y De Sinaloa. La ofensiva de ambos cárteles se ahondó en 2021 y 2022. Ecuador se ubicó entre los 10 países con mayor índice de criminalidad de todo el mundo en el informe de 2023 que la (no estatal) Iniciativa Global Contra el Crimen Organizado Transnacional (Gitoc, por sus siglas en inglés) presentó el 26 de septiembre anterior, al pasar de una tasa de 6.25 en 2021 a 7.07 en este año. Human Rights Watch (HRW), organización no estatal global de Washington de defensa de los derechos humanos, reportó que la tasa de homicidios de Ecuador subió de 13.7 a 25 por cada 100 mil habitantes de 2021 a 2022 y se colocó como la más elevada en su historia. El 9 de agosto de este año, sicarios colombianos asesinaron en Quito al periodista Fernando Villavicencio, candidato presidencial del opositor Movimiento Construye.

Leer también:

Ese día, uno de los homicidas pereció en un choque a balazos con guardaespaldas de Villavicencio y siete sicarios colombianos fueron detenidos en Quito, pero seis cayeron asesinados el 6 de este mes en una penitenciaría de Ecuador y uno el 7 en otra cárcel de esa nación.

Villavicencio acusó el 1 de agosto ante la Fiscalía General de Ecuador que el encarcelado José Adolfo Macías Villamar, Fito, líder de Los Choneros, red criminal, y contraparte De Sinaloa, lo amenazó de muerte. Villavicencio denunció la infiltración política del narco en Ecuador. “Todo esto evidencia no sólo la grave y progresiva penetración de las bandas criminales en las diferentes instancias del Estado [motivo por el cual desde hace un año atrás afirmé que Ecuador ya es un narco-Estado], sino que estamos también en proceso de convertirnos en un Estado fallido”, insistió el politólogo Mantilla.

“Esto no depende del presidente de la República, sino principalmente de la crisis profunda del sistema de justicia en Ecuador [fiscales y jueces]. Se vive total impunidad. Para mejorar se necesita una profunda reforma política que pasa por cambiar el sistema de designación de autoridades de control, jueces, fiscales y otros operadores de justicia”, planteó.

Para la socióloga, experta en derechos humanos, científica social y relacionista internacional Johanna Espín, docente de la Escuela de Seguridad y Defensa del (estatal) Instituto de Altos Estudios Nacionales, de Quito, “a la sociedad en general preocupa un posible riesgo de deterioro de la seguridad (...) Ni Noboa ni González están en este momento en una posición en la cual puedan tener de alguna manera las llaves para abrir las puertas que conduzcan a Ecuador a un cambio de ruta, sobre todo en seguridad”, advirtió Espín a este diario.

Leer también:

“Esperaría que sí, dado que esto demanda inversión bastante importante en institucionalidad, sobre todo, pero también en política pública y que (...) es necesaria si queremos en este punto reducir los niveles de violencia e inseguridad”, destacó. Tras subrayar que “por lo visto en los planes de ambos candidatos, aunque es asunto recurrente en sus discursos, en realidad no se puede ver que haya una política pública concreta”, adujo que “hay zonas en Ecuador en las que actualmente ya se podría estar hablando de un narco-Estado”.

Las mafias De Sinaloa y CJNG transformaron a Ecuador en puente del tráfico internacional por mar, tierra y aire a Centroamérica, México, EU, Europa, Asia, África y Oceanía de la cocaína que elaboran sus vecinos: Colombia, primer productor mundial de esa droga, y Perú, segundo. “Hay zonas en las cuales el control del narcotráfico es tan elevado que podríamos estar hablando ya de un narco-Estado, como en áreas hacia la costa [oeste de Ecuador y sobre el Océano Pacífico] desde donde salen las principales rutas y hacia la Amazonia [este], donde se están traficando algunas de las principales sustancias”, agregó. “Sí: no solamente podíamos estar hablando de que hay rumbo hacia un narco-Estado, sino que efectivamente ya un narco-Estado bastante consolidado que es lo que debería ser una de las principales áreas de atención aprovechando el cambio de gobierno. Pero no veo claras las acciones ni las políticas en ninguno de los dos candidatos”, alertó.

“Pienso que la violencia y la inseguridad les va a forzar [a enfrentar] si se quieren reducir algunos de los indicadores [de criminalidad] en los próximos meses. Pero no podría ver un rumbo muy claro [en los dos aspirantes] (...) Estamos a la deriva”, reconoció, al indicar que la sociedad ecuatoriana está a la espera de las “acciones” que, no como candidato, adoptaría Noboa o González, ya como presidente de Ecuador.

Únete a nuestro canal ¡EL UNIVERSAL ya está en Whatsapp!, desde tu dispositivo móvil entérate de las noticias más relevantes del día, artículos de opinión, entretenimiento, tendencias y más.

Comentarios