San José. – Los choneros, los tiguerones, los lobos y los lagartos podrían identificar a conjuntos raperos, rockeros o reggaetoneros de moda, pero sus llamativos motes remiten a las temibles bandas ecuatorianas aliadas a los cárteles mexicanos de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación (CJNG) para traficar cocaína de Colombia a Ecuador y reexportarla a Centroamérica, México, Estados Unidos y Europa.
A nombre de sus contrapartes mexicanas, choneros— asociados al Cártel de Sinaloa—y tiguerones, lobos y lagartos— aliados al CJNG—llevaron a las cárceles ecuatorianas su violenta batalla por el control de territorios, en un sangriento conflicto que en 2021 se saldó con 237 muertos en una serie de motines en febrero, julio y septiembre, como el que ocurrió esta semana y dejó 118 fallecidos.
“Es correcto: la guerra de las calles llegó a las prisiones”, dijo el coronel ecuatoriano en retiro Mario Pazmiño , ex director de Inteligencia del Ejército de Ecuador y profesor de seguridad en la (no estatal) Universidad Regional Autónoma de los Andes (UNIANDES), de ese país.
“Las bandas que operan con los cárteles mexicanos tienen presos a muchos de sus miembros. Cada una de estas bandas tiene pabellones que controla y denomina santuarios en los que sus integrantes se mantienen a sangre y fuego”, describió Pazmiño a EL UNIVERSAL.
“Es difícil para los guías penitenciarios ingresar a esas zonas. No hay control de las autoridades gubernamentales : hay control por parte de las organizaciones delictivas sobre los santuarios o pabellones. Por eso ocurrió el enfrentamiento de esta semana”, explicó.
Según el coronel en retiro, el grupo de los lobos, vinculado al CJNG, se apoderó el pabellón 5, de los choneros.
“Lo tomaron [el pasado lunes] en la tarde y se quedaron ahí después de matar a presos [rivales]. Pero en la madrugada [del martes], los miembros de dos pabellones de los choneros, el 3 y el 6, reconquistaron el 5 y mataron a todos los que estaban ahí de los lobos, como a unos 70”, narró.
El contexto de la crisis está en el negocio de l narcotráfico en Ecuador, que registra el ingreso y el tránsito anual de unas 580 toneladas de cocaína procedentes de las bases de producción de drogas en Colombia, para ser transportadas por mar hacia los mercados americanos y europeos .
“Los cárteles mexicanos de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación tienen una preponderancia operativa en narcotráfico en Ecuador. No es que estén instalados en suelo ecuatoriano, sino que operan a través de las megabandas locales. Sinaloa con los choneros y los demás con el de Jalisco”, precisó Pazmiño.
“Las estructuras ecuatorianas están ligadas directamente a los dos cárteles: protegen los puntos de acopio y las plataformas internacionales de distribución por los corredores” marítimos y terrestres para enviar drogas desde Ecuador, aseveró.
El motín de esta semana en una prisión de la sureña ciudad de Guayaquil , principal puerto ecuatoriano, dejó un saldo preliminar de 118 muertos y unos 86 muertos y se convirtió en una de las peores matanzas carcelarias en América Latina y el Caribe. Cifras oficiales mostraron que el número de asesinatos en el sistema penitenciario de Ecuador subió de 19 en 2019, a 51 en 2020 y a más de 300 en 2021.
El gubernamental Servicio de Atención Integral a Personas Adultas Privadas de Libertad de Ecuador informó en julio pasado que, de 3 mil 532 extranjeros recluidos en las prisiones ecuatorianas, hay mil 935 colombianos, mil 225 venezolanos, 135 peruanos y 59 mexicanos.
No hay datos de mexicanos muertos en los motines, en una nación con más de 40 mil reclusos que sobrepasaron la capacidad de los 65 centros penitenciarios y agudizaron el hacinamiento.
El presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, ordenó militarizar el penal de Guayaquil y decretó estado de emergencia en las cárceles.
“Sofisticación criminal”
Las “ masacres ” en prisiones “parecen dar cuenta de una creciente sofisticación criminal en Ecuador”, advirtió un reporte de InSight Crime, institución no estatal de investigación y análisis del crimen organizado en América con sede en Colombia .
“Más de un tercio de la cocaína colombiana pasa actualmente a través de Ecuador en su trayecto hacia los mercados de Estados Unidos y Europa. Esto ha llevado a que las pandillas del país intenten apoderarse de las rutas del narcotráfico que parten de la frontera [norte] con Colombia y que se enfrenten por el control de los puntos de salida, como el puerto de Guayaquil”, agregó el informe, del que este diario tiene copia.
“Se ha generado un rápido aumento en el tráfico de armas en el país, así como una serie de asesinatos tipo ejecución”, subrayó.
“La cantidad de cocaína que pasa por Ecuador, los intereses convergentes del crimen organizado colombiano, mexicano y europeo, y la sofisticación de las pandillas del país andino podrían conducir a un ‘aumento sostenido en la tasa de homicidios de Ecuador’. Esto ha ocurrido de una manera sorprendentemente rápida”, alertó.
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