“Después de 12 meses cerrados por la cuarentena, el gobierno decidió habilitar los cines. Así que reabrimos “El Capitán”. Once meses pagando salarios de 20 personas. Ahora los convoco a trabajar y 14 de las 20 estaban laburando en otro lado”, se lamentó hoy Tito Loizeau, una de las figuras del emprendedurismo argentino, acostumbrado a contar por Twitter sus dificultades para trabajar en la en el contexto de la pandemia de Covid-19 .

El empresario, que se define como emprendedor serial, sumó un nuevo capítulo a su historia de por qué no desea invertir más en el país.

Entre las empresas que fundó está Promored, un portal de promociones y cupones de descuento online -que se reconvirtió en agencia de marketing promocional-, el primer Barbie Store, la productora audiovisual Cienpies y otra agencia de marketing llamada Caramba!.

Escribió hace unos años el libro “Emprender hasta los 90”, en el que postula que, en vez de trabajar full time hasta los 65 años, hay que reducir la carga horaria, pero seguir apostando a proyectos que le den sentido a la vida más allá de la jubilación. Sin embargo, con toda esta trayectoria y su forma de pensar, Loizeau hoy no encuentra razones para impulsar a extranjeros o locales a invertir en el país porque él mismo hizo un “mal negocio” al traer sus dólares, según expresó en un hilo de Twitter.

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El año pasado invirtió 200 mil dólares (150 mil que trajo de un banco de Estados Unidos, donde los tenía declarados, más 50 mil que tenía en monedas de oro, que le había regalado su abuela antes de morir hace 10 años) equivalentes a 10 millones de pesos argentinos al tipo de cambio de ese entonces para abrir un restaurante temático llamado El Capitán Deli, en Norcenter.

Hoy, tras ocho meses de actividad y ocho meses cerrado, tiene que pagar 25 sueldos, tiene tres juicios laborales y ARBA le retiene más de 500 mil a cuenta de impuestos futuros, mientras que si no hubiera traído ese dinero habría ganado un 300% en pesos sin hacer nada, ya que esos 200 mil dólares hoy equivalen a 39 millones de pesos, sostuvo.

“Lo que me llevó a escribir eso en Twitter no es tener el negocio cerrado, sino que el lunes a la noche me llamaron para salir en un radio de México y me preguntaron por qué le recomendaría invertir en el país a un emprendedor argentino y no lograba darle una respuesta clara al tipo. ¿Cómo le voy a decir hoy a alguien que invierta si yo traje 200 mil dólares y me pregunto para qué lo hice?”, contó en diálogo con La Nación.

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En este sentido, dijo que el mismo razonamiento se puede aplicar a la búsqueda de que empresas extranjeras inviertan en la Argentina . “¿Cómo le podemos pedir a la gente que invierta en dólares si los mismos argentinos no hacemos negocio trayendo dinero? Si yo no hubiera invertido tendría un 300% más en pesos y eso no tiene que ver con la pandemia. Para recuperar la inversión que hice necesitaría 10 años de buena operación”, agregó.

En tanto, consultado acerca de las perspectivas de reapertura dijo que el futuro se ve “de terror”. “Primero tendrían que abrir los shoppings de provincia que siguen cerrados, después los patios de comida y los cines. La expectativa no sé cuál es porque Axel Kicillof dijo que la temporada será sin teatros, con lo cual tampoco habría cines. Creemos que vamos a estar un año cerrados. Más allá de eso, nuestro temor es que la gente no vaya al cine cuando reabran o que haya restricciones al número de espectadores y comensales por las cuales no serviría reabrir, ya que, con la facturación, no podrías hacer frente a los costos”, explicó.

Por último, Loizeau dijo que continuará impulsando el emprendedurismo, aunque admitió que a veces no se encuentran argumentos para convencer a otros “cuando la estás remando en dulce de leche”.

jabf/rcr

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