En esta etapa de campañas electorales, que iniciaron el 1 de marzo pasado en México, y en un año en el que más de 60 países de todo el mundo tendrán elecciones nacionales, los políticos y sus equipos usan las redes sociales para pedir el voto.
Sin embargo, estos medios tienen un lado oscuro: no necesariamente propician tener más información, dado que su diseño no es el adecuado para fomentar el debate, sino que “nos dan más de lo que ya nos ha gustado”, por lo que pueden cerrar el panorama de los usuarios, llegan a fomentar la polarización y hay datos desjerarquizados, lo que ocasiona la confusión ciudadana. Los bots son como los acarreados en el mundo digital y hay alertas por el uso de la inteligencia artificial. En el otro lado de la moneda, podrían fomentar la participación democrática entre los más jóvenes.
Se ha visto un aumento en el uso de TikTok, donde los políticos intentan tener más presencia y suben videos con música de series que en algún momento estuvieron de moda, como Friends, o lanzan propuestas con mensajes realizados con inteligencia artificial; sin embargo, sobre todo en esta red, “no sabemos hoy en día cuál es el lenguaje político para acercarse mejor a los jóvenes. ¿Qué hacen muchos políticos? Imitar el estilo que ven.
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Entonces encontramos a los candidatos bailando porque les parece que eso les permite encontrar la atención de los usuarios y sin duda les atienden, pero el hecho de que una candidata aparezca cantando o bailando o diciendo simplezas en una cuenta de TikTok no garantiza que por ese hecho vayan a votar por ella”, ejemplifica Raúl Trejo Delarbre, sociólogo e investigador del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM.
“Los usuarios van en aumento”
En México, de acuerdo con Statista, “el número de usuarios de redes sociales se mantiene en constante aumento”. Destaca el uso de Facebook, WhatsApp e Instagram, además de TikTok, que en 2023 se logró colocar “como una de las plataformas favoritas de los más jóvenes con un número de descargas récord” en el país” y “una tasa de penetración superior a 70%”.
Incluso, “la red social se posicionó como la aplicación de entretenimiento con mayor volumen de descargas en febrero de 2024”. Además, “el género femenino registró un uso de 86.2%, mientras que el masculino un 74.9%”.
Según el estudio Redes sociales con el mayor porcentaje de usuarios en México en 2023, de Statista, “Facebook sigue siendo la red social más popular en México. Casi 93% de la población mexicana” la usaba en ese año. “Completaban el podio WhatsApp [que le seguía muy de cerca con 92.2% e Instagram con más de 80%]”.
Sin embargo, “TikTok ha sido una de las redes sociales que ha experimentado un mayor crecimiento de usuarios, especialmente en el último lustro, no sólo en México, sino también a nivel mundial. Teniendo en cuenta que una gran mayoría de los usuarios de la aplicación son gente joven, no sería sorprendente que pudiese acaparar parte del mercado mexicano a Facebook”.
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“Los bots son como los acarreados”
En las redes, “cuando tenemos personas, muchas, en México no sabemos cuántas, que solamente se informan de los asuntos públicos a través de esos espacios digitales, empezamos a comprender por qué tenemos una conversación pública tan precaria, tan extensa de interacciones y tan empobrecida en la calidad de su información”, argumenta a este medio Trejo Delarbre.
Otro problema de las redes sociodigitales es que “su diseño propicia, cuando la hay, la respuesta o el intercambio rápido y por lo general irreflexivo y por lo general, en prácticamente todos los casos, a partir de frases muy breves, de textos contundentes, de construcciones gramaticales muy sencillas”, dice.
Por lo anterior, “cuando no podemos argumentar en extenso, nos conformamos con adjetivar y en vez de que explique por qué aquella opción o individuo, o asunto, me parecen cuestionables, simplemente lo adjetivo y digo que es malo, dañino, perjudicial y con eso me conformo. Puedo colocar un hashtag a mi adjetivo con la esperanza de que otros lo compartan, lo multipliquen y de esta manera se multiplique esa expresión mía y también la simplificación del debate”.
En consecuencia, en las campañas electorales tener “más likes o más amigos en Facebook o Twitter no significa más votos, pero los políticos no lo entienden y sus asesores en materia digital tampoco”, afirma Trejo Delarbre, autor de Posverdad, populismo, pandemia, a El Gran Diario de México, quien también resalta que en los últimos tiempos “hay una tendencia patológica, yo diría, a incrementar de manera artificial los seguidores de una cuenta de los políticos (...) Hay muchos seguidores simulados, es como los acarreados”.
Trejo Delarbre, también autor de Inteligencia Artificial, conversaciones con ChatGPT, detalla que en TikTok “el mensaje de una candidata presidencial (...) está al mismo nivel que los lamentos de un perrito o una música de reguetón que escuchó antes o después un usuario”.
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“Consumimos información en redes, pero no solamente ahí”
La doctora Neta Kligler-Vilenchik, profesora asociada de Comunicación y Periodismo en la Universidad Hebrea de Jerusalén, remarca que en particular TikTok es “un lugar importante para llegar a los votantes jóvenes”. Destaca que esa red “es muy popular entre los jóvenes y no sólo como espacio de entretenimiento, música y tonterías, sino también para discutir cuestiones cívicas y políticas”.
La doctora, que tiene un libro de próxima publicación en coautoría con la doctora Ioana Literat, profesora asistente de comunicación y medios en el Teachers College, Universidad de Columbia, titulado Not Your Parents’; Politics: Understanding Young People's Political Expression on Social Media, que aparecerá en Oxford University Press en el otoño de este año, añade que “los medios de comunicación, y también las redes sociales, pueden hacer cambiar de opinión a aquellos que están relativamente indecisos o que están abiertos a tomar una decisión. Dado que los jóvenes suelen estar en el proceso de formar una opinión política, pueden estar más abiertos a la influencia, particularmente de sus pares o de personas que admiran”.
Trejo Delarbre alerta que “la información que encuentran en las redes aparece desjerarquizada”, por ejemplo, en TikTok, y menciona que “para muchos jóvenes, ese es el gran problema, esa amalgama y ese entreveramiento de un acontecimiento con otro, se vuelve motivo de confusión o de trivialidad”.
Kligler-Vilenchik también destaca que “las redes sociales definitivamente juegan un papel importante en el proceso de formación de identidad de los jóvenes (...) Esto, por supuesto, además de otros agentes de socialización, como padres, compañeros, escuelas, etc”.
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El experto de la UNAM destaca precisamente que “todos nosotros consumimos información en redes sociodigitales, pero no solamente ahí, algunos leemos el periódico, otros escuchan la radio y prácticamente todo el mundo socializa lo que ha encontrado en las redes (...) y esto le va dando contextos diferentes a las noticias que leemos.
“Por otro lado está la manera como nos interiorizamos de los asuntos que encontramos en las redes (...) Así llegamos a la gran pregunta: ¿esto cómo influye en nuestra decisión electoral? En algunas personas de manera determinante, en otras lo que encuentran en las redes es un insumo más (…) es relevante, solamente en algunos casos es definitoria”.
Ciudadanos confundidos y polarizados
El sociólogo e investigador del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM añade que en la sociedad “los informados son muchos menos de lo que suponen algunos”, y por lo tanto “tenemos una gran cantidad de mexicanos que viven confundidos y que no saben bien a bien qué pasa con los asuntos públicos”.
Afirma que “la creación de grupos de ciudadanos, aislados unos de otros, que ya había antes de las redes sociodigitales, se refuerza, se potencia, se multiplica y se convierte en un factor de polarización”.
La doctora Kligler-Vilenchik añade que “la polarización a menudo es causada por los políticos, que la utilizan para sus intereses políticos. Una razón por la que podemos estar sobreestimando el papel de las redes sociales como causa de la polarización política es que estamos sobreestimando cómo son las noticias de la gente política. Para la mayoría de las personas, la política no es su principal tema de interés”.
Agrega a este medio que “como sostenemos Ioana Literat y yo en nuestro libro, las redes sociales son más expertas en movilizar a las personas en torno a una causa compartida, que como un espacio para el diálogo a través de las diferencias políticas. Esto no significa que Tik-Tok incluya sólo ataques políticos: las personas pueden compartir sus opiniones de maneras, que a menudo son muy creativas. Pero la mayoría de las plataformas de medios sociales no son muy propicias para un diálogo y un debate amplios”.
Añade que “las redes sociales también pueden tener un papel potencialmente positivo en términos de ayudar a los jóvenes a descubrir sus opiniones políticas y encontrar su conexión con la política, lo cual es un objetivo importante desde el punto de vista de la democracia participativa”.
De deepfakes a desinformación
Sobre los riesgos de la inteligencia artificial y las campañas electorales, el experto de la UNAM ejemplifica que “en Tiktok, como en otras redes, hay una propuesta para que sea obligatorio que cuando se haga un mensaje con recursos de inteligencia artificial aparezca una etiqueta (...) No ha avanzado lo suficiente para ser aprobado antes de las elecciones en EU. En México no tenemos ninguna discusión al respecto”. Kligler-Vilenchik menciona que “el uso de la IA para deepfakes, etc., es preocupante”.
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El catedrático de la UNAM añade que “hasta hoy no hemos visto el uso de inteligencia artificial para crear contenidos falsos en las elecciones mexicanas, pero la tentación está sembrada y no me sorprendería si mañana o pasado circula, no en la cuenta oficial de un candidato, un video que desprestigie o que diga cosas que no ha hecho un candidato. Ese es el riesgo”.