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Madrid.- El fracaso de los partidos para formar un gobierno en España luego de tres elecciones generales consecutivas pone en evidencia la incapacidad de los líderes políticos para pensar en el bienestar colectivo y supone un paso más hacia la inestabilidad económica, según los expertos.
“Si trabajaran como grandes directivos en una empresa privada, esos políticos estarían despedidos o, por lo menos, no se volverían a presentar los mismos. Debería primar la consecución de un último bien común, antes que lo beneficioso para sus intereses particulares”, señala a EL UNIVERSAL Pilar Llácer, profesora de Recursos Humanos y gestión del talento de EAE Business School, en referencia al bloqueo político que obligará a repetir elecciones en España por cuarta vez en cuatro años.
“Ahora la pelota está en el campo de los ciudadanos, que tienen una enorme responsabilidad para evitar que se repita la misma situación, puesto que a esos políticos no podemos cambiarlos ni reemplazarlos”, apunta la académica, que no descarta que los líderes de los partidos españoles cometan de nuevo los mismos errores que han precipitado las elecciones generales.
España tiene grandes desafíos en educación, empleo y economía, para los que se debería adoptar una clara estrategia; son los temas en los que tendría que centrarse el debate antes y después de los comicios del 10 de noviembre, advierte la experta.
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Sobre la posibilidad de que la aparición de nuevos partidos y la fragmentación ideológica hayan contribuido más al inmovilismo que a un fortalecimiento de la democracia parlamentaria, la profesora del EAE Business School considera que la ciudadanía española responde a muchos matices políticos, por lo que es impensable que actualmente un partido consiga la mayoría absoluta.
“Se tiene que replantear el debate sobre cuál debe ser la cooperación entre los partidos más allá de los colores de cada uno. Insisto, la política tiene siempre como fin el bien común de la ciudadanía y ahí debe estar el reto. El coste de otras elecciones es enorme y lo vamos a pagar todos”, asegura en relación a unos comicios cuya organización requerirá una inversión estatal de alrededor de 160 millones de dólares.
“El convencimiento de la clase política de que la economía está al servicio de la política y no la política al servicio de la economía y estabilidad, nos va a costar caro (...) Si bien el carecer de presupuestos, económicamente es una buena noticia para el déficit, también implica un paso más hacia la inestabilidad”, concluye el académico
El impacto de las sucesivas repeticiones electorales se ha manifestado abiertamente en la campaña lanzada en internet, a la que se han sumado ya más de 600 mil personas para pedir a los diputados y senadores españoles que renuncien a la indemnización económica que se les abona tras la disolución del Parlamento.
El descontento de muchos ciudadanos ante la repetición de comicios se refleja en las casi 500 mil personas que se han dado de baja en el Instituto Nacional de Estadística para no recibir propaganda electoral. Piden que esos fondos se destinen a partidas sociales.
El bloqueo que condujo a nuevas elecciones generales elevó también la preocupación de los españoles por la política. Según el Centro de Investigaciones Sociológicas, 45.3% de los encuestados considera que los políticos están entre los tres principales problemas del país y casi 77% de los consultados cree que la situación de la política en España es “mala” o “muy mala”.
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El Ejecutivo Pedro Sánchez no sólo fracasó en su intento de alcanzar una negociación exitosa con otras fuerzas parlamentarias para formar gobierno, sino que también parece incapaz de hacer frente a la profunda crisis desatada por el proceso independentista en Cataluña. Son muchos los expertos que recriminan al gobierno central su falta de iniciativas políticas ante los graves disturbios que recientemente tuvieron lugar en Cataluña en protesta por las largas condenas de cárcel a políticos independentistas (entre nueve y 13 años) y que se saldaron con casi 600 heridos, decenas de detenidos y cuantiosos destrozos materiales, lo que podría desplazar votos hacia la derecha española que demanda medidas mucho más contundentes para garantizar la seguridad en esa región que considera amenazada por los separatistas, una visión que comparten muchos ciudadanos.
El diálogo de sordos entre Sánchez y Quim Torra, presidente del gobierno catalán (Generalitat), quien reclama con insistencia un referéndum de autodeterminación, podría también perjudicar al mandatario español que, según las encuestas, volvería a ganar las próximas elecciones, pero sin la mayoría suficiente, por lo que tendría que pactar con otras formaciones parlamentarias para aguantar en el poder.
Si se cumplen los pronósticos de los sondeos, la independentista Esquerra Republicana sería una de las formaciones que necesitaría Sánchez para salir airoso en la cámara legislativa y poder formar gobierno. Por ello, al líder socialista no le conviene que sus relaciones con este partido nacionalista catalán se deterioren en exceso.
La izquierda española se encuentra muy dividida en el tema de Cataluña, a favor y en contra de la autodeterminación, por lo que en un escenario electoral tan enredado como el que se avecina tampoco se puede descartar que los socialistas recurran tras los comicios a los partidos conservadores, Popular y Ciudadanos, para pedirles que se abstengan en el parlamento y faciliten la renovación presidencial de Sánchez en el supuesto de que así lo requiera.
En cualquier caso, más allá de cuál sea el desenlace, el conflicto de Cataluña pesará también en el voto de los electores que acudirán a las urnas este 10 de noviembre.