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Washington.— El huracán Dorian tocó ayer tierra en Carolina del Norte, rebajado a categoría 1, pero todavía con fuertes lluvias que dejaron hasta 800 personas atrapadas en una isla de ese estado y a más de 200 mil sin electricidad, mientras avanzaba hacia Canadá a lo largo de la costa este.
Debilitado después de su paso por las Bahamas, pero aún con peligrosos vientos de 150 kilómetros por hora, Dorian generó inundaciones tras impactar a primera hora en el cabo Hatteras, en el extremo sur de una larga isla barrera conocida como Outer Banks.
“Estamos muy preocupados, porque hay cientos de personas atrapadas en la isla de Ocracoke”, justo al suroeste del cabo Hatteras, explicó el gobernador de Carolina del Norte, Roy Cooper, en una conferencia de prensa.
“Ahora mismo la tormenta es muy intensa ahí. No creo que los equipos de rescate puedan llegar ahora mismo, pero están preparados para actuar tan pronto como puedan”, agregó.
Cooper calculó que hasta 800 personas podían estar atrapadas en esa isla de casi 25 kilómetros cuadrados, y recomendó a la gente que subiera al punto más alto de sus casas para evitar ser arrastrados en las posibles corrientes de agua.
En apenas dos horas, las olas del Atlántico superaron los dos metros de altura, debido al impacto de Dorian e inundaron carreteras y hogares en la angosta isla.
“Esto es un desastre absoluto”, dijo Peter Vankevich, el director del principal periódico de la zona, el Ocracoke Observer. “Es imposible exagerar el impacto que ha tenido la tormenta aquí, y he oído que en Hatteras las cosas están todavía peor”, añadió Vankevich en declaraciones a The Washington Post.
En toda Carolina del Norte, más de 200 mil personas quedaron sin electricidad, debido la caída de árboles y postes eléctricos, y otras 5 mil se despertaron en albergues después de evacuar sus viviendas, mientras unas 80 carreteras y autopistas quedaban inundadas, según las autoridades estatales.
A mediodía, la tormenta se había alejado de la Outer Banks y se dirigía hacia la Bahía de Chesapeake, un estuario que divide los estados de Virginia y Maryland.
“Se espera que durante las próximas horas continúen los vientos peligrosos y marejadas ciclónicas que pueden amenazar vidas a lo largo de partes de la costa de Carolina del Norte, partes del sureste de Virginia y el sur de la Bahía de Chesapeake”, indicó el Centro Nacional de Huracanes en un comunicado.