El gobierno de México no se ha apegado al principio de “no intervención”, porque se ha posicionado sobre asuntos internos de otros países. Incluso ha desconocido gobiernos, señalaron especialistas en temas internacionales.
El presidente Andrés Manuel López Obrador anunció ayer que decretó una “pausa” en la relación con Perú, además de que reconoció a Pedro Castillo como presidente y no a Dina Boluarte, quien fue designada tras la destitución de Castillo.
En entrevista con EL UNIVERSAL, el analista Leonardo Curzio consideró que el Presidente está cometiendo un “grave error” al pronunciarse sobre un gobierno, lo que va en contra de la no intervención. “México no se pronuncia, ese es el fondo de la Doctrina Estrada. Hay un proceso discutible, pero constitucional en el Perú”, puntualizó.
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“Por lo tanto, si el Presidente dice que Castillo es el presidente legítimo, está implicando que la presidenta actual que está plenamente sancionada por la legalidad, está fuera de la ley; con lo cual se está pronunciando sobre la naturaleza de un gobierno y está implicando que el gobierno de Boluarte es de facto”, advirtió Curzio.
El analista subrayó que esto no es sólo una salida de tono con la doctrina constitucional y de la política exterior mexicana, sino que también se está cometiendo “un grave error de apreciación” de lo que está ocurriendo en Perú. Sobre la pausa de las relaciones bilaterales, consideró que hay que “tomárselo con una pizca de sal. En el caso de España, muy pocos días después de declarada la pausa se tuvo el nombramiento del embajador”. Por tanto, si se aplica esta “pausa” de la misma manera a Perú, no significará nada más allá de que el presidente López Obrador está molesto con la situación política en este país.
Respecto al traspaso de la presidencia pro tempore de la Alianza del Pacífico, que México debe entregar a Perú a más tardar en enero, señaló que no debería haber ningún impedimento para que nuestro país cumpla con este compromiso. “México no tiene ninguna razón para retener la presidencia pro tempore. Es un gesto simbólico, además recordar que Perú es el fundador de la Alianza del Pacífico”, apuntó. “México, a lo largo de su historia, luchó por que no hubiera un condicionamiento para reconocer gobiernos, por lo tanto, creo que aquí estamos en falta”, sostuvo.
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Arlene Ramírez Uresti, especialista en temas internacionales, dijo que si bien se ha nombrado a la Doctrina Estrada como un eje de la política exterior, en esta administración se ha visto una actitud de injerencia en las decisiones de otros países. Además, sub- rayó que no hay una figura en el derecho internacional o diplomático que suponga una “pausa” en las relaciones bilaterales.
“Hemos visto todo lo contrario. Una actitud de injerencia en los asuntos internos de otros países”, expuso en entrevista. “No es la primera vez que vemos al Presidente de la República con un gran desatino hablar sobre los acontecimientos nacionales o agenda de otros países y teniendo una postura”, manifestó la también politóloga. Dijo que en este caso, el presidente López Obrador debería pronunciarse a favor de la voluntad del pueblo de Perú, cualquiera que haya sido. “Los juicios de valor son lo que dañan y van en sentido contrario de la no intervención”, añadió.
Ramírez Uresti consideró como desafortunada la declaración emitida por México, Colombia, Argentina y Bolivia sobre la situación en Perú, al señalar que va contra los principios de legalidad y el orden jurídico del país. “El gobierno de México y los que se pronunciaron ayer tienen un corte ideológico muy parecido, se está generando un eje ideológico-político en América Latina, pero que está dañando mucho a las instituciones”, puntualizó.
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