San José.— En un aparente y formal relevo generacional, el ingeniero electrónico cubano Miguel Mario Díaz-Canel Bermúdez asumió la jefatura del Partido Comunista de Cuba (PCC), mientras un visitante detestado por la Revolución como símbolo capitalista se convirtió en 2021 en pieza insignia de evidente división social en una estructura de igualitarismo forzado: el dólar.
El octavo congreso del PCC, que se inició el pasado viernes en La Habana, introdujo cambios al Buró Político, Secretariado y Comité Central: el Buró redujo de 17 a 14 sus miembros, sólo tres de ellos mujeres. La edad promedio de los integrantes es de 61.6 años.
El congreso concluyó con un llamado a atacar la especulación. Ello, porque el billete de Estados Unidos asumió el dominio de la complicada subsistencia socioeconómica de los 11.3 millones de cubanos. “La situación extrema de falta de liquidez nos obligó a reintroducir las ventas en moneda libremente convertible en una parte del comercio minorista”, alegó Raúl Castro el viernes en su mensaje de despedida.
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Tras reconocer que hubo reclamos contra “la supuesta desigualdad que emana de estas ventas”, advirtió que las “necesarias” operaciones en dólares “perdurarán el tiempo que nos tome recuperar y fortalecer la economía y con ello asegurar la real convertibilidad de la moneda nacional”. Una meta del comercio en dólares es “incentivar las remesas” de los cubanos en el exterior.
Cuba capta al año 3 mil millones de dólares por remesas familiares, principalmente de Estados Unidos. El dinero se entrega en el equivalente en pesos cubanos.
Castro “cree que los cubanos somos idiotas y no nos damos cuenta del afán de lucro de un gobierno que amplía el comercio en divisas e impone elevados precios a artículos de primera necesidad, varios de producción nacional, para rapiñar cada centavo que aportan los emigrados”, aseguró el historiador, profesor y periodista independiente o no oficialista cubano Javier Prada en el diario digital Cubanet. “La cita partidista sólo ha servido para redoblar el malestar ciudadano, y avisar que quien no tenga dólares será enterrado por la avalancha que se avecina”, agregó.
El drama de la escasez se agudizó en 2020 en paralelo al ataque del Covid y se ahondó este año. Cuba decidió en 2020 terminar con una dualidad monetaria que existió desde 1994 con el peso cubano y el peso convertible, poniendo fin a este último este año.
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Pero aunque salarios y jubilaciones se pagan en pesos, el gobierno vende en dólares en determinados comercios, por lo que hay una depreciación de la moneda local en el mercado negro con respecto al dólar, lo que encarece los precios. El tipo de cambio oficial es de 24 pesos por dólar, pero es más caro en el extraoficial, que es la única forma de obtener dólares.
La carencia generalizada de medicinas y alimentos se agrava en comercios en pesos y es menor en dólares. Para comprar en dólares tampoco se usa efectivo; se debe abrir una cuenta bancaria y pagar con tarjeta de débito… con la moneda del capitalismo.