Los periodistas Maria Ressa, de Filipinas, y Dmitry Muratov, de Rusia, fueron reconocidos el viernes con el Premio Nobel de la Paz por su lucha en favor de la libertad de expresión en países donde los medios de comunicación sufren ataques constantes. Berit Reiss-Andersen, presidenta del Comité Noruego del Nobel, anunció el nombre de los ganadores.
Muratov forma parte del equipo que fundó el diario independiente ruso Novaya Gazeta en 1993.
Novaya Gazeta
ha sacado a la luz "la corrupción, la violencia policial, los arrestos ilegales, el fraude electoral y las 'granjas de trolls'", señaló el comité, unos temas por los que ha pagado un alto precio: seis de sus periodistas fueron asesinados, entre ellos Anna Politkovskaya, muerta hace 15 años.
“Novaya Gazeta es el periódico independiente más importante en Rusia en la actualidad, con una actitud fundamentalmente crítica hacia el poder", dijo el Comité Noruego del Nobel.
“El periodismo del diario, basado en hechos y en la integridad profesional, lo ha convertido en una importante fuente de información sobre aspectos censurables de la sociedad rusa que rara vez son mencionados por otros medios", apuntó.
Muratov dijo en una entrevista por el canal Podyom en Telegram: "Estoy riendo. De ninguna manera me lo esperaba. Esto está hecho una locura aquí".
El editor catalogó el premio como "una retribución al periodismo ruso que ahora está siendo reprimido". Muratov les dedicó el premio: "No puedo atribuirme el mérito. Es de Novaya Gazeta. Es de los que murieron defendiendo el derecho de la gente a la libertad de expresión", dijo.
Tras el anuncio, el Kremlin saludó la "valentía" y el "talento" del reportero.
Novaya Gazeta fue creado en 1993 con la ayuda de Mijaíl Gorbachov, que precisamente destinó una parte del dinero que obtuvo al ganar el Nobel de la Paz tres años antes.
Novaya Gazeta ha publicado en los últimos años artículos sobre corrupción, informaciones sobre las ejecuciones extrajudiciales y persecuciones contra homosexuales en Chechenia y también participó en la investigación internacional de los "Panama Papers" o "Papeles de Panamá", sobre blanqueo de capital en paraísos fiscales.
"No es un secreto para nadie que cuando Anna Politkovskaya fue asesinada quise cerrar el periódico (...) Este periódico es peligroso para la vida de la gente", dijo a la AFP Muratov, que ha sido redactor jefe del medio prácticamente sin interrupción desde los años 90.
Pero los periodistas le convencieron de seguir adelante.
El año 2009 fue especialmente duro, con tres colaboradores del periódico asesinados, entre ellos una persona muy cercana a Politkovskaya, Natalia Estemirova, secuestrada en Grozni y encontrada muerta poco después en la vecina república de Ingusetia.
La historia de Novaya Gazeta comenzó cuando los periodistas del diario Komsomolskaya Pravda decidieron crear un nuevo medio de comunicación.
El último dirigente de la era soviética, Mijaíl Gorbachov, les ayudó a lanzarlo invirtiendo para ello el dinero recibido justamente cuando ganó el Nobel de la Paz en 1990, explicó en su momento el redactor jefe de la época, Serguéi Kojeurov.
Actualmente, Gorbachov sigue poseyendo, junto al empresario Alexander Lebedev, muy crítico con el Kremlin, partes minoritarias del periódico. El resto pertenece a la redacción.
El primer número de esta publicación salió de imprenta el 1 de abril de 1993.
"Estábamos divididos en tres equipos: un día éramos periodistas, otro día tipógrafos y otro, diseñadores", cuenta la redacción en su página web, ironizando sobre los escasos medios que poseían en aquel momento.
El diario comenzó rápidamente a destacar por la calidad de sus trabajos de investigación.
Novaya Gazeta ahondó en temas delicados, incluyendo aquellos que, desde la llegada al poder de Vladimir Putin en 2000, resultaban inabordables para otros medios, comenzando por la guerra en Chechenia.
Hasta hoy, el diario, que se publica tres veces por semana, sigue ofreciendo largos artículos de investigación, profundos y mordaces, aún sabiendo que eso les sitúa en el punto de mira de las autoridades.
En abril de 2017, el periódico también publicó la existencia de "campos de detención secretos" para homosexuales en Chechenia.
Muy respetado en el extranjero, Novaya Gazeta sigue siendo un medio aún marginal en Rusia, donde lo lee una minoría.
Muratov, de 59 años, se convierte de esa manera en el primer Nobel de la Paz ruso tras la caída de la Unión Soviética.
Según el Comité para la Protección de los Periodistas, en la última década 17 trabajadores de medios de comunicación han sido asesinados en Filipinas , y 23 en Rusia .
El jurado del Nobel dijo que, desde el lanzamiento de Novaya Gazeta, seis de sus periodistas han muerto, incluyendo Anna Politkovskaya, quien cubrió el sangriento conflicto en la región rusa de Chechenia.
Esta no es la primera vez que el Nobel de la Paz se concede a periodistas, indicó Reiss-Andersen. En 1907, el italiano Ernesto Teodoro Moneta fue reconocido por “su trabajo en la prensa y en reuniones de paz”, y en 1935 , Carl von Ossietzky lo ganó “por su ardiente amor por la libertas de pensamiento y expresión” tras revelar que Alemania se estaba rearmando en secreto luego de la Primera Guerra Mundial.
Reiss-Andersen destacó que entre los riesgos que corre la libertad de expresión en el mundo actual está la difusión de noticias falsas: “Transmitir noticias falsas e información que es propaganda y falsa es también una violación de la libertad de expresión, y toda liberad de expresión tiene sus limitaciones. Esto es también un factor muy importante en este debate".
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