Santiago.— Tras 26 jornadas de movilizaciones, Chile registró la noche de ayer nuevos actos violentos, como la quema de una iglesia y saqueos. El presidente Sebastián Piñera convocó a una reunión de urgencia en La Moneda y más tarde anunció la reintegración de policías retirados para reforzar la seguridad.
El día inició con una gran manifestación en Santiago y una huelga general que congeló la actividad en la mayor parte del país. En la tarde, miles de personas se reunieron en el centro de la ciudad, Plaza Italia, ahora bautizada como Plaza Dignidad.
La jornada de movilizaciones quedó manchada por algunos episodios violentos, concentrados en algunas esquinas del centro de la capital chilena, donde se volvió a saquear y quemar el Hotel Principado de Asturias, se saqueó y se prendió el restaurante La Hacienda Gaucha, y se atacó de nuevo la embajada de Argentina.
La residencia del embajador de Argentina en Chile, José Octavio Bordón, debió ser evacuada y el diplomático debió ser trasladado a otra dependencia oficial, informaron fuentes oficiales.
En el puerto de Valparaíso, el Congreso suspendió sus actividades y se registró un paro del transporte público y privado al que se sumó el Metro. En las inmediaciones de la sede legislativa encapuchados lanzaron piedras y levantaron barricadas que luego derivaron en saqueos. En Concepción, las manifestaciones eran multitudinarias. Ahí quemaron el edificio de la Gobernación. En el aspecto económico, la divisa nacional alcanzó mínimos históricos, se situó en los 781 pesos por dólar. Mientras, la oposición exigió reformar la Constitución mediante un “mecanismo más democrático y participativo”.