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Dos de las discotecas implicadas en el incendio el domingo en una zona de ocio de la ciudad española de Murcia, en el que murieron 13 personas, no tenían licencia municipal y sobre ellas había una orden de cese de actividad desde enero de 2022.
Así lo dieron a conocer este lunes funcionarios municipales en una rueda de prensa, en la que ofrecieron los primeros datos de las investigaciones llevadas a cabo para conocer el origen de la tragedia.
Se trata de las discotecas Teatre y Fonda Milagros que, administrativamente, ambas son un solo local, Teatre S.L, según indicaron los responsables de urbanismo en el consistorio murciano.
Sin embargo, el colombiano Juan Esteban Ramírez, dueño de Fonda Milagros, aseguró que nunca le notificaron del "cese de la actividad" del local.
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"Nunca se me trasmitió que debíamos tener un cese de la actividad, un cierre, porque si a ti las autoridades o el propio dueño (del local) te dicen que debes cerrar, es ilógico que puedas seguir abriendo", afirmó Ramírez en una entrevista con la emisora colombiana Blu Radio.
Igualmente, recalcó que es "ilógico que las autoridades pertinentes permitan que un local que supuestamente no tiene licencia pueda seguir, abriéndolo un año y medio".
El fuego comenzó en la madrugada del domingo en uno de los locales del complejo de las Atalayas, una popular zona de Murcia, donde comparten espacio decenas de discotecas, locales de comida rápida y clubes nocturnos, sin que de momento se conozca como se produjo.
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Las autoridades municipales confirmaron además hoy la cifra de 13 fallecidos, al localizarse en buen estado las cinco personas que se encontraban desaparecidas, que se pusieron en contacto en las últimas horas con sus familiares.
Además, no se han encontrado nuevos cadáveres en la zona siniestrada una vez que los bomberos ha tenido acceso total a ella.
Queda ahora por identificar a los muertos, algo para lo que se desplazaron desde Madrid expertos forenses, dado el estado calcinado de los cuerpos, según indicó el delegado del Gobierno en Murcia, Francisco Jiménez, quien pidió paciencia.
"Pudo ser peor"
El propietario de la Fonda Milagros calcula que cuando empezó el incendio, entre las 5:50 y 6:00 de la mañana del domingo, había unas 150 personas dentro del local.
"Sobre esa hora no había tantas personas, de hecho ya las personas estaban saliendo (...) y pudimos evacuar la mayor cantidad de personas posibles", afirmó.
Ramírez dijo además que "el fuego venía con tanta fuerza que se saltó la luz normal y se puso la luz de emergencia, que solo duró cuarenta segundos".
"Nos quedamos completamente a oscuras en la discoteca, por eso no alcanzaron a salir la mayoría de los desaparecidos y los fallecidos (...) Yo empiezo a evacuar la gente, siguiendo el protocolo de evacuación que nos exigen. Lo que pasa es que fue muy rápido", expresó.
Ramírez detalló que una vez fue detectado el incendio, empezó "a evacuar a la gente, se cortó la música y se ayudó a salir a las personas que entran en pánico, porque un gran porcentaje de personas reaccionan muy mal ante una tragedia de estas".
"Cuando se fue la luz estoy en la parte de abajo (del establecimiento, que es de dos pisos), y obviamente me sé la discoteca casi de memoria, entonces consigo salir pero si estoy 30 segundos más era casi imposible de salir porque estaba completamente oscuro", añadió.
Se trata del incendio más mortífero registrado en España en un local de ocio desde la tragedia vivida en 1990 en la discoteca "Flying" de Zaragoza, donde murieron 43 personas.
La mayor tragedia en una discoteca tuvo lugar en Madrid el 17 de diciembre de 1983, cuando un incendio originado tras las cortinas del escenario de la discoteca Alcalá 20 acabó con la vida de 81 personas, la mayoría jóvenes.
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