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Washington.— Wayne LaPierre, histórico conductor de la Asociación Nacional del Rifle (NRA), anunció ayer su dimisión como líder del lobby estadounidense de las armas, a pocos días de enfrentar un juicio por corrupción.
LaPierre, de 74 años, invocó razones de salud no especificadas para justificar su renuncia desde el 31 de enero como director ejecutivo de la NRA. “Nunca dejaré de apoyar a la NRA y su lucha por defender la libertad de la Segunda Enmienda”, dijo en un comunicado, refiriéndose al derecho a “poseer y portar armas”.
“Mi pasión por nuestra causa arde tan profundamente como siempre”, añadió.
LaPierre, que ha dirigido la NRA durante más de 30 años, y otros tres ejecutivos actuales y anteriores de la entidad fueron demandados por la fiscal general de Nueva York, Letitia James, por utilizar a la organización como una “alcancía personal”.
El juicio civil está previsto que comience en Nueva York el lunes. James ha acusado a LaPierre de utilizar los fondos de la NRA para solventar un fastuoso estilo de vida que incluía el gasto de cientos de miles de dólares en jets privados y vacaciones de lujo.
La NRA, con 150 años de existencia, es la principal promotora de los derechos de las armas de fuego en Estados Unidos y ha centrado sus esfuerzos desde la década de 1970 en luchar contra las restricciones.
Entre 2000 y 2012, la NRA y sus aliados de la industria de las armas de fuego invirtieron 80 millones de dólares en las campañas electorales a la Cámara de Representantes, al Senado y a la presidencia de Estados Unidos, según el Center for Responsive Politics. En las presidenciales de 2016, la NRA gastó unos 20 millones de dólares en anuncios contra la demócrata Hillary Clinton y otros 10 millones para apoyar al republicano Donald Trump.