Miami.— En Estados Unidos, el Día de San Valentín se presenta como un tapiz de coloridas tradiciones y expresiones de afecto, pero su llegada también trae consigo una complejidad emocional y financiera que va más allá de los corazones de papel y las cajas de bombones.

Aunque para muchos es una jornada de celebración y romance en la Unión Americana, la festividad puede ser un espejo donde se reflejan diversas facetas de la experiencia humana, incluyendo el costo del festejo, el miedo al compromiso y la depresión.

El costo del festejo es una consideración tangible en el Día de San Valentín.

En la vorágine de rosas rojas y cenas a la luz de las velas, los estadounidenses desembolsan cantidades significativas para conmemorar este día. De acuerdo con la Federación Nacional de Minoristas en Estados Unidos (NRF, por sus siglas en inglés), el gasto promedio por persona ese día en 2023 fue de 192.80 dólares, lo que equivale a un aproximado de 3 mil 181 pesos mexicanos.

Con un gasto promedio, que este 2024 va a superar más de 220 dólares, alrededor de 3 mil 630 pesos, “el amor se convierte también en un asunto económico para muchas personas; incluso, mujeres, no sólo hombres”, explica la siquiatra Liliana Domínguez desde Miami, Florida, a EL UNIVERSAL.

Regalos, experiencias y gestos de afecto se entrelazan con la expectativa social de celebrar, “empujando a muchos a reflexionar sobre el valor y el significado de sus inversiones emocionales y financieras, lo cual puede asustar a algunos, aunque parezca mentira”, de acuerdo con la profesional.

No sólo es el gasto hacia la pareja, también lo es entre amigos, familiares, mascotas y compañeros de trabajo. Los artículos más populares para regalar incluyen chocolates de marca, tarjetas de felicitación, una noche fuera, flores, joyas, ropa, entre otros.

Por otro lado, el miedo al compromiso encuentra un eco particular durante esta festividad.

“Este Día de San Valentín, como una exaltación al amor romántico, puede actuar como un catalizador de ansiedades y reflexiones profundas sobre la intimidad y el futuro”, comenta Domínguez.

“Sí es difícil, porque no quieres pasar ese día solo, pero también temes invitar a la persona equivocada, no porque no esté entusiasmado, mas bien porque puedo quererla y quizá me rechace”, comenta a este diario Pedro desde Homestead, Florida, de 35 años, soltero y originario de Colima; “por eso casi nunca lo he celebrado y no se si este año lo haré; además que no tengo mucho dinero”.

Para algunos, el Día del Amor es un recordatorio de la vulnerabilidad que implica abrir el corazón, avivando temores y dudas sobre la entrega y la reciprocidad en las relaciones. “La presión de formalizar sentimientos o de avanzar en el compromiso puede crear incertidumbre”, dice la siquiatra.

También toda esta serie de emociones encontradas en días previos a San Valentín, el mismo Día del Amor y los días posteriores, en su aspecto negativo, “pueden profundizar los sentimientos de soledad y aislamiento en quienes enfrentan desafíos emocionales”, subraya la doctora Liliana Domínguez.

En 2023, estudios señalan que 37% de las mujeres y 20% de los hombres en Estados Unidos informaron haber sido diagnosticados con depresión en algún momento de sus vidas.

Durante un periodo específico de ese año, alrededor de 22% de las mujeres y 21% de los hombres experimentaron síntomas de trastorno depresivo. Entre los adultos más jóvenes, de 18 a 24 años, se presentó una tasa más alta de depresión: 21.5%; en comparación con los adultos mayores de 65 años: 14.2%.

Estas cifras destacan la relevancia de la salud mental y la necesidad de abordar la soledad y la depresión en una sociedad que a menudo celebra las relaciones interpersonales.

Sicólogos y siquiatras enfatizan la importancia de la conciencia y el apoyo social durante estas fechas, resaltando la necesidad de estrategias preventivas y de intervención para aquellos que se enfrentan a la soledad en medio de la celebración del Día del Amor y la Amistad.

“La idealización del amor y la aparente universalidad de su celebración puede hacer que aquellos que están luchando con su salud mental se sientan marginados o incomprendidos, experimentando aún más una sensación de melancolía y de anhelo de poder concretar una conexión estable con alguien”, explica la doctora Domínguez.

Entre los inmigrantes de Estados Unidos existen más motivos para sentirse más presionados en un día como el de San Valentín. “Vienen arrastrando diversas experiencias personales por ser migrantes y un día así [del Amor y la Amistad] puede provocar que se aíslen más”, comenta la doctora.

Y es que las dificultades enfrentadas por los inmigrantes pueden servir como catalizadores para el desarrollo de problemas de salud mental, incluyendo la depresión.

El choque cultural, la separación familiar, el estrés económico, la discriminación y la presión a salir adelante “se convierten en una bomba de tiempo que muchas veces explota en días como San Valentín”, describe la experta; “muchos, muchas prefieren quedarse en su casa o su habitación, porque además no son personas que les sobre el dinero para salir y menos invitar a alguien, pero eso no quita que se sientan terriblemente solos”.

Así, mientras el Día de San Valentín en Estados Unidos es un mosaico de dulces y sonrisas, también es un día de reflexión personal y colectiva. La jornada invita no sólo a celebrar el amor en sus múltiples formas, sino también a reconocer y abrazar la diversidad de experiencias humanas que se entrelazan en este Día del Amor. En medio de corazones de papel y bombones, se esconde una oportunidad para la empatía, el entendimiento y, sobre todo, para el amor y la solidaridad en todas sus expresiones.

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