Lahaina, Hawái.— Autos incinerados y aplastados por postes de teléfono caídos. Huecos de ascensores carbonizados que se alzan como testimonios de los edificios de apartamentos incendiados a los que alguna vez sirvieron. Piscinas llenas de agua de color carbón. Camas elásticas y patinetes infantiles destrozados por el calor extremo.
A los residentes de Lahaina se les permitió regresar ayer a sus hogares por primera vez desde que los incendios forestales que han matado al menos a 67 personas convirtieron grandes franjas de la ciudad centenaria en un infierno de escombros.
Los periodistas de Associated Press fueron testigos de la devastación, con casi todos los edificios reducidos a escombros en Front Street, el corazón de la comunidad de Maui y el centro económico de la isla. “Golpeó tan rápido que fue increíble”, dijo Kyle Scharnhorst, residente de Lahaina, mientras inspeccionaba daños de su complejo de apartamentos por la mañana. “Era como una zona de guerra”.
En un mensaje en la web del condado de Maui, la zona más devastada por los fuegos, las autoridades confirmaron la nueva cifra de 67 muertos y avisaron que el incendio que asola la localidad de Lahaina todavía no ha sido contenido.
Muchos sobrevivientes de incendios dijeron que no escucharon sirenas ni recibieron advertencia que les diera suficiente tiempo para prepararse y se dieron cuenta de que estaban en peligro cuando vieron llamas o escucharon explosiones.
El gobernador Josh Green advirtió que el número de muertos probablemente aumentará a medida que continúen las operaciones de búsqueda y rescate.
“Como una bomba”
“Parece como una bomba y el fuego estalló”, declaró Green.
“Todavía tenemos cadáveres en el agua flotando y en el malecón”, comentó Kekoa Lansford, residente, a la CBS. “Hemos estado sacando gente (...) Estamos tratando de salvar su vida, y siento que no estamos recibiendo la ayuda que necesitamos”.
Sin ninguna ayuda estatal, han sido los propios ciudadanos los que lo han enfrentado a las llamas, aseguró Stacey Suárez.
“Éramos sólo nosotros, los lugareños (...) Algunos tienen avionetas o helicópteros y ellos mismos arrojaron agua, no ha llegado ayuda hasta ayer”, detalló.
“La gente de Hawái está instando a los turistas a salir de la isla lo antes posible y estamos tratando de hacer eso. Sugiero a aquellos que tenían planes de viaje para venir aquí que los cancelen o retrasen mientras la isla está en duelo”, dijo Trevor Allen, que hacía turismo.
Las autoridades establecieron un toque de queda desde las 22:00 horas hasta las 6:00 de este sábado.
Impulsados ??por verano seco y los fuertes vientos de un huracán, al menos tres incendios forestales estallaron en Maui esta semana.
El más grave barrió Lahaina y dejó una cuadrícula de escombros grises encajados entre el océano azul y las exuberantes laderas verdes. Restos esqueléticos de edificios inclinados bajo techos que crepitaron en las llamas. Se incendiaron palmeras, los barcos en el puerto se quemaron y el hedor a quemado persistió.
Ayer se trajeron perros rescatistas para ayudar en la búsqueda de los muertos, dijo el alcalde del condado de Maui, Richard Bissen Jr.
Lana Vierra, de Lahaina, estaba ansiosa por regresar a pesar de que sabe que la casa en la que crió a cinco hijos ya no está ahí, pensando en los cobertizos que albergaban recuerdos familiares.
“Los anuarios de mis hijos y todo ese tipo de cosas. Sus fotos de bebés”, dijo Vierra. “Eso es lo que más duele a una madre”.