Managua.— La policía de Nicaragua detuvo ayer al aspirante presidencial opositor Juan Sebastián Chamorro, unas ocho horas después de la detención del precandidato de oposición Félix Maradiaga, informaron las autoridades en un comunicado.
Según la policía, Chamorro fue detenido la noche del martes en su residencia ubicada al sureste de la capital, Managua, como parte de una investigación “por realizar actos que menoscaban la independencia, la soberanía, y la autodeterminación, incitar a la injerencia extranjera en los asuntos internos, pedir intervenciones militares” y otros cargos.
También se le investiga por “organizarse con financiamiento de potencias extranjeras para ejecutar actos de terrorismo y desestabilización, proponer y gestionar bloqueos económicos, comerciales y de operaciones financieras en contra del país y sus instituciones, demandar, exaltar y aplaudir la imposición de sanciones contra el Estado de Nicaragua y sus ciudadanos, y lesionar los intereses supremos de la nación”.
Olama Hurtado, sobrina de Chamorro, confirmó a periodistas que el político fue detenido por efectivos policiales que irrumpieron en su vivienda después de las 19:00 horas locales (01:00 GMT) para realizar un allanamiento.
Más temprano, el aspirante opositor Maradiaga fue detenido tras comparecer en el Ministerio Público, que inició una investigación en su contra por actos contra la soberanía, terrorismo y aplaudir sanciones, dijo la Fiscalía.
La Policía Nacional detalló en un comunicado que Maradiaga “está siendo investigado por realizar actos que menoscaban la independencia, la soberanía y la autodeterminación, incitar a la injerencia extranjera en los asuntos internos y pedir intervenciones militares”.
Además se le acusa de “organizarse con financiamiento de potencias extranjeras para ejecutar actos de terrorismo y desestabilización”, añadió la policía.
Maradiaga, de 44 años, es el tercer precandidato que es detenido en una semana en el contexto de las elecciones del 7 de noviembre, tras los arrestos de la periodista Cristiana Chamorro —hija de la exmandataria Violeta Barrios de Chamorro—, quien se encuentra bajo arresto domiciliario, acusada de lavado de dinero, y Arturo Cruz, quien fuera embajador ante Estados Unidos entre 2007 y 2009.
Tras el arresto de Maradiaga, la subsecretaria para Latinoamérica del Departamento de Estado de Estados Unidos, Julie Chung, dijo que se confirma “sin lugar a dudas” que el presidente Daniel Ortega “es un dictador. La comunidad internacional no tiene más opción que tratarle como tal”.
José Miguel Vivanco, Director Ejecutivo para las Américas de Human Rights Watch, aseguró tras la detención de Sebastián Chamorro que “en los últimos 30 años, nunca he visto algo semejante”. Ortega, advirtió, “quiere ser [Alfredo] Stroessner”, en alusión al fallecido dictador paraguayo.