Por: CGTN

Las trampas que pone Estados Unidos para que China, o mejor dicho, la región indo-pacífico, se involucren en guerras sin sentido han fracasado hasta el momento. Después del aterrizaje de la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, en la isla china de Taiwan, la noche del día 2 de agosto, ¿cuáles han sido las reacciones de Beijing? Y ¿por qué la visita de Pelosi remueve los cimientos de las relaciones bilaterales entre Beijing y Washington? Respondemos a estos interrogantes uno a uno.

Primero, una vez que el mundo vio a Pelosi descender del avión aterrizado en la isla china de Taiwan, cinco departamentos de la parte continental en seguida respondieron con comunicados o a través de portavoces, y, cada uno desde su perspectiva, condenó y se opuso enérgicamente al provocador acto de Pelosi. Ellos son dos ministerios del Gobierno, una oficina del partido gobernante, el máximo órgano legislativo y el máximo órgano asesor político.

Las entidades que respondieron al provocador acto de inmediato:

A) Ministerio de Relaciones Exteriores y el Ministerio de Defensa Nacional del Gobierno chino;

B) Oficina de Asuntos de Taiwan del Comité Central del PCCh;

C) Comité Permanente de la Asamblea Popular Nacional, que es el máximo órgano legislativo, y el comité de asuntos exteriores del Comité Nacional de la CCPPCh, el máximo órgano asesor político del país.

Por un lado, Nancy Pelosi no se atrevió a revelarle al mundo su destino después de insinuar lo que planeaba, o sea, en el itinerario publicado en la página web de la vocera previo al viaje, figuraba la lista de lugares que iba a visitar y omitía a Taiwan. Por otro lado, políticamente China ha mostrado, en su rol de gran potencia, la tolerancia política para proceder con la debida sensatez ante una acción de marcada hostilidad. No obstante, las reacciones no se detienen ahí.

Tras las palabras del portavoz del Ministerio de Defensa Nacional, que incluyeron un aviso sobre operaciones militares selectivas para hacer frente a la situación, se dieron a conocer las fechas y zonas de ejercicios militares y actividades de entrenamiento, incluidas maniobras de fuego real, del Ejército Popular de Liberación, que se extenderán del mediodía del 4 al mediodía del 7 de agosto. Igualmente se informó de otra serie de operaciones militares conjuntas en torno a la isla de Taiwan que comenzaron la misma noche de la llegada de Pelosi, según precisó el portavoz del Mando del Teatro de Operaciones Oriental del Ejército Popular de Liberación.

Además, desde la mañana del miércoles, 3 de agosto, la parte continental ha cancelado la compra de algunos productos agrícolas de Taiwan, así como la venta de arena natural a la isla.

Esas han sido las reacciones políticas, militares y comerciales de la parte continental de China hasta la tarde del 3 de agosto, hora de Beijing.

Segundo, vamos a repasar ¿por qué la visita de Pelosi a Taiwan es considerada una violación de las bases políticas de las relaciones entre China y EE.UU.?

Los dos países establecieron oficialmente sus vínculos diplomáticos en el año 1979, tres décadas después de la fundación de la República Popular China, y acordaron la adhesión de Washington al principio de una sola China, lo cual está claramente expresado en el Comunicado China-EE.UU. del Establecimiento de Relaciones Diplomáticas, en el que se señala: “Estados Unidos reconoce al Gobierno de la República Popular China como el único Gobierno legal de China. Dentro de este marco, el pueblo estadounidense mantendrá los intercambios culturales, económicos y otras relaciones extraoficiales con el pueblo taiwanés.”

La visita de Pelosi no es parte de un intercambio cultural ni económico. Siendo la presidenta de la Cámara de Representantes, es la autoridad oficial número tres de Estados Unidos. Aún así, la congresista escribe en su cuenta de twitter que el viaje “no contradice en absoluto la política implementada desde hace tiempo por Estados Unidos”.

¿Cuál ha sido la política que desde hace tiempo implementa el país norteamericano? Pues crear y garantizar conflictos continuos en todas las regiones, de los cuales saca los mayores beneficios para su propio desarrollo.

Sin embargo, China no busca participar en ese juego estadounidense. Beijing está determinado a materializar la reunificación de los dos lados del estrecho de Taiwan, y no se deja llevar por la Casa Blanca en su histórico rol de instigador de guerras. Como expresó el consejero de Estado y canciller Wang Yi, “la cuestión de Taiwan surgió con la debilidad y la turbulencia del país, lo que se resolverá sin duda alguna a medida que se revitalice la nación.”

Sigamos pendientes de lo que va a pasar en los próximos días.

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