San José.— Un hallazgo que un agente encubierto de la DEA realizó de 2021 a 2023 sobre el rastro de los precursores químicos de Asia a América pareció infiltrar apenas un hilo de la enorme madeja del contrabando del fentanilo y otros narcóticos dirigida por chinos, mexicanos y guatemaltecos, pero reconfirmó que las mafias de México, China y Guatemala forjaron una poderosa alianza para abastecer de cocaína, heroína y drogas sintéticas a Estados Unidos.
El agente desnudó un aparato trilateral que exportó precursores de China a Guatemala para reexportarlos a México, procesarlos en laboratorios clandestinos de ese país y reenviarlos a EU como estupefacientes sintéticos tipo fentanilo, un mortal opiode. Como una de las principales organizaciones criminales mexicanas, el Cártel de Sinaloa fue la contraparte por México.
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Con los entretelones del caso, el oficial de la Administración de Control de Drogas de EU (DEA, por sus siglas en inglés) ratificó que las redes mexicanas y guatemaltecas diversificaron en el siglo XXI sus negocios tradicionales de cocaína y heroína para extenderlos a drogas sintéticas.
Los hechos, que confirmaron a México como punto clave para producir fentanilo y enviarlo al mercado estadounidense como su principal cliente y gigantesco centro mundial de consumo, surgieron el pasado martes en una audiencia del Tribunal Tercero de Sentencia Penal de Ciudad de Guatemala para extraditar a EU a dos supuestos narcotraficantes del Cártel de Sinaloa, un mexicano y una guatemalteca.
Con datos del agente, la Fiscalía General y la Policía Nacional Civil de Guatemala detuvieron el 17 de marzo anterior en esa capital, para extraditar a EU, al mexicano S. Duarte, de 27 años, y a la guatemalteca A. Rubio, de 32, como presuntos culpables de tráfico de fentanilo a EU. Rubio aceptó ser extraditada y Duarte se negó.
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La Fiscalía de Extradiciones de Guatemala aportó al Tribunal información que el agente obtuvo al lograr que Rubio le compartiera datos como importadora de precursores de China y exportadora a México, con una empresa que “ella controla para encubrir, ocultar y promover sus actividades de tráfico de drogas”.
“Desde aproximadamente 2014 y continuando hasta el presente (2023), Rubio ha trabajado como una proveedora clave de químicos precursores de fentanilo de China para narcotraficantes en México, incluyendo miembros del Cartel de Sinaloa”, alegó.
Rubio siempre supo que “dichos químicos se utilizan para manufacturar fentanilo, que es importado y distribuido hacia EU”, agregó.
En septiembre de 2021, autoridades mexicanas incautaron 25 kilogramos de precursores que Rubio compró a China para enviarlos “a narcotraficantes en México para la manufacturación, importación y distribución de fentanilo”, precisó.
Al subrayar que el oficial ganó la confianza de la guatemalteca, reveló que después de esa incautación, el agente “tuvo múltiples reuniones y comunicaciones en persona con Rubio que fueron grabadas legalmente”.
“Durante estas reuniones y comunicaciones, Rubio habló abiertamente de su relación con el Cártel de Sinaloa, incluyendo a un miembro de alto rango de esa organización, y mencionó sus planes de visitar China para recorrer las empresas donde compraba habitualmente grandes cantidades de precursores químicos de fentanilo”, añadió.
En una maniobra que se intensificó al menos desde 2010, aunque los primeros indicios surgieron en 2007 y 2008, las mercancías ilícitas fueron enviadas a Guatemala por mar de China e India, por el Pacífico, y de Países Bajos y Turquía, por el Atlántico. Las drogas sintéticas fueron producidas en Guatemala o los ingredientes primarios trasladados a México para elaborarlas y traficarlas a EU.
“Los puertos guatemaltecos son un gran hoyo negro sin control y con mucha corrupción”, afirmó la socióloga guatemalteca Carmen Rosa de León, analista política y consultora independiente internacional en seguridad y defensa.
“Guatemala es una gran entrada para cualquier tráfico ilícito por la corrupción de las autoridades y la debilidad institucional”, dijo De León a EL UNIVERSAL.
Un pedido de entrevista de este diario para evaluar el panorama con el ministro de Gobernación de Guatemala, David Barrientos, no fue respondido.
En un explosivo cóctel de heroína, cocaína, drogas sintéticas y crimen organizado mexicano, guatemalteco y chino, Guatemala se convirtió en plataforma de cuatro piezas cruciales en el narcotráfico mundial.
Por un lado, se afianzó como puente de precursores de China a México.
Por el otro, se consolidó como trampolín del tráfico de cocaína de Colombia, Venezuela y Ecuador a México y EU.
En el ámbito agrícola, se reforzó con décadas de tener sembradíos de amapola, materia prima de la heroína que se exporta a México para fabricar esa droga en laboratorios clandestinos mexicanos y contrabandearla a EU.
Para agravar el escenario, Guatemala detectó plantaciones de hoja de coca, materia prima de la cocaína en su territorio en 2017 con un riesgo: los cultivos proliferaron en los siguientes seis años.