Valencia.— Los tres barcos con 630 migrantes —incluidos más de cien menores— rescatados por el buque humanitario Aquarius llegaron ayer a Valencia desde el Mediterráneo central, tras ocho días de una travesía dificultada por un temporal marítimo y en condiciones precarias.
Más de 2 mil 300 especialistas los esperaban en el puerto de la ciudad, donde recibieron atención inmediata después de desembarcar.
Primero atracó la patrullera italiana Dattilo, con 274 personas; después el buque Aquarius, con 106, y finalmente el barco de la Marina italiana Orione, con 250.
España decidió acogerlos después de que Italia y Malta se negaran, hace una semana, a que desembarcaran en su territorio.
Las autoridades italianas permitieron; sin embargo, que dos barcos de su Marina trasladaran a España a parte de los migrantes indocumentados junto al Aquarius, de la ONG francesa SOS Méditerranée.
El gobierno español les ofreció un permiso de estancia de 45 días por razones humanitarias. Después tendrán que regularizar su situación, pedir asilo o la residencia.
Cansados, pero ilusionados.
Entre cánticos y sonrisas empezaron a llegar los primeros inmigrantes de la flotilla y comenzó el desembarco por grupos, según el protocolo de la operación Esperanza del Mediterráneo, en la que participaron médicos, traductores y agentes de seguridad, entre otro personal.
Cuando entró al puerto el buque humanitario, fue recibido con ruidosos aplausos, mientras que en su cubierta los migrantes bailaron y cantaron.
Tras mil 500 kilómetros navegados, los migrantes, principalmente de países africanos, fueron recibidos por un amplio dispositivo.
El equipo médico que los atendió detectó un mayor número de patologías de las esperadas, aunque leves en la mayoría de casos y causadas por los días de hacinamiento, excoriaciones, quemaduras por el contacto del combustible de las embarcaciones con el agua del mar y malestar en general.
Según la Cruz Roja, el estado de los inmigrantes es bueno y aceptable: llegaron animados, sonrientes y tranquilos, aunque cansados.
Los voluntarios que los aguardaban se emocionaron al escuchar los cánticos, saludos y aplausos desde la cubierta de los barcos.
En tanto, continúa la presión migratoria sobre España, con más de mil rescatados que navegaban en decenas de balsas desde el litoral marroquí el pasado fin de semana.
El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), Filippo Grandi, se mostró “muy agradecido” de que la “dura experiencia” del Aquarius haya terminado, pero añadió que este incidente “nunca debió haber ocurrido”.
El gobierno de Francia consideró ayer que todavía es imposible determinar el número de rescatados por el Aquarius que serán recibidos en su país, y aseguró que se examinará caso por caso.
Merkel busca diálogo sobre crisis de refugiados. La canciller alemana, Angela Merkel, planea una cumbre a corto plazo con representantes de varios Estados de la Unión Europea (UE) que, como Alemania, están especialmente afectados por la gran afluencia de refugiados a Europa, según información publicada por el diario alemán Bild.
Está previsto que la reunión se lleve a cabo antes de la cumbre ordinaria de la UE, a celebrarse los días 28 y 29 de junio.
La líder de la Unión Cristianodemócrata (CDU) busca discutir soluciones para la crisis de los refugiados con países como Grecia, Italia y Austria, entre otros, informó el rotativo de acuerdo con fuentes cercanas a los gobiernos de varios Estados de la UE.
Por el momento, se desconoce si España y los países de la región de los Balcanes también participarán en esta reunión extraordinaria.
“Hasta ahora no se ha decidido nada, estamos en la fase de planificación. Tampoco está claro cuándo podría tener lugar esta cumbre especial”, declaró al diario un miembro del gobierno italiano.