Washington.— Terminó la investigación sobre la trama rusa en Estados Unidos. Tras casi dos años de trabajo (674 días, para ser exactos), Robert Mueller, fiscal especial designado para que investigara una posible colusión entre la campaña de Donald Trump y el Kremlin para afectar las elecciones presidenciales de 2016, llegó a su fin con la entrega del reporte final al fiscal general, William Barr.
El equipo de Mueller confirmó que no recomendará que se impute a nadie más en relación a su investigación. “Ha concluido su indagatoria sobre la interferencia rusa en las elecciones de 2016 y sobre temas relacionados”, escribió el fiscal general en una carta enviada a los líderes demócratas y republicanos en el Congreso. Ahora tiene la tarea de revisar su contenido para decidir qué puede hacerse público y qué no.
El denominado Rusiagate ha dominado todas las conversaciones en Washington desde que en mayo de 2017 se iniciara la investigación. Trump veía la pesquisa como una “cacería de brujas”.
Aún se desconoce el contenido y la extensión del documento. Estados Unidos inicia una nueva espera hasta saber qué dice el informe. Se acabó la investigación de Mueller y ha dejado en el camino a 34 personas imputadas, incluidos una veintena de agentes y espías rusos y seis asesores o consejeros de Trump. Dos de ellos, el exabogado Michael Cohen y el exjefe de campaña Paul Manafort, incluso tienen impuestas sentencias de cárcel.
Barr, en su carta reportando que recibió el informe, especificó que “en ninguna instancia” ninguno de los fiscales generales que hubo durante este periodo ha vetado o interferido en el trabajo de Mueller. La pelea ahora no sólo será saber qué dice el informe, sino saber qué grado de información se hará pública. Barr dijo que espera poder entregar las “principales conclusiones” del reporte al Congreso durante el fin de semana. Todo apunta a que éstas serán públicas.
Trump ha insistido en varias ocasiones que quiere que el informe “salga a la luz”. “No hubo colusión. No hubo obstrucción [de justicia]. No hubo nada”, sentenció.
El temor de los demócratas es que la Casa Blanca reciba el informe antes que el Congreso y tenga opciones de enmendarlo alegando privilegio ejecutivo o confidencialidad de la información. “Cualquier intento de la administración Trump de ocultar los resultados de esta investigación del ataque ruso a nuestra democracia será inaceptable”, tuiteó el senador demócrata Mark Warner.
“Es imperativo que [el fiscal general William] Barr haga público el informe y que proporcione la documentación y hallazgos al Congreso”, afirmaron la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, y el líder de la bancada demócrata del Senado, Chuck Schumer. La portavoz presidencial, Sarah Sanders, aseguró que ni el presidente ni nadie de su entorno ha recibido una copia del reporte.