Kiev.— Una importante presa en el sur de Ucrania se derrumbó ayer e inundó aldeas, poniendo en peligro los cultivos y amenazando el suministro de agua potable, mientras ambos bandos en la guerra se culpaban mutuamente por la destrucción y se apresuraban a evacuar a los residentes.
Ucrania acusó a las fuerzas rusas de volar la presa y la central hidroeléctrica de Kajovka, que se encuentra en el río Dniéper en un área que Moscú ha controlado durante más de un año. Funcionarios rusos culparon a un bombardeo ucraniano en la zona en disputa, donde el río separa los dos lados.
“Hasta ahora, 24 localidades en Ucrania han sido inundadas”, dijo el ministro del Interior, Igor Klymenko, y hubo que evacuar a más de 17 mil civiles de las zonas inundadas, según el fiscal general Andrii Kostin. “Más de 40 mil personas podrían estar en zonas inundadas”, indicó Kostin en Twitter. El jefe humanitario de Naciones Unidas, Martin Griffiths, declaró al Consejo de Seguridad que al menos 40 asentamientos en la región de Khersón ya estaban inundados. La central hidroeléctrica de la presa, conquistada por los rusos al comienzo de su ofensiva en Ucrania, hace más de un año, también está “completamente destruida”, anunció el jefe de la operadora ucraniana de hidroelectricidad, Ukrhydroenergo.
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Un alto funcionario instalado por los rusos en la parte de la región de Khersón bajo su control anunció la evacuación de 900 personas de las áreas ocupadas cerca del río Dniéper.
El secretario general de la ONU, António Guterres, dijo que la destrucción parcial de la presa es “otra consecuencia devastadora” de la invasión rusa.
El portavoz de la ONU, Stephane Dujarric, dijo que se proyecta que la inundación que provocó la ruptura de la presa “tenga consecuencias severas y a largo plazo en la situación humanitaria en la zona”, como el movimiento de minas y explosivos hacia nuevas áreas.
Mientras se inundaban casas, calles y negocios, las autoridades expresaron su preocupación por el suministro de agua potable y los equipos de emergencia evacuaron a miles de personas de las áreas controladas por Ucrania y Rusia.
En la ciudad río abajo de Khersón, los enojados residentes maldecían mientras trataban de preservar sus mascotas y pertenencias.
Una mujer que sólo dio su nombre como Tetyana, llegó a su casa inundada y rescató a sus perros. Estaban parados en cualquier superficie seca que pudieran encontrar, pero faltaba una perra preñada. “Es una pesadilla”, seguía repitiendo, negándose a dar su nombre completo.
Tanto las autoridades rusas como las ucranianas llevaron trenes y autobuses para trasladar a los residentes a un lugar seguro. Ninguno de los bandos reportó muertos o heridos.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelensky, acusó a Rusia de “volar” la presa después de haber colocado minas.
“Es físicamente imposible [volarla] de una forma u otra desde el exterior, con bombardeos”, como aseguró Moscú, agregó Zelensky. “El mundo debe reaccionar. Rusia está en guerra contra la vida, contra la naturaleza, contra la civilización”, dijo.
Rusia replicó pidiendo a su vez la “condena” de Ucrania por la destrucción de la presa.
El ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigu, afirmó que Ucrania había perdido 3 mil 715 soldados y 52 tanques desde el domingo y, en un raro reconocimiento de las propias pérdidas, declaró que 71 soldados rusos fallecieron y 210 resultaron heridos. Ucrania siguió su práctica estándar de no comentar sobre sus bajas.
Según el gobierno ucraniano, la destrucción de la presa es un intento de los rusos para “frenar” la ofensiva de su ejército.
Temen consecuencias en Zaporiyia
La destrucción parcial de la represa hace temer consecuencias para la central nuclear de Zaporiyia, ubicada a 150 kilómetros río arriba, porque garantiza el agua para su enfriamiento. Sin embargo, “no hay peligro nuclear inmediato”, subrayó el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), y agregó que sus expertos en las instalaciones están monitoreando la situación.
Al igual que la presa, la central eléctrica está ubicada en un área ocupada por las fuerzas rusas desde la invasión que lanzaron en febrero de 2022.
El director de la central, Yuri Chernichuk, nombrado por los ocupantes rusos, afirmó que “en la actualidad no hay amenazas” sobre la seguridad de la instalación. La destrucción parcial de la presa es “el mayor desastre ambiental provocado por el hombre en Europa durante décadas”, dijo Zelensky, al acusar a Rusia de ser culpable “de un ecocidio brutal”. Rusia tendrá que rendir cuentas por este “crimen de guerra” que constituye la destrucción de una infraestructura civil, declaró el jefe del Consejo Europeo, Charles Michel, al tiempo que el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, denunció un “acto escandaloso”.
EU sabía de plan para volar Nord Stream
Mientras, The Washington Post informó que una agencia de espionaje europea informó a la CIA que un equipo de operaciones especiales ucraniano tramaba volar el gasoducto Nord Stream tres meses antes de que varias explosiones destruyeran ese sistema que abastecía de gas ruso a Europa.
El diario citó información de inteligencia de EU supuestamente filtrada a principios de año por un técnico informático de la Guardia Nacional Aérea estadounidense que accedía a material altamente secreto.
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