San José.— Con el riesgo de colapso hospitalario y en la urgencia de reforzar el distanciamiento social, con cierre de sitios públicos, toques de queda, prohibición del comercio de licores y otras medidas restrictivas, América Latina y el Caribe entraron a la recta final de 2020 con una mezcla de lentitud, rapidez, trabas y dudas frente a la apremiante necesidad de adquirir y aplicar la vacuna contra el coronavirus.

La creciente carencia de personal de salud, camas, respiradores y otros equipos en unidades de cuidado intensivo por una demanda en aumento incesante de pacientes activó las más graves alarmas en la zona por el temor de que los hospitales, clínicas y demás centros de atención sanitaria se saturen y sobrepasen su capacidad máxima de servicio.

En un confuso y complicado panorama de agravamiento constante de la peor emergencia mundial de salud en el siglo XXI, las vacunas aparentemente sólo serán un complemento a otra serie de medidas esenciales de bioseguridad para combatir al virus y obligarán al sistema hemisférico de salud —público y privado— a seguir un meticuloso proceso de acople.

También lee: 

Las vacunas tampoco serán un proceso de solución “ni fácil ni rápido” para atacar a la pandemia, dijo la dominiquesa Carissa F. Etienne, directora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), al instar el pasado miércoles, en una conferencia internacional de prensa, a mantener la esperanza, pero también la paciencia y la solidaridad frente a la crisis.

Incluso, cuando se despliegue la vacunación, “los países no pueden darse por satisfechos, deben seguir promoviendo las medidas de salud pública adecuadas para controlar los casos, como el uso de mascarillas y el distanciamiento físico”, alertó la jerarca interamericana.

“Los pacientes necesitarán ser examinados, aislados, atendidos y debemos continuar poniendo en cuarentena los casos sospechosos. Nada de esto puede detenerse o arriesgamos demasiadas vidas. Me preocupa todo el trabajo que tenemos por delante... no será ni fácil ni rápido”, insistió.

La Universidad Johns Hopkins, el centro privado de educación superior de Estados Unidos que lleva el registro diario de la enfermedad, precisó que para ayer a las 10:40 horas en el centro de México, los 33 países latinoamericanos y caribeños sumaron 13 millones 120 mil 392 contagiados y 479 mil 909 decesos desde que, el 25 de febrero, se detectó el primer caso en Brasil.

También lee: 

El número de difuntos pasó de 401 mil 538 el 1 de noviembre a 471 mil 496 para el lunes anterior, de acuerdo con la universidad.

El total del 13 de junio fue de 1 millón 558 mil 369 pacientes y 76 mil 556 fallecimientos, según el recuento de un escenario en el que, lejos de ceder, el virus del Covid-19 amenazó este mes con nuevos repuntes.

Coordinar

El ministro de Salud de Costa Rica, Daniel Salas, aseguró ayer en rueda de prensa que hay una coordinación de las productoras de las distintas vacunas con los gobiernos de América Latina, así como del Caribe.

“Las mismas compañías farmacéuticas han estado trabajando directamente con los gobiernos para garantizar que la vacuna va a ser aplicada principalmente o primariamente a las personas con mayor riesgo de mortalidad, de enfermar gravemente y (…) a las que pueden magnificar en mucha cantidad a las que se pueden infectar también”, agregó.

También lee:

El esquema completo es de dos dosis y con un rango poblacional —menores, embarazadas y en lactancia— excluido porque todavía no existe producto para ese grupo, detalló. “No hay una dosis pediátrica mundialmente aprobada”, subrayó.

Fechas

Una mayoría de gobiernos del área prevé comenzar a vacunar en el primer trimestre de 2021.

En un desglose por países, Venezuela, Nicaragua y Argentina optaron por Sputnik V, producida en Rusia. El presidente venezolano, Nicolás Maduro, anunció desde hace más de un mes que garantizará 10 millones de dosis para 2021.

Argentina quedó en un dilema luego de que el presidente de Rusia, Vladimir Putin, reveló este jueves que se abstendrá de inocularse Sputnik V porque científicos le advirtieron que evitan recomendar ese medicamento para mayores de 60 años.

También lee:

El ministro de Salud de Argentina, Ginés González, aseveró ayer que esa nación está “bien preparada” para los procedimientos con la medicina rusa y que su llegada al país es “inminente” y dijo que “no tienen dudas” de que la vacunación empezará antes de que finalice 2020.

Chile, Ecuador, Colombia, Panamá, Guatemala, República Dominicana, Bolivia y Costa Rica aceleraron en el último trimestre del año las negociaciones comerciales internacionales para comprarlas a las compañías Pfizer y Moderna, de Estados Unidos, y AstraZeneca, de Reino Unido.

Ante el cambio de gobierno en noviembre anterior por problemas políticos, Perú se retrasó en la negociación.

Honduras y Uruguay esperan recibir la vacuna de un fondo de la Organización Mundial de la Salud (OMS), sin descartar otros proveedores. Paraguay informó ayer que mantiene gestiones bajo confidencialidad con cinco farmacéuticas, pero que ya envió un anticipo de unos 7 millones de dólares al fondo de la OMS.

También lee:

Brasil tiene proveedores internos con nexos externos e incluirá CoronaVac, de la farmacéutica Sinovac, de China.

El Salvador confirmó que está en apuros porque, según el Ministerio de Salud de esa nación, se carece de las instalaciones adecuadas para la cadena de frío que la vacuna requiere de hasta menos 70 grados centígrados.

El gobierno salvadoreño debió abrir negociaciones de urgencia para readaptar sus capacidades técnicas a ese factor.