Washington.— El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, confirmó ayer que este fin de semana el Servicio de Inmigración de Estados Unidos (ICE, por sus siglas en inglés) comenzará una operación masiva para deportar a miles de migrantes.

Trump confirmó la operación en un momento en que las condiciones de los inmigrantes en los centros de detención genera un profundo debate que se trasladó al Congreso de Estados Unidos, donde ocurrió una sesión sobre los niños separados de sus padres.

“Ellos vinieron de forma ilegal”, dijo Trump a los periodistas en la Casa Blanca. “Van a sacar a la gente y llevarla de vuelta a sus países”, explicó. La operación, que comenzará mañana, está dirigida a 2 mil personas en al menos 10 ciudades. En junio, Trump ya había anunciado que Estados Unidos deportaría a “millones de extranjeros”.

La operación fue retrasada con el fin de dar tiempo al Congreso a que busque un compromiso sobre las medidas de seguridad para adoptar en la frontera con México. La amenaza de las deportaciones asusta a muchas comunidades en Estados Unidos. Autoridades de inmigración comenzaron a llegar al área agrícola de Immokalee, Florida. La alcaldesa de Chicago, Lori Lightfoot, reforzó las medidas de protección que ofrece la ciudad a los indocumentados.

Además, se informó que el ICE arrestó a 20 inmigrantes en el área de San Diego en un operativo previo a las redadas de mañana. De los 20 detenidos, 17 tenían problemas en su récord criminal.

Las autoridades de inmigración indicaron que no todos los detenidos tenían ordenes de deportación definitivas.

Entretanto, varios legisladores demócratas que visitaron la frontera con México acusaron al mandatario de la Unión Americana de crueldad.

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