Miami.— Durante su campaña, prometió llenar los bolsillos de los estadounidenses, mientras criticaba los niveles inflacionarios de la administración de Joe Biden. Sin embargo, sus políticas anti-México, que pasan por imponer aranceles y por una deportación masiva de migrantes, podrían vaciar esos bolsillos y desatar escasez de mano de obra, entre otros efectos.

Millones de votantes antepusieron el valor económico en sus vidas a la inmigración, la frontera, el aborto y la seguridad nacional, tras la promesa de Trump de un mejor futuro económico en lo individual y en lo familiar. “Era mejor apostar a mejorar nuestra situación económica y tener un mejor control de la inflación, que irse por este tema inacabable de la inmigración o la seguridad o el aborto”, reconoció a EL UNIVERSAL Milena Flores, colombiano-estadounidense propietaria de una estética especializada en micropigmentación en Miami, Florida.

Sin embargo, a decir de expertos y del análisis de agencias calificadoras, los planes de Trump —quien debe asumir la presidencia el 20 de enero—, particularmente aquellos que tienen que ver con México —y ahora con Canadá, al que metió en el mismo saco—, lejos de mejorar la situación, pueden agravarla.

Lee también

Aunque durante la primera administración Trump (2017-2021), la inflación en Estados Unidos se mantuvo relativamente baja —la anual rondó entre 1% y 2%—, en su reciente entrevista con NBC News, la periodista Kristen Welker le recordó que su decisión de imponer aranceles entonces le costó a los estadounidenses unos 80 mil millones de dólares, y que empresas como Walmart, Black & Decker y AutoZone han advertido que cualquier arancel les obligará a subir los precios a sus consumidores.

Trump reconoció que “no puedo garantizar nada”, y que, en todo caso, “el mercado se encargará de ello”. Defendió que “los aranceles van a hacer rico a nuestro país” y que con sólo ponerlos sobre la mesa, se convierten en un “arma muy poderosa”. Los economistas no están de acuerdo con esta afirmación y creen que pueden tener efectos muy negativos en la economía estadounidense.

Los aranceles de 25% sobre productos importados de México y Canadá aumentarían los costos de los bienes para los consumidores estadounidenses. Esto podría llevar a un aumento general de los precios, contribuyendo a la inflación.

Lee también

Los economistas advierten sobre una posible interrupción de las cadenas de suministro, causando retrasos y aumentando los costos de producción. Los aranceles afectarían sectores clave, tales como la energía y los bienes manufacturados, reduciendo la competitividad de las empresas estadounidenses y afectando negativamente el comercio con México. Industrias como la automotriz, agrícola y tecnológica sufrirían pérdidas económicas, afectando miles de empleos en Estados Unidos. Mark Zandi, economista en jefe de Moody’s, advierte: “Los aranceles no son absorbidos por los productores extranjeros; los consumidores estadounidenses terminan pagando más, lo que actúa como un impuesto indirecto”.

Hasta este punto, sólo se está considerando el impacto directo de los aranceles. Pero a esto se suma la eventual respuesta de México y Canadá a estas eventuales sanciones. La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, ya advirtió que “a un arancel vendrá otro”, mientras que el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, dijo que “cualquier medida unilateral será respondida de manera proporcional. La relación trilateral debe basarse en el respeto mutuo”.

Las amenazas y aranceles tienen otro efecto potencial: afectar la cantidad de productos que Estados Unidos logra vender a México —y a Canadá—, generando un desequilibrio en la balanza comercial. El déficit actual de Estados Unidos para el año fiscal 2024 es de aproximadamente mil 830 billones de dólares. Ello, a pesar de los ingresos récord de 4 mil 920 billones de dólares, debido a los gastos creció 10%, a 6 mil 750 billones de dólares.

Lee también

Este es uno de los déficits más altos en la historia reciente del país y los recortes fiscales propuestos por Trump podrían agregar miles de millones más a esta cifra en la próxima década. Si a eso se le añade menos ventas a su principal socio comercial, la situación se complica.

Zandi advirtió que “un déficit creciente limita la capacidad del gobierno para responder a crisis económicas o geopolíticas. Además, una deuda insostenible genera incertidumbre en los mercados financieros”. En este contexto, aunque la promesa de devolver dinero a los bolsillos de los estadounidenses es popular, la carga de una deuda creciente podría recaer en futuras generaciones, comprometiendo el crecimiento económico a largo plazo.

Migración y los sectores económicos clave

La postura de Trump sobre la inmigración ha sido consistentemente dura. “Vamos a proteger nuestras fronteras como nunca antes. Los inmigrantes ilegales no sólo violan nuestras leyes, sino que también afectan a nuestros trabajadores”, afirmó en un evento en Texas durante su campaña. Su estrategia incluye deportaciones masivas, restricciones a las remesas y límites estrictos a la inmigración legal.

En la entrevista con NBC, no dudó en poner sobre la mesa la deportación de ciudadanos estadounidenses que tengan familiares indocumentados, para “evitar la separación de familias”. Aunque señaló que su prioridad son los indocumentados con antecedentes criminales, adelantó que no se limitará a ellos, insistiendo en que será una operación masiva.

“Sin duda esto va a afectar a los productos de consumo más cercanos a las familias; estamos hablando de las cosechas”, puntualizó Karla Merino, especialista en finanzas, a este medio. Sectores como la agricultura, la construcción y los servicios dependen profundamente de la mano de obra inmigrante. Según el Departamento de Agricultura, más de 50% de los trabajadores agrícolas son indocumentados. Deportar a estos trabajadores podría generar, entre muchas otras situaciones, escasez de mano de obra, lo que afectaría la capacidad de producción, especialmente en cultivos perecederos.

Lee también

Al mismo tiempo, se produciría invariablemente un aumento de costos debido a la reducción de trabajadores disponibles; y esto, a su vez elevaría los salarios en ciertos sectores, lo que incrementaría los precios para los consumidores. Jeffrey Sachs, economista de renombre, ha dicho que “la economía estadounidense está estructurada de tal manera que necesita a los inmigrantes para funciones esenciales. Reducir su participación no es sólo imprudente desde el punto de vista humano, sino también desastroso económicamente”.

La geopolítica y sus efectos económicos

Un factor adicional que juega en contra de Trump es que la inestabilidad que sus políticas bilaterales con México, o con Canadá, pueden generar, se sumará a las actuales tensiones mundiales que impactarán económicamente a Estados Unidos y su enfoque de “EU Primero”. La promesa de imponer también aranceles a China aumenta el riesgo de una guerra comercial globalizada.

Las tensiones geopolíticas y comerciales podrían generar volatilidad en los mercados financieros, afectando la confianza de los inversores y la estabilidad económica estadounidense. Los aranceles y las interrupciones en la cadena de suministro pueden aumentar los costos de los bienes y servicios, contribuyendo a la inflación. Las tensiones en Medio Oriente y otras regiones productoras de petróleo pueden afectar los precios del crudo y la seguridad energética de EU.

La gente votó por Trump esperanzada en su promesa de que les llenará de “dinero los bolsillos”, pero con Trump, hay riesgo de “autosabotaje”. “EU no puede prosperar aislándose; la cooperación y la estabilidad doméstica y global son esenciales para el crecimiento económico”, subrayó Sachs.

Únete a nuestro canal ¡EL UNIVERSAL ya está en Whatsapp!, desde tu dispositivo móvil entérate de las noticias más relevantes del día, artículos de opinión, entretenimiento, tendencias y más.

Comentarios