Bruselas.— Los acuerdos suscritos por la Unión Europea con países y subregiones latinoamericanas no resultaron una herramienta útil para combatir la desigualdad, pobreza, subdesarrollo y violaciones a derechos humanos y laborales; por el contrario, aumentaron la asimetría entre las regiones.
Así lo denunciaron redes de organismos no gubernamentales, acompañadas de eurodiputados de grupos de izquierda y legisladores de países como Colombia y Brasil, en una jornada de acciones paralelas a la Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea y América Latina.
“Venimos a denunciar unos acuerdos comerciales tóxicos, neocoloniales, extractivistas que fomentan fundamentalmente la asimetría comercial entre la UE y los Estados latinoamericanos, unos acuerdos que sólo benefician a la élite europea y latinoamericana, pero no a sus pueblos”, declaró a EL UNIVERSAL Miguel Urban Crespo, eurodiputado de Izquierda Unitaria, en una manifestación celebrada en la Plaza de Luxemburgo, frente a la Eurocámara.
Para ilustrar los impactos causados por las políticas de libre mercado sin mecanismos de supervisión y rendición de cuentas, tomó la palabra Sofía Enciso, del colectivo Un Salto de Vida, en Jalisco: “Queremos que las transnacionales dejen de contaminar nuestros territorios, que dejen de violar los derechos humanos en comunidades como El Salto, Juanacatlán, Chapala-Santiago, donde hay un alto nivel de contaminación y los niveles de insuficiencia renal y cáncer están cobrándose vidas”.
La concentración, que reunió a decenas de manifestantes, concluyó con el derribo de la “torre de la avaricia”, construida con cajas de cartón y dedicada al pacto comercial en proceso entre la UE y Mercosur. Según la representación, acompañada por un performance realizado por cuatro artistas vestidos de negro y el rostro en blanco, los pilares que forman dicho pacto son el poder corporativo, la extracción de la riqueza natural y la importación de plaguicidas.
Previo a la protesta, los representantes de diversos movimientos sociales se reunieron en el salón 1A2 del edificio Paul-Henri Spaak del Parlamento Europeo. Allí pusieron en tela de juicio el modelo comercial de la Unión Europea con los países latinoamericanos aplicado desde el año 2000, a partir de la entrada en vigor del acuerdo con México, el primero suscrito con un país de la zona.
De Chile hasta México, la conclusión de los ponentes fue la misma: la liberalización comercial ha conducido a un mayor déficit comercial. De acuerdo con la Agencia Europea de Estadísticas (Eurostat), la balanza favorable del bloque comunitario con relación a México pasó de 8 mil millones en 2011 a 14 mil millones en 2021.
“Hubo una gran coincidencia entre todos los ponentes de que no hay un antecedente positivo entre estos tratados, la desigualdad entre los continentes se ha seguido engrandeciendo”, dijo Luis Emilio Téllez, de la Coordinadora Nacional de Usuarios en Resistencia.
“Esperaría que avanzaran en esta cumbre en acuerdos de cooperación contra el narcotráfico, asumieran posturas más pacíficas frente a la guerra entre Rusia y Ucrania, pero en el fondo lo que hay aquí es avanzar en los tratados de libre comercio que fortalezcan el acceso de las transnacionales en nuestros territorios”, señaló Manuel Pérez Rocha, del Institute for Policy Studies.
La UE inauguró la ministerial abriendo la cartera: invertirá más de 45 millones de euros en América Latina y el Caribe a través del programa europeo Global Gateway.
El anuncio fue emitido en una mesa redonda con dirigentes políticos y empresariales que precedió a la cumbre. El discurso de apertura contó con la intervención del presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, mientras que la ronda de conclusiones, con la canciller mexicana Alicia Bárcena.
La titular de Relaciones Exteriores aseguró que la reunión en Bruselas es una oportunidad para volver a acercar a la Unión Europea y América Latina después de ocho años de no reunirse.
Sin embargo, subrayó que no es viable ni aceptable para la región el resignarse a ser sólo una cantera de recursos naturales condenada al extractivismo y provisión de alimentos baratos con mano de obra de baja calificación.