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Bajo el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, el ejército ha adquirido un poder inusitado, “invadiendo” la democracia mexicana y convirtiéndose en una “herramienta inestimable” para que el mandatario “haga su voluntad en todo el territorio”, con el riesgo de caer en el “militarismo”, advierte el diario estadounidense The Washington Post.
En un editorial, titulado “El ejército invade la democracia mexicana”, el Post señala que bajo la administración de López Obrador “ha transferido enormes recursos a las fuerzas armadas y les ha asignado numerosas tareas que antes habrían desempeñado los civiles. Según una estimación, en 2021, las fuerzas armadas de México, con más de 325 mil efectivos, incluidos 110 mil de la Guardia Nacional, realizaban 246 funciones más que 15 años antes”.
El medio recuerda que López Obrador ha dejado la gestión de 15 empresas estatales a los militares, incluyendo los dos aeropuertos de la capital mexicana, una nueva aerolínea y el Tren Maya.
El presupuesto de las Secretarías de Defensa y Marina se ha incrementado en más del doble desde 2019, a 316 mil millones de pesos. La cifra, alerta, triplica el presupuesto de la Secretaría de Salud. Eso, sin contar los 67 mil millones de pesos asignados a la Guardia Nacional.
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El argumento de López Obrador, explica el Post, es que el ejército es el “baluarte” con el que está enfrentando la corrupción heredada de gobiernos anteriores, y al crimen organizado. Sin embargo, recalca que “ambas afirmaciones son inverosímiles, especialmente la segunda: durante su mandato se han producido más de 170 mil homicidios, muchos más que durante las tres administraciones anteriores”.
Este creciente poder a las fuerzas militares, añade el diario, va a la par de “los esfuerzos del presidente por obstaculizar gran parte del Estado civil, incluido el Poder Judicial e instituciones como el organismo de control electoral y la agencia de libertad de información”. El ejército, enfatiza, “se ha convertido en una herramienta inestimable para que el presidente haga su voluntad en todo el territorio, centralizando el poder y eludiendo a los gobiernos estatales y municipales elegidos democráticamente”.
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Sin embargo, el Post advierte de los riesgos que este empoderamiento del ejército acarrea para el gobierno que asumirá en octubre, tras las elecciones del 2 de junio. “No está claro”, dice, si la lealtad incuestionable que los militares han mostrado a López Obrador “se trasladará al próximo presidente, ya sea su sucesora ungida, Claudia Sheinbaum, que lidera las encuestas, o la candidata de la oposición, Xóchitl Gálvez”.
Hasta ahora, indica el Post, pese a “todos sus males políticos”, México ha estado “libre de golpes y juntas militares”. El ejército, aclara, “no muestra interés abierto en tomar el control del país”. Pero una militarización, afirma, es algo que se produce poco a poco.
En ese sentido, señala que Estados Unidos puede influir para que algo así no se produzca y “resistirse a un nuevo punto de apoyo del militarismo donde antes no existía, justo al lado”.
mcc