San José.— Sin uniforme y armados con garrotes de madera como bates de beisbol, fuerzas parapoliciales cubanas descendieron de un convoy de autobuses flanqueado por patrullas y penetraron por la Calzada de Luyanó, en un suburbio de La Habana, para sofocar una de las múltiples protestas antigubernamentales que estallaron a partir del domingo anterior en .

La secuencia, captada aparentemente el lunes pasado desde el ventanal de un edificio de la zona y cuya veracidad y ubicación fue confirmada a por fuentes de la disidencia cubana en la ahora tensa capital, exhibió apenas uno de los múltiples episodios de violencia desplegados esta semana por el régimen comunista de Cuba para enfrentar a cubanos sin ningún tipo de arma y acatar un mandato superior.

“La orden de combate está dada, a la calle los revolucionarios”, instruyó el domingo el primer secretario del Partido Comunista de Cuba (PCC) y presidente de la República, Miguel Díaz-Canel, en lo que emergió como un mandamiento de la máxima jefatura nacional que giró carta blanca o vía libre a los seguidores del régimen para contrarrestar el simultáneo y espontáneo estallido popular.

Lee también: 

Sin precedentes en 62 años y al ritmo de los gritos de libertad, democracia, abajo el comunismo, fuera la dictadura y abajo Díaz—Canel, el movimiento que se propagó con diversa intensidad por las 14 provincias de Cuba se transformó en el más fuerte desafío al omnipresente y predominante aparato de poder del PCC desde el triunfo de la revolución en 1959.

“Hay una calma aparente. Mucha tensión, mucha policía. Yo sigo sitiada por la policía, pero aquí han llegado informaciones de fuentes fidedignas”, dijo la opositora cubana María Matienzo, de La Habana, periodista independiente y corresponsal de Cubanet, uno de los principales diarios digitales de la disidencia y con sede en Miami, Florida, corazón del exilio cubano en Estados Unidos.

“Nosotros aquí, por ejemplo, tenemos a siete personas haciéndonos la guardia (vigilancia) más una patrulla y dos policías. Y Héctor Valdés (otro periodista independiente y opositor) que vive cerca, como a 10 metros, tiene dos patrullas más un grupo de gente haciéndole la guardia afuera”, narró Matienzo a EL UNIVERSAL.

Lee también: 

En un enlace vía WhatsApp desde su casa en La Habana en medio de los problemas de comunicación, relató que “así está el resto de la ciudad. Muchos policías con armas largas. Hay algunos municipios de la periferia (habanera) en los que hay operativos muy fuertes de policías sacando a la gente de su casa, a golpes, a tiros si es preciso”.

“Así andan las cosas. Hay una gran batalla (con) una tropa entera de ‘ciberclarias’ diciendo que todo está bien”, describió.

Las “ciberclarias” son en Cuba lo que en otras partes del mundo son conocidos como los troles que, en el anonimato o con cuentas y nombres falsos, inundan las redes sociales de internet para asumir posiciones de protección o ataque de personas o instituciones y que, en el caso cubano, defienden al régimen gobernante. El pago por ese servicio se hace con recargas telefónicas para navegar en las redes.

Por las protestas, la (estatal) Empresa de Telecomunicaciones de Cuba S. A (Etecsa) “no solo ha censurado los servicios de mensajería instantánea”, como Telegram y WhatsApp, sino que lanzó un filtro “que impide el envío de mensajes de solo texto” entre teléfonos celulares, reveló 14ymedio.com, diario digital independiente que funciona en la ilegalidad en Cuba.

Lee también: 

La restricción afectó la transmisión de datos con las letras VPN, siglas en inglés de Red Privada Virtual, que son imprescindibles “para sortear el bloqueo a los medios de prensa independientes, los únicos que cuentan las manifestaciones del 11 de julio y además bloquear la subida a las redes sociales de los videos de estas protestas”, agregó, en un reporte del jueves. no pudo obtener confirmación propia.

Saldo de violencia. Sin datos oficiales precisos sobre el saldo de muertos, desaparecidos, heridos y detenidos por los enfrentamientos entre fuerzas policiales y parapoliciales con los manifestantes, fuentes opositoras advirtieron que hay más de cinco mil personas sometidas a arresto o bajo investigación.

En contraste con los recuentos de los activistas de la oposición o La disidencia, el periódico digital oficialista Cubadebate, que proclama el resguardo del proceso revolucionario “contra el terrorismo mediático”, aseguró: “La calma…en las calles de La Habana”.

En un despliegue gráfico que exhibió calles vacías, Cubadebate admitió que el 11 de julio “fue una tensa jornada en la capital cubana: hubo manifestaciones, disturbios y hechos vandálicos”, pero que sus fotógrafos salieron el 14 a recorrer las mismas calles en las que “prima la calma, la vida cotidiana de los habitantes”.
Pero en numerosos rincones de la isla también prevalecieron las imágenes que circularon en las redes y mostraron a parapoliciales—Brigadas de Respuesta Rápida—que irrumpieron a los barrios a la fuerza con garrotes como bates de beisbol.