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Washington.— La Casa Blanca endureció ayer en dos frentes el discurso contra la migración ilegal. Por una parte, el presidente Donald Trump calificó las leyes migratorias de Estados Unidos de “patéticas”, mientras que el vicepresidente declaró que el muro será “la manifestación física del pueblo de EU para proteger la frontera y la soberanía”.
En la Casa Blanca, Trump dijo que las leyes migratorias de su país son “un desastre total”, sólo describibles con adjetivos como “débiles”, “obsoletas” y “patéticas”. “Se ríen de ellas por su estupidez”, aseguró en rueda de prensa tras la visita del presidente de Nigeria, Muhammadu Buhari.
En Calexico, California, estaba el vicepresidente Mike Pence, quien visitó la zona para repasar las obras de restauración de un sector del muro, a escasos 200 kilómetros de la zona donde decenas de migrantes centroamericanos acampan a la espera de cruzar y pedir asilo.
“La situación [de la caravana] es un resultado de las débiles leyes de inmigración [de EU]”, dijo Pence en la base de la Patrulla Fronteriza del sector El Centro. Para el vicepresidente, la caravana es “un intento deliberado de socavar las leyes del país y la soberanía de EU”, y prometió a los agentes que el gobierno federal les defenderá a capa y espada para que puedan proteger la frontera.
“Vamos a construir el muro, lo vamos a construir todo […] Vamos a demostrar que los muros funcionan”, remató, antes de visitar las obras en Calexico, que iniciaron a finales de febrero y que constan de la instalación de 50 paneles diarios de una nueva estructura de más de nueve metros de alto y por la que se puede ver a través de ella, la cual sustituye a la valla fronteriza que ya existe.
Pence reconoció que el muro no sólo es una instalación para frenar de forma física la entrada de personas o droga, “es la manifestación física del pueblo de EU para proteger la frontera y proteger nuestra soberanía”, explicó, revelando el carácter simbólico que debe tener la estructura una vez que esté construida.
El mensaje disuasorio lo quieren emitir también a través de leyes, con su presión al Congreso para que se modifiquen leyes y se “elimine el mensaje y el incentivo para que la gente del sur intente entrar a nuestro país de la forma que sea”.
Pence explicó, sin embargo, que los migrantes del “viacrucis migrante” son “víctimas del abuso de activistas de políticas de fronteras abiertas y los medios de comunicación con una agenda política concreta”, y en el peor de los casos, explotados por criminales que trafican con personas o drogas.
Sobre la caravana, tanto Trump como Pence agradecieron el trabajo del gobierno mexicano y sus leyes migratorias para “reducir” el número de centroamericanos que finalmente han llegado a la frontera entre Tijuana y San Diego: de los más de mil 500 que la iniciaron, se espera que unos 200 intenten cruzar a EU.
Por otra parte, el elegido para dirigir la Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE), Thomas Homan, renunció a su puesto tras más de seis meses en los que su nombre fue bloqueado para su confirmación en el Senado.
Ofensa a Trump. El jefe de gabinete de la Casa Blanca, John Kelly, ha llamado “idiota” muchas veces al presidente Trump, una de ellas por su desconocimiento del programa migratorio DACA, según informó la cadena NBC News.
“Él [Trump] ni siquiera entiende lo que es DACA. Es un idiota. Tenemos que salvarle de sí mismo”, dijo Kelly en una reunión, de acuerdo con dos funcionarios que estuvieron presentes.
Según la cadena, Kelly ha insultado a Trump en conversaciones con personal de la Casa Blanca y se ha presentado como el único actor razonable que impide una catástrofe.
En un comunicado, Kelly tachó de “patraña total” esa información, que cita como fuente a ocho funcionarios y ex funcionarios de la Casa Blanca.