Bruselas.- Los británicos serán los primeros en recibir en la parte superior del brazo el anhelado antídoto contra el

La inoculación de los británicos arrancará a semanas de cumplirse el primer aniversario de que la fuera notificada de la aparición de un misterioso virus en un mercado de mariscos de la localidad china de Wuhan .

Esto será posible luego de que la Medicines and Healthcare products Regulatory Authority (MHRA) del Reino Unido , certificara el uso de la vacuna producida por Pfizer y BioNtech, adelantándose al veredicto de las rigurosas autoridades sanitarias de Estados Unidos y la Unión Europea.

La operación británica será seguida a detalle por las autoridades involucradas en el combate a la pandemia en todo el mundo; no por el hecho de que el gobierno del premier Boris Johnson la publicite como el primer gran triunfo del Brexit , sino porque los logros y fracasos servirán al resto del planeta en la definición de sus estrategias nacionales.

La intervención que se avecina no tiene precedentes, como tampoco la pandemia por coronavirus. Presenta retos en toda la cadena, desde producción, empaquetado y conservación, hasta distribución y suministro.

Asimismo, implica cuestiones que van más allá de los eslabones que unen el laboratorio con el consultorio médico, como es la proliferación de noticias falsas, el negacionismo y el riesgo de operaciones de sabotaje a los centros de resguardo en perjuicio de la confianza ciudadana.

Supone además dilemas éticos que tienen que ver con la elección de quiénes van primero y quiénes al último; si debe o no ser una medida obligatoria cuando la meta es aniquilar un virus que ha trastocado todo; si los que han sido vacunados podrán tener más libertades que aquellos que no.

No hay margen para la improvisación. “Estamos ante una operación de escala sin precedentes, que requiere precisión militar”, en palabras del Ministro de Salud de Países Bajos, Hugo de Jonge.

Uno de los países que está acatando la recomendación a pie de la letra es Alemania, que ha sido modelo en la lucha contra la pandemia y pretende repetir en la siguiente fase.

En la economía más grande de Europa , el gobierno nacional se ocupará de la vacuna, y los 16 estados se encargarán de la vacunación. El gobierno central ya ha ordenado vacunas, jeringas y equipo de protección, así como ha emitido las líneas directrices sobre el orden en el que protegerá a la población, iniciando con personas vulnerables y personas de la tercera edad, seguido por personal médico.

También se han realizado simulacros. En la ciudad alemana de Ulm, en cooperación con la Cruz Roja , en noviembre se desarrolló un ejercicio en el que supuestamente se inmunizaba de manera segura a 120 personas por hora.

Berlín está acondicionando dos antiguas pistas aéreas para servir de centros de vacunación; en total la urbe contará con seis grandes establecimientos con capacidad para vacunar a 20 mil personas diarias. Para reducir los desplazamientos innecesarios y evitar que los habitantes de zonas remotas queden excluidos, habrá además unidades móviles.

Está previsto que la campaña dure poco más de medio año y el objetivo es alcanzar la inmunidad de grupo, es decir, que dos tercios de los 82 millones de habitantes estén vacunados para el verano.

Del laboratorio a tu brazo, la odisea de la vacuna antiCovid
Del laboratorio a tu brazo, la odisea de la vacuna antiCovid

Puzzle

A simple vista pareciera un procedimiento sencillo, como ocurrió hace una década, cuando el planeta se vio estremecido por la pandemia provocada por la gripe H1N1, un virus identificado por vez primera en México en 2009.

Pero no es así: los servicios sanitarios están ante un complejo rompecabezas en el que cada una de las piezas debe encajar con precisión si la gente quiere volver a saludar de mano, bailar, abrazarse, retornar a lo que era habitual.

El titular del programa de vacunación del Instituto Nacional para la Salud Pública y el Medio Ambiente de Holanda (RIVM), explicó a la prensa local que hace diez años, cuando se combatió la influenza H1N1 , había claridad, se requería de una sola campaña en la que se utilizaría una vacuna sin variantes.

Ahora es distinto, la vacunación no será pareja, hay distinción entre los grupos destinatarios y se espera además que circulen distintas vacunas, cada una con sus complejidades. Por ello, no hay margen para la improvisación.

La producción ya es un rompecabezas. Producir una vacuna en un tubo de ensayo en un laboratorio universitario es una cosa, y otra fabricar a la escala que demanda el planeta para aniquilar el Covid-19. Los países más ricos ya apartaron más de 2 mil millones de dosis.

Las capacidades de las firmas responsables de la producción son limitadas. Pfizer, autora de la primera vacuna aprobada, recortó las dosis contra Covid-19 que espera fabricar en 2020, de 100 a 50 millones antes de que acabe el presente año. Por ello, se espera que circulen varios tipos en el mercado, cada una con distintos niveles de efectividad, requisitos de almacenamiento y costos. Entre las más avanzadas se encuentran las desarrollados por firmas como AstraZeneca, Moderna, Johnson & Johnson, Curevac, Cansino y Novavax.

Pero no es suficiente con tener la vacuna. Una vez que sale del biorreactor pasa a la fase de llena y acabado, un dossier en donde las capacidades globales son igualmente limitadas, incluso para la gran alianza que conforma la Coalición para la Promoción de Innovaciones para la Preparación ante Epidemias (CEPI).

Para cubrir la enorme demanda, además se requiere expandir sustancialmente la producción de viales, los pequeños frascos fabricados con vidrio de borosilicato en donde se conserva el medicamento inyectable.

El almacenamiento es otro desafío. La vacuna de Pfizer necesitar estar conservada a -70 grados centígrados; fuera de esa temperatura tiene un periodo de vida de sólo dos días. La firma de paquetería DHL ha dado a conocer que unos 25 países cuentan con capacidad suficiente para gestionar esta vacuna. Aunque tener el refrigerador no basta. En Holanda los directores de hospitales dicen contar con los refrigeradores, pero insisten en que necesitan instrucciones concretas sobre qué, cómo, cuántas y cuándo llegarán.

La distribución igualmente tiene sus complejidades. Tan solo la compañía DHL prevé 15 mil vuelos de carga adicionales en los próximos años como resultado de los pedidos de vacunas. El plan inicial de Pfizer era que de sus plantas en Kalamazoo, Estados Unidos, y Puurs, Bélgica, salieran todos los días 24 camiones cargados con 7.6 millones de dosis hacia el aeropuerto.

Grandes incógnitas hay sobre cómo serán repartidas las vacunas. La OMS ha demandado que sea de manera equitativa entre naciones pobres y ricas, pero la realidad pinta ser distinta, Gran Bretaña iniciará su operación de inmunización con un pedido inicial de 800 mil, el 16% de la capacidad total de producción de Pfizer en lo que resta del año.

Al embrollo logístico habría que añadir el de la administración de la vacuna. Las vacunas basadas en ARN mensajero, como la de Pfizer y Moderna, requieren de sistemas especiales de congelación, lo que dificulta la aplicación en pequeños consultorios o módulos clínicos.

Además todo indica que se necesitará aplicar al menos dos. Debido a que estarán en circulación varias vacunas, para un eficiente seguimiento será necesario crear un sistema que registre quién recibió qué sustancia.

Ritmos distintos

En una comunicación por escrito con EL UNIVERSAL, el Centro Europeo para la Prevención de Enfermedades (ECDC por sus siglas en inglés), informa que pese a la insistencia de dar una respuesta coordinada en la fase de coordinación, los 27 socios de la Unión Europea, el Reino Unido, Islandia, Noruega y Liechtenstein, avanzan a marchas distintas.

Informa que hasta el pasado 30 de noviembre, sólo nueve países habían publicado recomendaciones provisionales con relación a los grupos prioritarios, concretamente Austria, Bélgica, República Checa, Francia, Luxemburgo, Países Bajos, España, Reino Unido y Suecia.

En el Reino Unido los habitantes y el personal de los hogares de asilo van primero (cerca de un millón), seguidos por los mayores de 80 años y el personal médico (5 millones). Les siguen las personas de más de 75 años (2.3 millones), los de 70 años (3.3 millones), de más de 65 años (3.4 millones) y las personas con otras patologías.

El ECDC también identifica diferencias respecto a las capacidades para implementar la campaña de vacunación. Señala que algunos países necesitan ampliar la planilla de personal capacitado para administrar las vacunas; diez estados en concreto contemplan la movilización adicional de enfermeras, parteras, estudiantes de medicina, médicos generales y jubilados a fin de garantizar los servicios.

La gran mayoría está a la espera de contar con más información sobre las características de la vacuna para definir sus planes respecto al almacenamiento, transporte y cadena de frío.

El órgano comunitario con sede en Suecia, estima que una vez que comience a circular la vacuna, “muchos países utilizarán, en la medida de lo posible, las estructuras y los servicios existentes”.

“Muchos aprovecharán las estructuras que se utilizan actualmente para la entrega de vacunas contra la influenza estacional. La mayoría de los países informaron que las vacunas Covid-19 se proporcionarán de forma gratuita”.

Los mayores retos, precisa, están en la distribución y la vacunación. Indica que la gran mayoría de los casos, los planes aún están en etapa de desarrollo, ajustándose a situaciones en evolución.

La autoridad sanitaria europea considera que los programas deben incluir sistemas de monitoreo para documentar la seguridad, efectividad y cobertura de las campañas, así como informes periódicos sobre la ejecución de los planes de distribución. Considera fundamental la colaboración con la OMS para la armonización de principios y acciones, y la aplicación de modelos matemáticos sobre los impactos de las distintas estrategias, considerando la variedad de vacunas y grupos destinatarios.