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Palermo.— Al menos 12 personas murieron ayer en la isla italiana de Sicilia a causa de las graves inundaciones por prolongadas lluvias torrenciales, informó la policía.
Casi todos los fallecidos son miembros de dos familias de Casteldaccia, cerca de Palermo, la capital de Sicilia. La tragedia ocurrió cuando una inundación arrasó su casa ante la rápida crecida de un río .
“No sé cómo logré salvarme”, dijo un sobreviviente de la tragedia de Casteldaccia: “Noté que el agua entraba en la casa. Le dije a todos ‘¡vayámos rápido de aquí!’”, contó a medios locales. Cuando abrió la puerta, lo arrastró la masa de agua y lo catapultó hacia afuera. Pero pudo aferrarse a un árbol y ser salvado.
Otro hombre y una niña se salvaron porque en el momento de la tragedia habían salido a comprar golosinas. Sin embargo, nueve personas —familiares de los supervivientes— murieron, entre ellas niños pequeños de uno y tres años.
El alcalde de Casteldaccia, Giovanni Di Giacinto, calificó el hecho como una “tragedia inmensa”.
Otro cadáver fue hallado en la localidad de Vicari. Además, dos personas murieron en la provincia de Agrigento cuando su coche fue arrastrado por las aguas, informó un portavoz de la policía local.
Unas 30 personas han perdido la vida desde hace una semana en toda Italia, cuando varios temporales comenzaron a azotar el país.
“Se trata de un estado de excepción que no vi nunca”, reconoció el jefe de Defensa Civil, Angelo Borrelli, al diario La Stampa. Previamente ya había hablado de escenas “apocalípticas” en la provincia de Belluno, en la región de Véneto, en el norte.
Debido a las fuertes lluvias, masas de rocas y barro arrasaron con casas y calles. Miles de árboles fueron derribados, lo que empeora la situación, ya que el agua avanza con más facilidad.
La asociación de agricultores italiana Coldiretti cifró la cantidad de árboles derribados en 14 millones.
Cientos de casas resultaron dañadas y la red de energía no funciona en muchas partes. La pronta llegada del invierno obliga además a acelerar los trabajos de reconstrucción.
El ministro del interior, Matteo Salvini, se desplazó ayer a Belluno para ver la situación de cerca. Aprovechó su visita para condenar “los muchos años de abandono” y la “política medioambiental de salón” de los gobiernos anteriores.
Sin embargo, su visita desató una fuerte polémica debido a una foto que publicó en redes sociales en la que se le ve sonriendo y con el pulgar levantado en Venecia, como si se tratara de un turista, durante su recorrido por la región del Veneto, una de las más azotadas por el temporal.
Usuarios lo acusaron de no tener piedad y le recordaron que lo que ocurre en el país “es una tragedia, no una excursión”.