Washington.— Decenas de miles de personas se reunieron ayer en 700 ciudades de Estados Unidos para protestar contra las políticas migratorias del gobierno de Donald Trump, que ha separado a niños de sus padres en la frontera con México y propuesto planes para campamentos de detención manejados por militares.
Exigieron al gobierno revertir las políticas migratorias consideradas como “crueles” e “inhumanas”, a lo que Trump respondió insistiendo en que hay que deportar “de inmediato” a los indocumentados.
Organizadores estimaron que entre 30 mil y 50 mil personas se congregaron en Washington en marchas tituladas “Protejamos a las familias”.
Frente a la Casa Blanca, los manifestantes llevaron carteles y gritaron “vergüenza”. Artistas como Alicia Keys y Lin-Manuel Miranda se unieron a este evento. Se trata, al parecer, la mayor manifestación a favor de la inmigración en la capital estadounidense desde 2010, cuando activistas presionaron al entonces presidente, Barack Obama, y al Congreso para que reformaran las leyes migratorias.
En tanto, al menos 10 mil personas cruzaron el puente de Brooklyn, en Nueva York, para exigir al gobierno el fin de la política migratoria de “Tolerancia Cero”, por la que los indocumentados detenidos al cruzar la frontera sur de EU son juzgados penalmente. Los neoyorquinos pidieron también la reunificación de más de 2 mil niños con sus padres, detenidos en centros de inmigración y acusados de entrar ilegalmente a este país.
Reclamos de “estamos en la lucha” y “sí se puede” se escucharon en español en la plaza Foley Square en Manhattan, a sólo pasos de la sede de Inmigración, donde manifestantes portaron letreros como “el secuestro es un crimen, pedir asilo no” y “no prohibición, no muros, no jaulas”.
Multitudes también se reunieron en Boston, Portland y Los Ángeles, entre otras ciudades; en Chicago, miles de personas marcharon hacia las oficinas locales de las autoridades federales de inmigración.
Del lado mexicano de la frontera, activistas y organizaciones de la sociedad civil se manifestaron en Ciudad Juárez, Chihuahua. Medio centenar de manifestantes marchó por el centro de Ciudad Juárez para luego dirigirse a uno de los puentes internacionales, donde el paso de vehículos fue suspendido mientras duró la protesta.
“Los padres no saben qué pasa con sus hijos y están albergados en zonas insalubres, en jaulas, como perros con cobijas”, dijo José Luis Castillo, un activista que participó en la protesta.
Donna Lieberman, directora ejecutiva de la Unión para las Libertades Civiles de Nueva York (NYCLU), afirmó que la actual crisis terminará hasta que todos los niños que han sido separados se reúnan con sus padres y cada familia sea tratada con dignidad y acceda a un debido proceso legal.
“Bancarrota moral”. Por su parte, Steven Choi, director ejecutivo de la Coalición para la Inmigración de Nueva York (NYIC), aseveró que la separación de familias refleja la profundidad de la “bancarrota moral” que representa un gobierno como el de Trump.
“Instamos a todos a exigir acciones de sus funcionarios electos para poner fin a la separación familiar y al encarcelamiento. Lo que está sucediendo desafía toda decencia moral, y no nos quedaremos de brazos cruzados”, declaró Choi.
Además de organizaciones civiles, diversos funcionarios electos del Partido Demócrata participaron en las marchas. La senadora Elizabeth Warren expresó en Boston que “este momento representa una crisis moral para nuestro país”.
La senadora Kamala Harris afirmó en Los Ángeles que EU se encuentra en “un punto de inflexión”, por lo que es preciso actuar para revertir las políticas migratorias inhumanas.
Responde Trump. Tras las manifestaciones, el presidente estadounidense redobló su llamado a expulsar a inmigrantes sin respetar su derecho a un juicio o a presentar peticiones de asilo, lo que representa una violación al debido proceso: “Cuando la gente ingresa ilegalmente a nuestro país, debemos conducirlos inmediatamente de regreso sin pasar por años de maniobras legales. Nuestras leyes son las más tontas en cualquier parte del mundo”, tuiteó.
Añadió que mientras los republicanos quieren fronteras seguras y rechazan el crimen, los demócratas pugnan por mantener las fronteras abiertas y mostrarse “débiles”.
Al mismo tiempo, Trump defendió la principal agencia encargada de las deportaciones en EU, la Agencia de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), ante las peticiones de algunos legisladores demócratas de eliminarla. El gobierno nombró como nuevo director interino de la ICE a Ronald D. Vitiello, en sustitución del también interino Thomas Homan.
Las manifestaciones, promovidas por grupos civiles, sindicatos y organismos de defensores legales, fueron alentadas tras la separación de al menos 2 mil 300 menores de edad de sus padres al cruzar de manera ilegal la frontera sur de EU. La mayoría de estas familias aún no han sido reunificadas, pese a que algunos de los niños, enviados a albergues a cientos de kilómetros de la frontera, tienen apenas unos meses de edad. Asimismo, cientos de padres han sido deportados sin sus hijos a sus países de origen. Los niños, en numerosos casos, deben enfrentar solos los juicios de deportación.
Los manifestantes criticaron que pese a que Trump firmó una orden para poner fin a la separación de las familias migrantes, no existen los mecanismos legales para hacerlo y en la práctica significa que las familias se mantendrán unidas, pero en centros de detención, por tiempo indefinido.
El grupo civil Se Hace Camino Nueva York cuestionó que el presidente ha utilizado a los niños separados como moneda de cambio para obtener recursos, financiar la construcción del muro fronterizo con México y para limitar la inmigración legal, incluido el asilo. Desde que asumió su mandato en 2017, Trump ha incrementado los arrestos de personas sospechosas de estar en el país ilegalmente y su gobierno está aprobando menos visas para familias.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) solicitó a EU información sobre las familias migrantes separadas en la frontera sur, en respuesta a una solicitud conjunta hecha por instituciones nacionales de derechos humanos de Guatemala, El Salvador y Honduras. De igual modo, pidió detalles sobre los procesos de reunificación que implementará el gobierno de Trump.