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Washington.— El gobierno estadounidense salió a defender las condiciones en los centros de detención para migrantes manejados por la Patrulla Fronteriza, tachando de “exageraciones” las denuncias de hacinamiento y argumentando la existencia de una crisis en la frontera.
El presidente Donald Trump acusó a los fake media, en particular al diario The New York Times, de escribir artículos “falsos y exagerados sobre los Centros de Detención Fronterizos”, y aseguró que son los migrantes quienes no deberían “ingresar a nuestro país ilegalmente, sólo para que nosotros los cuidemos”.
En medio de las críticas por el hacinamiento y condiciones que imperan en estos lugares, reforzadas por un reporte de una agencia supervisora de la gestión pública, Trump aseguró que “la Patrulla Fronteriza y otros en el sistema de procuración de justicia han estado haciendo un gran trabajo”. Luego dijo a la prensa que abrirá para ellos algunos centros de detención, para que puedan ver las condiciones.
Insistió en que existe una crisis por el flujo de migrantes, que es lo que hace que estos lugares estén “atestados”. En ese sentido, repitió la importancia del muro que, precisó, “estamos construyendo”, y volvió a acusar a los demócratas de querer “fronteras abiertas”.
Horas antes, el secretario interino de Seguridad Nacional, Kevin McAleenan, rechazó las versiones de que en el centro de Clint, en Texas, escasean el agua, la comida y las medidas de higiene, como reveló la agencia supervisora.
“Hay comida y agua adecuados —dijo McAleenan—. La instalación se limpia todos los días, porque conozco nuestros estándares y sé que son seguidos, porque tenemos tremendos niveles de supervisión. Cinco niveles”.
Reconoció que el 1 de junio, su departamento tenía 2 mil 500 niños en custodia, incluyendo mil 200 que habían estado allí más de tres días —el límite que marca la ley—. Para el sábado pasado, según McAleenan, ya sólo quedaban 350 menores, de los cuales 20 llevaban bajo custodia más de tres días.
El funcionario aseguró que desde principios de año han sido llevados a las instalaciones que maneja la Patrulla Fronteriza 200 “proveedores médicos”, incluyendo pediatras, y aclaró que los niños han sido trasladados a “espacios mucho más apropiados, con techos altos, más espacio para niños y sus familias. Los hemos puesto tanto en Donna, en el sur de Texas, como en El Paso”.
En tanto, la amenaza de deportación contra los migrantes indocumentados que se encuentran en Estados Unidos continúa.
En declaraciones a Face the Nation, de la cadena CBS, el director en funciones de los Servicios de Inmigración y Ciudadanía (USCIS, por sus siglas en inglés), Ken Cuccinelli, dijo que las autoridades migratorias “están listas para realizar su misión, que es ir y encontrar, detener y luego deportar a las aproximadamente un millón de personas que tienen órdenes finales de remoción”.
Aun así, señaló que será el Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE) el que determine quiénes de los migrantes que tienen esas órdenes serán blancos de las redadas, en un indicio de que no todo el millón enfrentará la deportación. “El grupo con órdenes finales de remoción es enorme”, admitió.
El presidente Trump anunció en junio el inicio de redadas masivas, que luego, dijo, se suspendían dos semanas para dar tiempo a los demócratas a modificar las leyes en el Congreso. El viernes pasado aseveró que los operativos comenzarían “muy pronto”.
Más centroamericanos. Chelsea, una pequeña ciudad de Boston, es un microcosmos de los cambios que se están dando en todo Estados Unidos, con cada vez más centroamericanos y menos mexicanos, se informó.
Los mexicanos son el grupo más grande de personas que viven en Estados Unidos como indocumentados, pero la cantidad disminuyó a 5 millones en 2017, respecto a los 7 millones en la década anterior.
Los centroamericanos aumentaron de 400 mil a 1.9 millones, así como los asiáticos, según un reporte del Centro de Investigaciones Pew, que fue publicado en junio.
A nivel nacional, se estima que 10.5 millones de personas están en Estados Unidos de manera ilegal, menos del punto máximo registrado hace una década de 12.2 millones. Chelsea es un reflejo de eso, con panaderías guatemaltecas, restaurantes hondureños y mercados salvadoreños.